Castelli: crónica de una represión anunciada

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Lo de Castelli fue la crónica de una represión anunciada

Transcurridos pocos días de los terribles y dolorosos acontecimientos ocurridos en la localidad de Juan José Castelli se nos imponen urgentes reflexiones que nos ayuden a entender las condiciones que hicieron posible lo sucedido.

Las recientes declaraciones del vicegobernador Bacileff Ivanoff refiriéndose a la “anarquía” que vive la provincia, centralizando su acusación en las organizaciones sindicales docentes y movimientos sociales e indígenas que realizan reclamos por el mejoramiento de su situación socio económica se evidenciaron como el paraguas político justificador del accionar represivo que se observó el último miércoles.

El “modus operandi” filo-mafioso de funcionarios del gobierno provincial de Capitanich, como los ex sindicalistas Soto, Bogado, etc, de “demonizar”,”marcar” y “estigmatizar” a una organización social con pseudo acusaciones como paso previo antes de proceder a retirar la ayuda social a los humildes para entregar su manejo a los intendentes del partido gobernante, provocando, esperando y hasta “deseando” el gobierno una reacción para justificar el uso de la fuerza pública, comienza a transformarse en parte de una estrategia permanente.

El hecho que el intendente de Castelli, una localidad con históricos niveles de conflictividad de todo tipo, nunca convocara al Consejo Municipal de Seguridad Pública para establecer un plan de prevención del conflicto social, al que está obligado por la ley de seguridad provincial, alimenta las sospechas sino se allanó el escenario, con la improvisación, o, lo que se sería mas grave, intencionadamente,  para que sucedieran los graves acontecimientos vividos.

El esclarecimiento de las circunstancias en que perdiera la vida Florentín Díaz es de crucial importancia y obligación ineludible no solo para la justicia provincial sino para todo el Estado Provincial. No sirve de nada, y hasta es contraproducente y llama a la desconfianza, la desesperación mediática del gobierno de Capitanich de asegurar que la pérdida de esa vida fue producto de un accidente, puesto que, llamativamente, la metodología del “accidente” ha sido denunciado en Formosa como la forma preferida de atentar contra la vida y la integridad física de dirigentes de organizaciones de pueblos originarios no cooptados por el gobierno del también kirchnerista Gildo Insfrán.

El que Capitanich se abrazara con el Papa Francisco en el Vaticano, el mismo día y casi a la misma hora en que integrantes de movimientos indígenas del Chaco  eran apaleados y víctimas de una verdadera “cacería humana” constituye una verdadera metáfora de la hipocresía política de un gobernador que no puede liberarse fácilmente de la responsabilidad  por acciones de funcionarios de su propio gobierno con el argumento de que él “no estaba a cargo”, sin perjuicio de hacer notar, en este caso, notorios parecidos con el obrar del ex gobernador Roy Nickisch, recordado por ausentarse de la provincia toda vez que hubo represión.

Finalmente, la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Provincia del Chaco, de tan importante rol en las últimas horas como mediador para establecer los necesarios canales de diálogo, no debe agotar su rol en la recepción de denuncias de los afectados y el control y observancia por parte del Estado de la legislación de Derechos Humanos vigente, que en si es importantísimo ; debe también investigar  las responsabilidades políticas de los que dieron las órdenes y realizar recomendaciones tendientes a que se concreten en forma urgente las medidas de políticas públicas tendientes a garantizar ,de una buena vez, los derechos civiles, sociales, económicos y culturales de las comunidades originarias  y de los demás sectores humildes de nuestro Chaco.

 

Carlos Martinez
Diputado provincial
Bloque Libres del Sur en el F.A.P.