Mitos de la paridad. Los falsos argumentos.

Mitos de la paridad. Los falsos argumentos.

Los falsos argumentos

Mitos de la paridad

Lucía Martelotte es Coordinadora del Área Política del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), que junto a Amnistía Internacional impulsó la campaña “Mujeres a la Política”, para juntar apoyos de la sociedad civil y la academia a fin de promover la inclusión de la paridad en el debate sobre la reforma política y electoral. Aquí desmonta los mitos con los que se argumenta en contra de la paridad de género para cargos electivos.

- Mito 1: “Llegan por el hecho de ser mujeres y no por su mérito”.

“Se plantea un falso dilema entre igualdad de género y mérito, como si el avance hacia una mayor igualdad de género se diera en detrimento del mérito de quienes nos representan. Sin embargo, los datos desmienten esta hipótesis. Diferentes investigaciones muestran que las legisladoras tienen las mismas o mayores credenciales educativas que sus pares varones. El estudio ‘Detrás del número’ (2011, ELA) pone de manifiesto que tanto en el Congreso Nacional como en las legislaturas provinciales, las legisladoras tienen estudios superiores en mayor proporción que los varones. El caso extremo es Misiones, en donde el 100 por ciento de las mujeres tienen estudios superiores, mientras que entre los varones este porcentaje desciende hasta el 65 por ciento.

En 2016, estas tendencias se confirman. Según datos de Directorio Legislativo, el 79 por ciento de las legisladoras del Congreso cuentan con un título, frente al 71 por ciento de los varones. Las diferencias son más marcadas en el Senado, en donde el 90 por ciento de las mujeres tienen título frente al 69 por ciento de los varones que en la Cámara de Diputados, en 76 por ciento de las mujeres tienen título frente al 72 por ciento de los varones.

Lo que los datos ponen de manifiesto es que las mujeres requerimos más formación para acceder a los mismos puestos que los varones.”

- Mito 2: “La presencia de las mujeres afectaría a la calidad del trabajo, ya que su desempeño sería menor”.

“Aunque la productividad legislativa es un concepto complejo, existen diferentes indicadores cuantitativos que nos permiten realizar comparaciones acerca del desempeño de legisladoras y legisladoras.

Un primer indicador está relacionado con la presencia a las sesiones. Un análisis realizado por Andy Tow entre 2001 y 2016 mostró que los varones se ausentaron en un 30 por ciento, mientras que las mujeres lo hicieron en un 24 por ciento.

Otro indicador se refiere al porcentaje de proyectos presentados. A modo de ejemplo, según datos de Directorio Legislativo, si se tienen en cuenta ambas cámaras, en 2013 las mujeres impulsaron el 63 por ciento de los proyectos presentados y en 2014 el 52 por ciento. Es decir que la producción de las mujeres fue superior al 50 por ciento, aun cuando su presencia en las Cámaras es menor que la de los varones.”

- Mito 3: “No es el momento de plantear estas cuestiones, ‘naturalmente’ se tiende a la igualdad”.

“Estudios realizados en países tan dispares como Inglaterra y Guatemala desmienten esta idea, ya que muestran que serían necesarios entre 100 y 200 años para lograr la igualdad, o dicho de otro modo entre 3 y 6 generaciones.

Por otro lado, en nuestro país los datos del ‘Sexo y Poder’ (ELA, 2010) muestran que a pesar de los aumentos en los niveles educativos (hoy son más del 60 por ciento de las egresadas de las universidades nacionales) y de la experiencia profesional de las mujeres, aún persisten importantes desigualdades de género en el acceso a puestos de máxima decisión. De 10 puestos de máxima decisión en las áreas política, económica y social, sólo dos estaban ocupados por mujeres (es decir, un 20 por ciento de los puestos). Este resultado, a pesar de que dista mucho de la igualdad, se debe al ‘efecto arrastre’ de la Ley de Cupo, que hace que la presencia de las mujeres en el poder legislativo llegara al 30,6 por ciento. Si analizamos la presencia de las mujeres en los máximos puestos de los sindicatos o las empresas, vemos que este porcentaje descendía a un 5 y 4,4 por ciento, respectivamente.”

Publicado en : http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-309124-2016-09-11.html