Propuestas para fortalecer el sistema electoral. Por J. Smaldone

El sistema electoral argentino tiene problemas. El Gobierno impulsa una supuesta mejora que en realidad lo debilitará peligrosamente, pudiendo llevarlo a la situación anterior a la Ley Sáenz Peña de 1912. A continuación, una breve —realmente muy breve— propuesta de mejoras reales, para cada una de las etapas que lo componen.

 

Consideraciones generales

  • Este análisis no incluye los procesos de confección de padrones ni de identificación del votante.
  • No existe ningún sistema que garantice secreto, integridad y verificabilidad.
  • Ningún sistema electoral funciona sin fiscalización humana.
  • No es aceptable un sistema que no esté bajo el control del votante.
  • La garantía del secreto del voto es fundamental.

La votación

La boleta única de papel es una grilla en la que aparecen todos los cargos electivos y los candidatos o partidos, es decir, la oferta electoral completa. Es entregada al votante en la mesa de votación. Luego, este se dirige a una pequeña casilla o box (que reemplaza al cuarto oscuro) y marca en ella en las opciones que reflejen su preferencia electoral. Finalmente, pliega la boleta y la introduce en la urna.

El siguiente spot publicitario del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del año 2014 (antes de que decidiera la utilización de voto electrónico) ilustra la utilización de la boleta única de papel:

Con respecto al diseño y utilización de la boleta única existen varios aspectos a analizar:

  • Opción de lista completa: puede incluirse o no una opción de “votar por lista completa” al lado de cada partido, logrando mediante la misma el efecto de la llamada“boleta sábana”.
  • Opción de voto en blanco: puede aparecer la opción explícita de “voto en blanco”, o puede considerarse que este está determinado por la ausencia de selección.
  • Múltiples boletas únicas: en caso de elecciones complejas, puede dividirse la selección de cargos en varias boletas —por ejemplo: nacionales, provinciales, municipales— por lo general de distintos colores (como en Italia y en la Provincia de Santa Fe), que luego son colocadas en distintas urnas. Esto posibilitaría, además, el escrutinio de cada urna por separado (e incluso bajo la supervisión de órganos electorales diferentes).
  • Listas de candidatos: en los casos de la elección de listas de múltiples candidatos —típicamente, los cargos legislativos—, puede reducirse el tamaño de la boleta disponiendo de una versión “ampliada” o completa adherida al box de votación, donde el votante pueda leer claramente todos los nombres, e incluyendo en la boleta de votación solamente la identificación partidaria.
  • Control de voto cadena: puede incluirse un sistema de sellos, o un troquel similar al utilizado en la llamada “boleta única electrónica” para evitar la sustracción de boletas y el llamado “voto cadena” o “voto calesita”. Nunca debe utilizarse alguna forma de numeración, ni firmas de los integrantes de la mesa.
  • Elección por parte del votante: puede disponerse que sea el votante quien retira su boleta única de una pila en la mesa de votación, de forma de asegurar que nadie más que él tenga contacto con ella, evitando la posibilidad de marcas que luego la identifiquen.
  • Sistema de marcado: las marcas pueden ser realizadas o bien con un marcador, o bien con un sello y tintas especiales (como en Corea del Sur). Esto dificultaría el agregado de marcas en manipulaciones posteriores como el escrutinio de mesa. También puede utilizarse algún mecanismo como una “película” colocada sobre los casilleros de selección tal que luego de realizada la misma sea retirada e imposibilite la realización de nuevas marcas.

La boleta única de papel es el método de votación más usado en el mundo, en particular por aquellos países que, habiendo probado distintos sistemas electrónicos, los abandonaron. Es un método simple, comprensible y controlable por cualquier persona, y garantiza tanto la oferta electoral (evitando el robo de boletas) como el secreto del voto.

El escrutinio de mesa

Con la boleta única, el único que debe manipular las boletas una vez abierta la urna es el presidente de mesa, quien toma cada una, la exhibe a los fiscales partidarios y realiza el conteo correspondiente. Existen varios métodos para agilizar el conteo, e incluso para producir actas impresas (reduciendo la posibilidad de errores en las transcripciones manuales):

  • Sistema de asistencia electrónica: el presidente de mesa puede llevar el conteo en un dispositivo tipo “tablet”, dotado de una aplicación especialmente diseñada, de forma que al finalizar —y con el acuerdo de los fiscales sobre los totales contabilizados—, sea conectado a una impresora que emita las actas (y copias) correspondientes. Un sistema de este tipo está siendo analizado en la Provincia de Santa Fe.
  • Sistema de conteo electrónico: puede utilizarse un dispositivo lector de marcas, que procese y contabilice cada una de las boletas. En la mayor parte de los EE.UU. las boletas de papel son contabilizados por un sistema de este tipo en el momento de su introducción en la urna (el lector se encuentra en la boca de la misma). Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba han desarrollado un prototipo de lector de muy bajo costo. En el caso de la implementación de estas tecnologías, es fundamental realizar además controles manuales que garanticen la exactitud del resultado.

El escrutinio provisorio

La transmisión de datos y el proceso de escrutinio provisorio son la etapa del sistema electoral que menos transparencia muestra hoy de cara a la ciudadanía. Hay varias soluciones que la informática puede aportar:

  • Transmisión de datos: existen formas de usar Internet de forma segura para la carga de datos directamente desde los centros de votación (escuela). De esta forma, el presidente de mesa (junto a los fiscales) puede ser quien supervise este proceso. Investigadores de la Universidad del Comahue han desarrollado un sistema de este tipo.
  • Publicación en tiempo real: los datos de cada una de las mesas deben ser publicados en el mismo instante en que son recibidos desde los centros de votación, sin ninguna demora, verificación ni totalización parcial de funcionarios estatales ni privados.
  • Interfaz de acceso a los datos: los datos publicados deben ser accesibles a través de una interfaz de programación de aplicaciones (API) previamente definida, de modo de facilitar el desarrollo independiente de programas que realicen distintos tipos de controles.

La publicidad del proceso de transmisión y escrutinio provisorio da a la ciudadanía y a los partidos políticos la posibilidad de detectar anomalías de forma temprana, a la vez que desalienta la realización de cualquier forma de adulteración de los resultados.

El escrutinio definitivo (el único resultado legal) debería incluir la publicación de todos los datos, mesa por mesa, tal como fueron considerados finalmente, según la misma interfaz utilizada en el escrutinio provisorio.

Conclusión

Estos son apenas algunos lineamientos para mejorar el sistema electoral argentino. En cada punto existen numerosas posibilidades y matices que pueden —y deben— ser discutidos antes de intentar su implementación. La informática puede aportar mucho a la transparencia, pero no puede —en la actualidad— actuar como intermediaria entre el votante y su voluntad. La propuesta actual del Gobierno argentino (que posiblemente se convierta en ley en los próximos días) no sólo no avanza en el sentido de estas propuestas, sino que retrocede en el camino que los países más desarrollados del mundo han recorrido en materia electoral.

Publicado en el Blog de Javier Smaldone: https://blog.smaldone.com.ar/2016/10/07/propuestas-para-fortalecer-el-sistema-electoral/