El fin del relato de la dirigencia K. Por H. Tumini
José López y Aníbal Fernández
El fin del relato de la dirigencia K
José López, a quién la dirigencia kirchnerista busca hoy presentar como un líbero, un infiltrado ajeno a ellos, fue durante 25 años funcionario de Néstor y Cristina, siempre vinculado a las Obras Públicas. Su primer trabajo para aquellos fue en 1991, en la provincia de Santa Cruz como director de Vialidad. El último: 12 años de Secretario de Obras Públicas de la Nación; por debajo de De Vido, pero con línea directa con la presidencia en todos los mandatos. Manejó presupuestos por mas de 100.000 millones de dólares.
Aníbal Fernández, de quién la dirigencia del FPV aun no ha renegado -pero a quién también seguramente presentarán como ajeno a ellos, llegado el caso de que avance sobre él la causa del triple crimen por tráfico de efedrina- fue durante los doce años de gobiernos K, sucesivamente, Ministro del Interior, de Justicia, Jefe de Gabinete, Senador, Secretario General de la Presidencia y luego Jefe de Gabinete nuevamente. No solo manejó los dineros del Fútbol para Todos, sino que en sus manos estuvieron casi siempre las fuerzas de seguridad nacionales: Policía Federal, Gendarmería y Prefectura.
Según dijeron en su momento gobernantes y funcionarios de la anterior administración, no dejarían sus principios en la puerta de la Casa Rosada, como había sucedido otras veces. En múltiples situaciones dijeron también que el suyo era un proyecto auténticamente nacional y popular, verdaderamente progresista, continuador de las mejores tradiciones políticas del país, de aquellas que expresaron los intereses de la mayorías. Cuando les criticábamos ese relato a la luz de las cosas concretas que hacían, nos contestaban con indisimulable soberbia que “a la izquierda -de ellos- solo estaba la pared”.
Ahora un funcionario del riñón suyo, de la “mesa chica” conductora del proyecto podríamos decir, aparece con 9 millones de dólares, tratando de esconderlos en un convento. Aparte de intentar, con poco éxito, decir que el señor robaba por su cuenta, o que la culpa es solo de los empresarios que lo coimeaban (como si la plata no hubiera seguido su ruta hacia arriba), qué van explicar para sostener el relato. ¿Que enriquecerse de los dineros públicos es parte de la lucha popular?
Aníbal Fernández no solo fue destacadísimo funcionario durante los 12 años K, sino que además fue el candidato de Cristina Kirchner a gobernador de la provincia de Buenos Aires en los últimos comicios. Pensaba la presidenta tener allí su retaguardia para lo que se venía, ya sea que ganaran Macri o Scioli la presidencia. Semejante confianza depositó -contra viento y marea- en el personaje hoy acosado judicialmente, entre otros delitos por asesinatos relacionados con el narcotráfico.
Pero el Jefe de Gabinete ya tenía su historia por detrás. La mas conocida era esa de la fuga en el baúl de un auto en 1994, cuando la justicia lo fue a buscar a la intendencia de Quilmes por una acusación de malversación de fondos. Otra de menor trascendencia pública fue que el intendente de aquel municipio, que el promovió al irse, Sergio Villordo, atropelló un hombre en Ezpeleta en el año 2003. En lugar de presentarse a la policía como correspondía, todo indica que el funcionario escondió el cadáver en un freezer y luego lo hizo desaparecer; bien de mafioso. No obstante ello, Aníbal Fernández volvió a postular a Villordo para que fuera reelecto intendente de Quilmes en el 2007. Fue entonces que Francisco “Barba” Gutiérrez le disputó la intendencia desde las mismas filas del Frente para la Victoria. En el transcurso de la campaña electoral, fue baleado su domicilio con su esposa e hijos adentro. Esto dijo Gutiérrez al respecto: “Fue gente enviada por Sergio Villordo y Aníbal Fernández, que lo que quieren sembrar es el miedo, el temor porque nosotros vamos ganando”.
Sucede que, atrás del relato de los gobernantes y principales dirigentes del kirchnerismo, no hubo finalmente ningún proyecto nacional y popular; con independencia de medidas de ese signo ideológico que puedan haber tomado, en particular durante su primer mandato del 2003 al 2007. Tuvieron todas las posibilidades de transformar en profundidad la Argentina de una vez por todas. Pero terminaron dejando en pie el andamiaje de concentración y extranjerización de la economía que nos legó el neoliberalismo; también, como consecuencia de ello, la extendida pobreza. Generalizaron la corrupción y se aliaron con lo mas mafioso del PJ. Desvirtuaron y arrastraron por el barro las banderas por las que los sectores populares batallamos durante años.
Le abrieron finalmente la puerta para que regrese la derecha al gobierno, explicándonos de la mano de Macri que no son corruptos ni mafiosos, que son demócratas y republicanos. Nuevo relato que no resiste ningún archivo histórico -ni lejano ni reciente- en este país; pero al que lo dotan de aparente credibilidad las pasadas acciones de la dirigencia kirchnerista.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur