Tumini sobre la reforma del Central y las reservas

Humberto Tumini, secretario General de Libres del Sur y miembro de la Mesa Nacional del FAP, sobre la reforma del Banco Central: “El objetivo es seguir usando las reservas para pagar deuda sin trabas legales”.

¿Será verdad que no van a hacer zafarrancho con las reservas del Banco Central?

Cómo será de dudoso lo que piensan hacer con el Banco Central que la Presidenta abrió hoy el paraguas y dijo:  "No haremos un zafarrancho con el BCRA".

Sabido es que Cristina gusta de presentar casi todas las medidas que toma, como épicas decisiones que van supuestamente jalonando la batalla contra el neoliberalismo desde los intereses "nacionales y populares"; aunque muchas veces uno puede decir que es al menos dudoso que tengan esa orientación.
 

Nada distinto hizo ahora para presentar, en su discurso de apertura de las sesiones parlamentarias, la reformas que propone a la Carta Orgánica del Banco Central.  Según ella, buscará que la entidad "que  a partir de 1992 fue invisibilizada y todo ese poder fue a parar al sistema financiero, a los bancos", tenga la "obligación de intervenir en la economía real para poder sostener el crecimiento y el trabajo, y que no esté dedicada sólo a preservar la estabilidad monetaria". Es decir, nos corrió a todos por izquierda.

¿Es tan así? Por supuesto que no. El gobierno, afectado crecientemente en su superávit fiscal, ya recurrió en marzo del 2010 a crear -por un decreto- el Fondo de Desendeudamiento, por el cual se procedía a pagar deuda externa con las reservas del Banco Central, aunque sólo con las de "libre disponibilidad". Es decir, las que sobraban luego de cubrir el circulante monetario. En el presupuesto de 2011, que finalmente no se aprobó y, en el que rige para este año, el gobierno volvió a establecer el uso de reservas para pagar deuda por vía del mismo mecanismo.

Ahora bien, resulta que en la actualidad se han acabado las "reservas de libre disponibilidad", en parte por el aumento del circulante, y en parte por el descenso de las reservas en general. Por ende legalmente, hoy por hoy, el gobierno no tiene reservas que pueda afectar al pago de deuda.

Pero la necesidad de pagar está allí, y la capacidad de hacerlo con superávit fiscal desapareció. Hete aquí entonces que Cristina, luego de casi 9 años de no modificar la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz, ni la Carta Orgánica del Banco Central y la Ley 23.928, de Convertibilidad, de Domingo Cavallo, descubrió que hay neoliberalismo en dichas normas. Aunque, a la primera, no la modificará porque "no hace falta".

¿Y qué cambiará de la ley 23.298, acorde al proyecto que ya presentó el gobierno? Esencialmente que desaparecen las reservas de libre disponibilidad establecidas con "criterio monetarista" por dicha norma (Art. 4 -derogado-: "En todo momento, las reservas de libre disponibilidad del Banco Central de la República Argentina en oro y divisas extranjeras, serán equivalentes a por lo menos el ciento por ciento de la base monetaria"); y las mismas pasan a ser determinadas por el directorio de Banco Central (artículo 14, inciso q, del proyecto presentado), con criterios absolutamente genéricos. Es decir, reemplazan el concepto, por cierto monetarista, de la ley de Cavallo, por el libre albedrío del directorio del Banco Central.

¿El objetivo buscado? Seguir usando las reservas para pagar deuda sin trabas legales. No sólo a organismos internacionales, sino también "deuda externa oficial bilateral" (ejemplo: Club de París). Para que no quede ninguna duda de la intencionalidad del gobierno, el artículo 22 de disposición transitoria, señala que el Fondo de Desendeudamiento "continuará hasta cumplir con el objeto para el cual fue instituido". Más claro, agua.

No tiene nada de casual entonces que Marcó del Pont va al Congreso a explicar el proyecto, pero "no aceptará preguntas". Un clásico K, cuando el interrogatorio los puede poner a los y las funcionarias en situaciones embarazosas, no compatibles con el "progre" discurso presidencial.

Ojalá que por pagar deuda con las reservas no terminen haciendo un zafarrancho que paguemos todos; como sucedió con los 19.000 millones de dólares de los Boden 12, de los que tanto habló Cristina.
 
HUMBERTO TUMINI
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR - FRENTE AMPLIO PROGRESISTA

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