Te agarré in fraganti

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TE AGARRÉ IN FRAGANTI

Cuando le preguntamos al Intendente Horacio Quiroga, en el marco de una reunión sobre la reforma del Plan Urbano Ambiental, cómo pensaba incorporar la participación ciudadana en la gestión  municipal nos contestó que “para eso está Internet, ahí los vecinos pueden participar todo lo que quieran”. No nos alcanzó la imaginación para pensar en algo como el recientemente lanzado programa “Buenos Vecinos”, donde los vecinos y vecinas pueden denunciar, a través de una página web, a otros vecinos y vecinas por cometer faltas como infracciones de tránsito, arrojar basura o tener conexiones clandestinas.

Desde el Ejecutivo Municipal se argumenta que esta va a ser una herramienta que permitirá ejercer el control para tener una ciudad más ordenada (ya sabemos que para la actual gestión el orden es un valor en sí mismo, aunque eso implique cercenar derechos ciudadanos).

El control está bien, pero nos preguntamos: ¿quién controla a la gestión municipal? ¿Cuáles son las posibilidades que tienen los vecinos y vecinas de saber cómo trabajan los funcionarios y funcionarias y qué respuestas van a tener a sus demandas? Por ejemplo, frente a la enorme cantidad de quejas sobre el funcionamiento del transporte público; ¿cuál es la respuesta que da el municipio? ¿Le sacamos una foto a Indalo a ver qué pasa? ¿A qué página web tenemos que entrar para denunciar las construcciones irregulares que afectan la zona de bardas como está ocurriendo en el Bº Gamma?

Por otro lado, el concepto de “buena vecindad” de Quiroga y sus funcionarios deja mucho que desear. En lugar de fomentar la solidaridad, el compromiso y la inclusión, cómo lo hacen muchas organizaciones sociales que a pulmón sostienen espacios de trabajo en los barrios más pobres de la ciudad; se busca la salida individual. La simple denuncia como único espacio de relación de los vecinos entre sí y de estos con la gestión municipal.      

El compromiso de los ciudadanos y ciudadanas con su ciudad se logra cuando se desarrollan políticas públicas inclusivas y cuando se fomenta la participación como espacio de decisión y no como mera denuncia.

Si tuviésemos que sacar una foto de la actual gestión municipal se parecía más a Micki Vainilla, el personaje súper facho de Capusotto, que a una ciudad que avanza con la participación de todos y todas.

 

Valeria Amstein
Representante del Instituto de Estudios Sociales, Económicos y Política Ciudadana (Isepci)