Macri insiste en derechizar la sociedad. Editorial de Humberto Tumini.

Por Humberto Tumini / Nacional octubre 5, 2019 21:14

Macri insiste en derechizar la sociedad. Editorial de Humberto Tumini.

5 de octubre del 2019

EDITORIAL

Los años ’70:

MACRI INSISTE EN DERECHIZAR LA SOCIEDAD

Cuando recientemente el ex Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, pidió “reescribir la historia argentina con una valoración positiva de la guerrilla de los años setenta”, salieron rápidamente a criticarlo con dureza un ministro de Macri, Germán Garavano, y su Secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj. Los que ratificaron la doctrina de la derecha argentina, a la que adhiere este gobierno, de que el ERP y Montoneros fueron supuestos “demonios”, culpables de lo sucedido hace 50 años.

El presidente, que ya intentó poner en libertad a los militares genocidas presos a través del 2x1 -porque parece que estos no son tan “demonios”- utilizando para ello a los jueces que había puesto en la Corte y a una magistrada que no quiso jubilarse a la edad correspondiente, ahora hizo otro gesto en la misma dirección haciéndose presente para rendir homenaje a los defensores del cuartel de Formosa tomado por la guerrilla en 1975.

Veamos un poco la verdadera historia, esa que reivindica Horacio González y que desde 1983 a la fecha intentan ocultar y sobre todo distorsionar. Tanto los que apoyaron a la dictadura aunque ahora lo nieguen -Macri por ejemplo-, como aquellos pusilánimes que dibujaron y dibujan la teoría de “los dos demonios” para que los militares en aquel entonces y la derecha ahora no lo tomen tan mal.

Para empezar, lo primero que ocultan son los proyectos que defendieron los militares por su lado y la guerrilla por el otro. Esconden cuidadosamente que aquellas FFAA en los golpes de 1955, 1962, 1966 y 1976, se hicieron del gobierno para imponer los intereses de los ricos, de los sectores nacionales económicamente poderosos y de los extranjeros vinculados en especial a los EEUU. Como los que defiende Macri ahora.

Mientras que las organizaciones guerrilleras, mas allá de aciertos u errores, lucharon por una Argentina soberana y en beneficio de las mayorías populares, a la que denominaban en aquel momento “una patria socialista”.

La derecha por tanto, busca desnaturalizar las verdaderas causas del conflicto armado. Es como si dijéramos que en la guerra de la independencia los españoles y nosotros éramos lo mismo; o que en Malvinas sucedía otro tanto entre los ingleses y nuestros soldados. Se busca en definitiva tapar que en los años setenta hubo un proyecto reaccionario enfrentado a una justa causa.

En segundo término buscan presentar a la guerrilla como la causante del conflicto armado, cuando en realidad las organizaciones que toman las armas lo hacen recién en 1970, cuando ya van cuatro años de dictadura de Onganía, con decenas de muertos por la represión y en momentos en que los militares estaban decididos a permanecer 20 años en el gobierno.

En tercer lugar, dificultada la derecha de criticar a la guerrilla por su actuación en tiempos de dictadura, usa el caballito de batalla del accionar armado de 1973 a 1976. Por lo pronto digamos que es falso que nuestro país recuperó la democracia plenamente con la asunción de Héctor Cámpora. Los militares y sus socios civiles desde ese mismo momento comenzaron a trabajar para generar las condiciones de su regreso. Videla, Viola, Martínez de Hoz, Juan Áleman, Eduardo Roca, Díaz Bessone, Harguindeguy, comenzaron a fragotear en las sombras desde el primer día del nuevo gobierno peronista. Su mano estuvo presente en Ezeiza cuando el regreso de Perón, en el accionar luego de la triple AAA, ni que hablar en el operativo Independencia desde diciembre de 1974. Cuando Montoneros toma el cuartel de Formosa ya Videla había asumido la comandancia en jefe del Ejército y preparaba el golpe.

Ni que hablar de que esa democracia ya fue una ficción desde que asumió Isabel Perón, con las bandas fascistas en la calle asesinando compatriotas. Con la implementación por parte de dichas bandas paraestatales y paramilitares, ya desde ese entonces, de la desaparición forzada de opositores (la Conadep estimó en 359 las personas secuestradas y desaparecidas solo en el año 1975).

Hablar de ese período 1973-1976 solamente y ocultar que en realidad hubo un enfrentamiento armado que se extendió desde 1970 a 1979, darle carácter de “democrático” al gobierno de Isabel Perón y esconder que los militares se retiraron solo transitoriamente mientras preparaban las condiciones para regresar, es la gran maniobra engañosa de la derecha argentina. Ya que no pueden defender a los militares del Proceso, buscan de esa manera que la sociedad condene también a quienes los enfrentaron.

Pasan por alto, como sucede habitualmente con la “historia oficial”, estos que usan el sambenito de acciones armadas en “democracia”, que la Unión Cívica Radical surgió de una revolución armada en justa demanda de sufragio universal. Fue la del Parque en 1890, con Leandro Alem a la cabeza y contra un gobierno constitucional, el de Juárez Celman. Hubo allí 300 muertos y 1500 heridos.

También se levantaron en armas los radicales en 1893 contra Luís Sáenz Peña, conducidos ahora por Hipólito Yrigoyen. Siendo derrotados luego de sangrientos enfrentamientos, no sin antes haber detenido los revolucionarios al ex presidente Carlos Pellegrini.

Finalmente conduce Yrigoyen al radicalismo a un nuevo levantamiento armado en 1905, esta vez contra Manuel Quintana. Detienen los radicales en Córdoba al vicepresidente Figueroa Alcorta, amenazando a Quintana con fusilarlo si no renuncia. Intentan detener a Julio Argentino Roca que logra fugarse, atacan cuarteles en todo el país, se llevan 300.000 pesos del Banco Nación en Mendoza para financiarse. Se combatió durante cuatro días con decenas de muertos hasta que predominó el gobierno conservador.

Esa es la verdadera historia argentina. Hoy a 120 años de esos hechos, a nadie se le ocurriría tildar de “subversivos” y “terroristas” a Alem, Yrigoyen y el partido radical que conducían en aquel entonces, por usar las armas reiteradamente para conquistar el voto.

También utilizan los denostadores de la guerrilla de los años ’70, el argumento de que esta desató “una guerra entre argentinos”. Como si eso no hubiera sucedido nunca en nuestra historia y, por supuesto, como digo mas arriba, ocultando las razones de dicho enfrentamiento. Por lo pronto en este país hubo una guerra civil que se extendió desde 1820 a 1870 cuando derrotan el levantamiento del entrerriano López Jordán. Ese enfrentamiento entre federales y unitarios en el siglo 19, era ni mas ni menos que el conflicto entre los dirigentes del interior del país que buscaban defender las industrias desarrolladas allí y que se compartieran las rentas de la aduana apropiadas por Buenos Aires, y la dirigencia porteña que, aparte de apropiarse de los dineros de aquellas provincias, permitía el libre ingreso de las manufacturas inglesas que destruían la producción nacional. En definitiva, como tantas otras veces y también en los años setenta, dos proyecto de país eran los que estaban en pugna en ese enfrentamiento armado “entre argentinos”.

Ya se sabe, triunfó Mitre en Pavón y a partir de allí los comerciantes y terratenientes de Buenos Aires impusieron el suyo a sangre y fuego.

No solo hicieron eso sino que además escribieron la historia acorde a sus intereses para que las generaciones futuras la estudiaran en esa versión. ¿Y cuál era esta? La que decía que los dirigentes del interior que los habían enfrentado armas en mano eran unos delincuentes (todavía no se usaba la palabra terrorista). En esa categoría entraban los gobernadores de La Rioja, Facundo Quiroga y el General Vicente Peñaloza (cuya cabeza, luego de darle muerte, fue puesta en una pica en la plaza de Olta como hacían los españoles con los patriotas que capturaban); el General catamarqueño Felipe Varela arrojado al exilio; los gobernadores de Entre Ríos, Francisco Pancho Ramírez y Ricardo López Jordán y el de Santa Fe, Estanislao López, entre otros.

No solo caratularon Mitre, Roca, Alsina, Sarmiento, vencedores, de forajidos a los derrotados, sino que los borraron de la historia. De 1862 a 1945 los “próceres” de este país fueron solamente los que triunfaron, los que hicieron el país que hicieron, sin industrias y con un interior empobrecido que pagamos hasta nuestros días.

Lo mismo pretenden hacer ahora con la guerrilla de los años setenta y por eso Horacio González alerta al respecto. En definitiva quieren derechizar el pensamiento de esta sociedad y de las generaciones que vienen.
Como se les hace imposible defender a los militares que se prestaron a ser procónsules de los poderosos, por la barbarie de que hicieron gala (secuestrar, torturar, hacer desaparecer, robar bebés y cambiarles su identidad, entre otras lindezas), la estrategia es distorsionar las razones de la existencia de la guerrilla argentina y la justeza de la causa que enarboló. No hay que permitírselos.

HUMBERTO TUMINI
Presidente de Libres del Sur


Por Humberto Tumini / Nacional octubre 5, 2019 21:14