Las verdaderas razones del tarifazo. Por H. Tumini
El gobierno instrumentó un salvaje tarifazo para el consumo de gas que, en innumerables casos, iba mas allá del 1000% de aumento. Lo hizo además para todos y todas; sin contemplar ingresos (salvo la restringida tarifa social para los mas pobres) ni componente geográfico (sabido es que en nuestro sur, por ejemplo, hace bastante frío). Pegó de lleno particularmente sobre los sectores medios, a los que el presidente con su estilo “Newman” les pidió, entonces, que no anden en patas adentro de su casa
Por supuesto que, luego del aumento de la luz, del agua, de la nafta, con la inflación arriba del 40% y los salarios acordados en paritarias diez puntos abajo, se armó semejante conflicto, cacerolazos y una decisión judicial de suspender todo por ahora.
Es bueno sin embargo, tomar un poco de distancia de la maraña de hechos y declaraciones, para desentrañar cuales fueron las razones reales que llevaron al gobierno a tomar esta medida tan agresiva. Sin entrar por supuesto en si fue Aranguren o Macri el que la decidió, cuestión muy menor claro está.
Los gobiernos kirchneristas fueron subsidiando cada vez mas las tarifas de energía, lo que llevó a un déficit creciente en la cuentas públicas imposible de mantener en el tiempo. El objetivo de dicha política tuvo un aspecto loable: trasladar recursos del Estado a la población de menores recursos para mejorar su nivel de vida, aunque de paso por cuestiones políticas haya beneficiado a quienes no lo necesitaban. Otro espurio y muy cuestionable: tratar de conservar consenso político de cualquier manera; incluso a través de medidas no sustentables en el tiempo que complicarían el futuro de todos.
Aclarado esto, lo que correspondía al nuevo gobierno era ir resolviendo el problema sin dejar de contemplar que el país estaba estancado -mas allá del relato- hacía cuatro años, con problemas de pobreza, ingresos y empleo. Como así también de rentabilidad para muchísimos sectores empresarios, en particular industriales, gravemente afectados por el freno del mercado interno y por la crisis económica en Brasil. Sin embargo, como dice Massa, en lugar de operar con un bisturí a un paciente en estado delicado, accionaron con una motosierra.
¿Porque lo hicieron, solo por torpeza o por otro motivos? Algo de torpes fueron, pero lo que hubo esencialmente fue pensada -e insensible- estrategia. La gran apuesta del macrismo a la declamada “lluvia de inversiones” es esencialmente para el campo y la energía. Coherente con su idea de llenar la copa de los ricos para que drene hacia abajo mas tarde, se orientó desde el principio a trasladar ingresos desde la mayoría de la sociedad hacia los empresarios de aquellos sectores. La rápida devaluación y quita de retenciones les garantizó a los productores agropecuarios pingües ganancias, plata que salió de todos los argentinos que vieron desde ese momento aumentar los precios de los alimentos mas del 50%. Como no es fácil para el común de la gente establecer esa relación causa efecto, la cosa pasó sin demasiado conflicto.
Le llegó luego el turno luego a las tarifas energéticas. Con la luz fueron fuerte en el aumento, pero con cierta racionalidad por las dudas. Con el gas, tal vez entusiasmados que con las tarifas eléctricas no se había generado tanto conflicto (entre otras cosas porque en el interior ya eran mas caras), fueron despiadados y buscaron achicar el 85 % del déficit de golpe. El motivo es claro aunque lo hayan ocultado -entre otras cosas no llamando a audiencias públicas donde iba a saltar la liebre-: les habían subido el precio del gas en boca de pozo a las empresas del sector el 100%. Es decir, al igual que hicieron de entrada con el campo, ahora de lo que se trataba era de trasladar nuevamente miles de millones de dólares de casi todos los argentinos a unos pocos. Con el argumento neoliberal de siempre: “Sin energía, imposible que vengan inversiones, que el país empiece a crecer y que el sector más dinámico derrame riqueza”, lo declaró hoy el Ministro Aguad. Es decir, las inversiones deben salir de la plata de los ciudadanos no del capital de las grandes empresas.
Sin embargo, esta vez les fallaron los cálculos a los ricos y CEOS que nos gobiernan. El aumento fue un mazazo para trabajadores y clase media, también para todo tipo de instituciones. A lo que cabe sumar pequeñas, medianas y grandes empresas, ya de por si agobiadas por la recesión y la baja del consumo. Se armó entonces el zafarrancho y crecieron las presiones sobre los gobernadores, legisladores y el poder judicial.
Habrá que ver el final de esta historia. Pero en concreto lo que pusieron negro sobre blanco de Macri para abajo, es que su modelo de país contempla que la mayoría de los que menos tienen subsidien a los que mas tienen; a los ricos locales, a las multinacionales. También que las pequeñas y medianas empresas, el mercado interno o la industria no son importantes para ellos, mas allá del relato. Menemismo explícito. Horas difíciles se vienen para la nación y su gente.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur