Las Mujeres en la lucha por la justicia climática

 

Hacia la Cumbre de los Pueblos por una justicia Social y Ambiental - Río + 20

Las Mujeres - Protagonistas de la lucha por la justicia climática

La crisis ambiental y climática afecta de manera diferenciada a hombres y a mujeres. Las principales razones de este impacto están vinculadas a la pobreza, más presente en las mujeres, sumada a la división sexual del trabajo que nos atribuye a las mujeres los trabajos relacionados con la producción y reproducción de la vida, principales responsables del cuidado de los/as otros y proveedoras de los recursos necesarios para la sostenibilidad de la vida humana.

En muchos países las mujeres somos responsables de actividades como la agricultura, el cultivo de plantas medicinales y recolección de las mismas en los bosques, de recoger el agua de los pozos alejados de nuestros hogares y la madera para cocinar. Todas actividades estrechamente vinculadas a nuestra condición de género. Por lo cual, los cambios climáticos que afectan a la disponibilidad del agua, la biodiversidad y la cobertura vegetal impactan directamente en la rutina y en la vida de las mujeres. Su trabajo se puede volver más arduo y largo y resultando en peores condiciones sociales, sanitarias y nutricionales. Además el trabajo no pagado, vital para la reproducción de la vida, aumenta de manera exponencial con el cambio climático que hace los recursos más escasos.

 

Falsas soluciones del mercado e instrumentalización de las mujeres

Pero a esta visión construida en torno a impactos diferenciados entre hombres y mujeres se le han dado respuestas dirigidas a minimizar los mismos y de esta manera no se le da centralidad a la preocupación por cambiar las estructuras que organizan las relaciones de desigualdad y poder entre los géneros, principales causantes de dicha diferenciación. Los organismos internacionales que proponen falsas soluciones se han apropiado del discurso de género para justificar la aplicación de éstas y al mismo tiempo utilizan a las mujeres en los territorios para profundizar el rol de manutención de la vida, a la vez que le atribuyen una nueva función a este papel y lo profundizan. Nuestra perspectiva es construida desde una crítica central a los mecanismos de mercado que tienen significado de manutención y profundización de un modelo basado en la explotación de los pueblos y la naturaleza. La inclusión del género en esta lógica significa tornar a las mujeres, su vida y su trabajo, en mercancías al servicio de los beneficios del mercado, con la imposición de más trabajo y más responsabilidades para las mujeres.

 

Existen muchos puntos en común entre las estrategias de las grandes empresas y el discurso de dominación de la naturaleza, de los territorios y de los cuerpos de las mujeres. De la misma manera existen paralelos entre el uso del medio ambiente y del tiempo de las mujeres: parece inagotables y flexibles, siendo usado como una variante que puede ser ajustada de manera fácil y continuada.

 

Justicia climática con igualdad para las mujeres

No es suficiente pensar en la tierra y en la naturaleza sin pensar en las personas. Es necesario tener una visión articulada, buscar nuevas formas de interacción inclusiva, incentivar la producción diversificada y la gestión compartida de la tierra y de la producción. A la vez, para construir igualdad en un proceso de cambios globales es fundamental superar la actual división sexual del trabajo. Para esto es necesario reconocer y valorar el trabajo realizado por las mujeres para producción del vivir.

Las mujeres construimos alternativas concretas a la economía dominante, articulando transformaciones en la producción, en la reproducción y en el consumo. Para fortalecer tales prácticas es necesario invertir en la articulación entre la agroecología y la economía solidaria trayendo para la agenda la necesidad de socializar el trabajo del hogar y de cuidados. Solamente la incidencia en las estructuras que organizan la desigualdad puede llevar a un proceso de transición hacia un modelo basado en la sostenibilidad ambiental que construya asimismo un equilibrio entre las esferal de la producción y la reproducción.

 

Es por esto que las Mujeres de la Matria Latinoamericana -MuMaLá-, integrantes de la Marcha Mundial de las Mujeres -MMM-, nos haremos presentes en la Cumbre de los Pueblos por una Justicia Social y Ambiental, que se llevará a cabo en Río de Janeiro, los días 15 a 22 de junio, donde un conjunto de organizaciones de Latinoamérica y el mundo confluirán para debatir y proponer alternativas al modelo económico y político que los países centrales buscarán imponer a nuestros pueblos.

Las verdaderas soluciones para la crisis actual son construidas por los pueblos, y en particular por las mujeres, en la lucha cotidiana por otro paradigma de sostenibilidad de la vida humana.

 

 

 

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