Tumini: ¿Regresa la Doctrina de Seguridad Nacional?
Con el gobierno de Macri
¿Regresa la Doctrina de Seguridad Nacional?
Parece un tanto exagerada la apreciación del título, pero en estas cosas, acorde a la historia política del sector social que nos gobierna (grandes empresarios) y a algunas señales y medidas del gobierno -no menores- que vienen apareciendo, bueno es empezar a alertarse. Como así también, por algunas apreciaciones del presidente dirigidas a las FFAA: “Hemos comenzado una nueva etapa en la vida de nuestro país, la cual impulsa dejar atrás enfrentamientos y divisiones; juntos tenemos enormes posibilidades de desarrollo....trabajando contra las amenazas del terrorismo”.
Por lo pronto digamos que la Doctrina de Seguridad Nacional, promovida en los tiempos de la guerra fría por los Estados Unidos (e inculcada a los oficiales de nuestras naciones, que en aquel país recibían instrucción) es una “concepción militar del Estado y del funcionamiento de la sociedad, que explica la importancia de la ‘ocupación’ de las instituciones estatales por parte de los militares; por ello sirvió para legitimar el militarismo surgido en los años sesenta en América Latina”. Conocemos bastante de eso los argentinos.
Dicha doctrina fue repudiada por amplia mayoría en nuestro país, a partir de la retirada de la dictadura y la llegada del gobierno de Raúl Alfonsín. Se produjo a partir de ese entonces y hasta la fecha un sistemático avance del control del poder político sobre las Fuerzas Armadas, para que estas dejaran de ser un instrumento de injerencia, presión y desestabilización política, como lo habían sido desde 1930 en adelante. No era posible construir una democracia sólida con los militares como un Estado dentro del Estado. Ni siquiera Menem, que estableció como se sabe “relaciones carnales” con Norteamérica, se animó a dar marcha atrás en esto.
Sin embargo, el derechista gobierno actual parece ser que si se dispone a desandar lo logrado en términos de independencia de los EEUU en cuestiones de militares y de seguridad. Como también en lo referido a no volver a recrear la autonomía de las FFAA del poder político; cuestión de muy trágica historia por estas tierras.
Por lo pronto, hay fundadas versiones -que el gobierno debería explicar- de que hubo ocho reuniones bilaterales de alto nivel, casi secretas, posteriores a la visita de Obama, entre funcionarios de EEUU y Argentina. Se habrían discutido allí acuerdos que giran en torno a entrenamiento de militares argentinos en Estados Unidos; envío de soldados a misiones de paz, comenzando por Colombia; transferencia de datos satelitales sobre el espacio aéreo; monitoreo de instituciones financieras; intervención militar en la triple frontera y hasta la posibilidad de una base estadounidense en Tierra del Fuego.
A eso cabe agregarle que Leslie R. Caldwell, Procuradora General Adjunta de la División Penal del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, estuvo en nuestro país el 17 de mayo pasado. Se reunió con Patricia Bullrich y con los miembros de la Suprema Corte. Todo indica que se habló genéricamente de “cooperación bilateral en materia de seguridad”. En la reunión en la Corte, además de Caldwell, también estuvieron Steven Genevish, agregado de la DEA en Argentina, y Paul Bingham, de la oficina del FBI en Buenos Aires. Coherente esta participación de agentes de inteligencia norteamericanos, con la designación en responsabilidades de gobierno vinculadas a esas cuestiones, como también al frente de la mayoría de las fuerzas de seguridad nacionales (y de la CABA y la provincia de Buenos Aires), de personas con antecedentes de larga relación con la DEA y otras agencias de aquel país del norte.
Tenemos finalmente que en el día de ayer el presidente, a través del DNU 721, les devuelve a las Fuerzas Armadas la autonomía en la organización y dirección de cada fuerza y garantiza a los militares poder sobre ascensos, traslados y designaciones. Argumentando el Ministerio de Defensa que era un “reordenamiento administrativo”. Puso fin así Macri a una política de poner límites a los militares en todas esas cuestiones, que pasaron al poder civil, instrumentada por Alfonsín tempranamente, allá por 1984.
En resumidas cuentas, el gobierno de Cambiemos, fiel a una larga trayectoria de la derecha en la Argentina, comienza a tratar de revertir históricos logros de la democracia a partir de 1983. Una vez mas estrechan relaciones militares y de seguridad con los EEUU, ahora con el pretexto del “narcotráfico y el terrorismo”. Volvemos a enviar, para formarse, a nuestros oficiales a las academias militares yanquis. Abrimos nuestras cuestiones internas a las agencias de inteligencia norteamericanas. Les devolvemos autonomía del poder político a nuestras Fuerzas Armadas, para que reemprendan el nefasto camino de autogobernarse.
Como decimos mas arriba, bueno alertarse y alertar a la ciudadanía de ese rumbo por el que nos empieza a llevar, calladamente, el macrismo. Estrategia que tiene un conocido tufillo a la vieja Doctrina de la Seguridad Nacional. Aggiornada a los nuevos tiempos, pero con los mismos intereses por detrás.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur