Intervenciones del Bloque de Libres del Sur en la sesión de ayer
Intervención Dip. Victoria Donda
Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Donda por la Ciudad de Buenos Aires.
Sra. Donda Pérez.- Señor presidente: se pone a consideración un proyecto de ley que reúne dos fines, y diría que con la intencionalidad casi perversa de vincular estos dos fines. Por un lado, pagar a los jubilados, que es un acto de estricta justicia, una justicia tardía, una causa noble con la cual todos estamos de acuerdo.
Por otro lado, la inmoralidad que trae una ley de blanqueo financiero. ¿Cuál es el objetivo que dice tener esta ley de blanqueo? Apunta a repatriar fondos para poder pagar esa deuda a los jubilados.
En el exterior hay entre 220 y 400 millones de dólares que aspiramos a que vengan a nuestro país. ¿Quiénes son los que tienen esta plata en el exterior? No son ahorristas individuales o privados, sino los grandes grupos financieros nacionales y extranjeros que durante todo este tiempo fugaron dinero.
En un contexto internacional en el que se les está complicando mantener esos fondos en forma no registrada, sin decir de dónde vienen, no tenemos mejor idea como país que construir el marco en el que les damos la posibilidad de que ese dinero en negro venga y pueda ser blanqueado. Además, se lo facilitamos y los beneficiamos haciendo que paguen menos impuestos que los contribuyentes que dejaron su dinero en la Argentina. Es por eso que nosotros estuvimos en contra de las anteriores leyes de blanqueo, como decía mi compañero Federico Masso.
Muchos nos preguntan si tenemos propuestas, y las tenemos. Nosotros creemos que hay que restablecer mecanismos para que se restituyan esos fondos diciendo de dónde vienen.
Si hay un grave problema que hoy tienen las democracias en todo el mundo, no solamente en la Argentina, es la desigualdad en la distribución de la riqueza. Para terminar con esa desigualdad es imprescindible establecer un impuesto a la riqueza a nivel global. Ese impuesto puede completarse con otro tipo de tributos.
Ahora bien, lo que no podemos hacer es exceptuar a la riqueza de pagar tributos porque el impuesto a la riqueza tiene dos fines. Por un lado, por supuesto, el recaudatorio, ya que sin recaudación no hay posibilidad de sostener la democracia. Y para aquellos que ganaron hablando de República creo que debe ser importante que las banderas de la República se unan con las de la democracia.
La recaudación no es el único fin. Los impuestos a la riqueza tienen otro objetivo: evitar la concentración de la riqueza tomando a la transparencia como uno de los pilares fundamentales.
Estamos ante una iniciativa que es absolutamente hipócrita, porque estamos planteando todo lo contrario y dando una señal horrible a nuestra sociedad, ya que le estamos diciendo: “Usted, señor, que pagó impuestos, jódase”; “A ustedes, que no pagaron impuestos, que se llevaron la plata afuera…” –sin importar de dónde venía: de la corrupción, del lavado de dinero, del narcotráfico, de la trata de personas o de la evasión- “…tráiganla a la Argentina porque además les perdonamos los impuestos”. Esa es la señal que estamos dando.
En una semana como esta es indispensable desde nuestro espacio político hacer una reflexión. ¿Qué tienen en común dirigentes latinoamericanos como García Linera, Evo Morales y José Mujica, del Frente Amplio uruguayo? Que todos ellos hicieron una reflexión acerca del daño que nos hace la corrupción en nuestros países y en nuestras democracias cuando queremos construir una sociedad más justa.
Hay que hacerse cargo de los errores. La corrupción no es un efecto colateral del crecimiento sino un delito, y cuando ese delito se comete en el seno de los espacios políticos que se llenan la boca hablando de proyecto nacional y popular ello es muy grave, porque se manchan esas banderas para el resto de la sociedad.
Quiero decir a los que levantan la bandera de la libertad y de la República y permiten que la plata espuria vuelva al país con cualquier fin, que eso también está muy mal.
¿Qué hubiese pasado si López, en lugar de enterrar la plata en un convento, la hubiese colocado en un paraíso fiscal? Ahora podría repatriarla con este blanqueo. ¿Cuál parece haber sido el delito de López? Haber enterrado el dinero. Pero quienes mandaron la plata a un paraíso fiscal evitando los controles internos también cometieron un delito. Por eso desde este espacio decimos “no” al blanqueo financiero y a la hipocresía. (Aplausos en las bancas.)
Intervención Dip. Federico Masso
Sra. Presidenta (Giménez).- Queda registrado que usó seis minutos del tiempo asignado a su bloque.
Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.
Sr. Masso.- Señora presidenta: desde el bloque Libres del Sur hemos analizado con mucha atención este mega proyecto de ley. Creo que no está bien que se use una cuestión tan sentida por todos los argentinos sin distinción partidaria, como son hoy los jubilados, que la están pasando mal y la vienen pasando mal. En ese sentido, esa reparación histórica tendría que haber sido ya cumplida, es una reparación histórica que la tienen merecida por sus años de aportes, es un reconocimiento económico, porque fueron ellos quienes con sus aportes hicieron posible que la ANSES tuviera los recursos, no para devolvérselos mucho antes a ellos sino para utilizarlos en otro tipo de políticas públicas.
Por eso nos duele que esa dignidad, que tanto merecen nuestros abuelos y abuelas, venga a la par del blanqueo de capitales. Me podrán decir lo que quieran los diputados del oficialismo, pero vale la pena recordar cómo pensaban ellos en el año 2013. En ese sentido, me gustaría que estén aquí para que me digan qué diferencia existe entre este blanqueo en particular y los distintos blanqueos que se hicieron en la República Argentina desde la recuperación de la democracia.
Actualmente las redes sociales nos permiten que quede registrado lo que cada uno de nosotros publica en ellas día a día.
Voy a tomar parte de mi tiempo para recordar a mis colegas del interbloque Cambiemos cómo pensaban hace un tiempo actuales diputados y funcionarios de primera línea de ese espacio político.
Decía el radical Ernesto Sanz: “Al trabajador le cobran ganancias y al delincuente le dan el blanqueo. El modelo Hood Robin donde los laburantes mantienen a los ladrones”. Ni hablar de lo que planteaba mi colega Elisa Carrió –que hoy no está presente-: “La ley de blanqueo de capitales fue una estrategia de Néstor Kirchner, Lázaro Báez y Cristóbal López para lavar dinero. ¿Dónde la tienen?”
Asimismo, en una solicitada de los principales diarios de la República Argentina Alberto Abad -actual titular de la AFIP-, junto con Eduardo Amadeo, Javier González Fraga, Esteban Bullrich, Eugenio Burzaco, Martín Lousteau, Juan José Llach, Oscar Aguad y otros firmantes, decía: “Todos nosotros coincidimos sin fisura en rechazar el blanqueo de capitales. De aprobarse, que quienes se acojan sean susceptibles de por vida de seguimiento administrativo, acción judicial y castigo penal, además de dar plena publicidad de los nombres y montos blanqueados, respetando así los compromisos internacionales en prevención del fraude, lavado de dinero y lucha contra narcotráfico”.
Llegamos a la conclusión de que el blanqueo también es corrupción y no porque lo decimos desde el bloque Libres del Sur sino porque también así lo pensaban quienes hoy gobiernan y ahora cambian de postura, quienes traen dentro de un proyecto reparador para jubilados la necesidad de cumplir con corruptos que sacaron dinero del país y que de alguna manera no lo hicieron declarándolo sino en la oscuridad de nuestras fronteras. Eso también es corrupción.
Hoy como tucumano siento vergüenza –como lo expresa el cartel que he puesto en mi banca- de que un comprovinciano ayer intentara enterrar dinero. Hay que ser justos. Vemos con mucha impotencia a algunos que cuentan millones de dólares mientras a nuestro país no le va bien, a otros que pretenden enterrar el dinero y a otros que hoy quieren traerlo con este blanqueo que seguramente va a aprobar la Cámara de Diputados. En los tres casos se trata de corrupción.
Por eso creo que hay que discutir en este Congreso cuál deber ser el piso de dignidad que deben tener los 13 millones de argentinos que no la pasan bien; cuál es el piso de dignidad de quienes hoy no tienen trabajo o no llegan a tener un ingreso que les permita superar la línea de pobreza; cuál debe ser el piso de dignidad que deben tener los argentinos y argentinas que a pesar de contar con una obra social y un trabajo en blanco están más cerca de caer bajo la línea de pobreza que de poder mantener a sus familias.
Digo esto porque resulta que cuando tratábamos un proyecto tan importante como el referido a la devolución del IVA a la compra de alimentos de la canasta básica nos decían en este Parlamento que no se podía destinar a ese fin más de 29.000 millones de pesos, y por eso se fijó el tope de 300 pesos. Ahora bien, pareciera que no existe ese tope para los que deben cumplir con el pago de los impuestos.
Por un lado vemos que millones de argentinos pagan el impuesto a las ganancias a través de sus salarios, algo que no debería suceder; creo que este Parlamento debe discutir una norma al respecto en el menor tiempo posible. Por otra parte advertimos que no se dice nada de que el impuesto al valor agregado representa el 38,5 por ciento de la recaudación impositiva nacional, siendo un impuesto regresivo e injusto.
Con la sanción de este proyecto de ley se pretende premiar a los argentinos que tributan bienes personales y pagan el impuesto a la renta presunta. Pero resulta que quienes trabajan, quienes compran todos los días desde un kilo de pan hasta un electrodoméstico, deben seguir pagando sus impuestos.
Creemos que hay que legislar teniendo en cuenta la situación de todos los sectores de la República Argentina. Además, en un país tan rico como el nuestro debería darnos vergüenza tener cinco millones de niños bajo la línea de pobreza e indigencia. Ya podemos ver en cada una de las provincias de la Argentina niños revolviendo la basura porque no tienen qué comer.
Por eso creemos que hubiera sido mucho más importante que discutamos un proyecto de ley en serio para nuestros jubilados. Por ello, en nuestro dictamen de minoría planteamos la creación del Instituto Nacional de Previsión Social, que reemplaza a la actual Administración Nacional de la Seguridad Social -la ANSES-. En cuatro puntos sencillos podemos resumir este importante proyecto en el que vienen trabajando algunos colegas con mandato cumplido, como Víctor De Gennaro y Graciela Iturraspe, al que hemos adherido.
En primer lugar, creemos que los juicios que tienen sentencia firme deben pagarse en efectivo y sin ninguna quita. El haber de piso de dignidad de cualquier jubilado o jubilada debe representar el 82 por ciento de lo que cobra el empleado en actividad. El salario mínimo de nuestros jubilados tiene que ser el equivalente al salario mínimo vital y móvil. A su vez, éste no puede ser inferior a la canasta básica total.
No estamos hablando de cientos de miles de pesos que tendría que ganar un jubilado con el haber mínimo. Por supuesto, si hubiera dinero para darle, bien merecido lo tiene. Estamos hablando, como dice el señor diputado Pitrola, de que el salario mínimo vital y móvil tiene que ser equivalente a la canasta básica total, que en promedio en todo el país está entre los 10.000 y 11.000 pesos.
Debemos entender que con este proyecto de ley les devolvemos una parte importante de lo que se les debe. Con alguna quita y un plazo prorrogado quizás muchos de nuestros abuelos no puedan terminar de cobrarla.
Algunos jubilados creen que con esta medida van a tener un aumento importante en su ingreso y que una vez sancionada esta norma ninguno de ellos quedará debajo de la línea de pobreza o indigencia. Este concepto fue mencionado por varios señores diputados y yo lo comparto. Pero seguirá habiendo millones de jubilados que aunque reciban un aumento, éste no va a ser de la magnitud que ellos merecen para alcanzar ese piso que nosotros creemos que debe constituir la canasta básica total.
El señor diputado Daer, miembro informante de la mayoría, al iniciar su exposición planteó que el blanqueo de capitales era para recaudar dinero destinado al pago de la deuda a los jubilados. Más allá de lo que se le pida a quien fugó capitales de la Argentina –que es un porcentaje menor, no creemos que debamos centrar las expectativas en terceros sino que sostenemos que el Estado nacional tiene los recursos necesarios para pagar esta deuda como prioridad sin tener que depender de plata ligada a la corrupción. Muchos argentinos hacen un esfuerzo importante para pagar sus impuestos. Asimismo, muchos empleadores en la República Argentina tienen una presión impositiva muy fuerte y también hacen un esfuerzo para tener trabajo registrado. Por ello, decir que dependemos del blanqueo de capitales para devolver la dignidad a los jubilados es una mentira muy grande, y creo que no hay que jugar con quienes dieron todo el esfuerzo por nuestro país. Hoy, con 78, 79 y hasta 80 años están esperando la posibilidad de cobrar lo que ya tendrían que haber recibido desde hace muchos años.
Los aportes patronales fueron reducidos en 1993. Pese a que en nueve de los últimos doce años la Argentina creció a tasas chinas, todavía no se logró volver al ciento por ciento de los aportes patronales. Eso representaría un importante ingreso de recursos para que nuestros abuelos puedan tener una jubilación digna.
Nos preguntamos varias cuestiones, señora presidenta, y no encontramos una explicación válida cuando en esta ley de reparación histórica para los jubilados se plantean reformas impositivas. En realidad, se deja atrás la verdadera reforma impositiva que necesita el país. Se mantiene el IVA y tiene límites para los que menos tienen. La idea es recuperar el IVA para los alimentos. Por otro lado, se mantiene el impuesto a las ganancias a los trabajadores y nadie se cuestiona por qué no se grava la renta financiera.
- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Emilio Monzó.
Sr. Masso.- Mucho se ha dicho en la campaña electoral, pero ahora no se traen al recinto las verdaderas soluciones de fondo que nos permitan no solo reparar la situación de nuestros abuelos y abuelas como prioridad sino también la de muchos argentinos que hoy no la están pasando bien.
Finalmente, señor presidente, quería hacer una reflexión. Muchas veces nosotros, por estar ubicados en el medio del recinto, somos espectadores de las chicanas del bloque oficialista y del bloque del Frente para la Victoria.
Ocupa la Presidencia la vicepresidenta 2ª de la Honorable Cámara, profesora Patricia Viviana Giménez.
Sr. Masso.- En ese sentido, a quienes hoy tienen la responsabilidad de ser oficialistas les decimos que no hay que caer en la soberbia. La soberbia es mala consejera. La Argentina no se merece que porque hagamos un poco más de lo que hizo el gobierno anterior nos conformemos con eso. Es como si todos tuviéramos que levantar la mano y decir que nos conformamos. No es así, señora presidenta. Hay que analizar con verdadera profundidad los problemas que tiene la Argentina. Le puedo asegurar que los recursos están. Hay que redistribuirlos y colocar la mirada en los más débiles para luego brindarles soluciones a los más fuertes.
Haciendo un racconto de lo que ha hecho el gobierno nacional en los últimos seis meses, debo decirles que cuando quitó las retenciones al agro y a la minería no les colocó un tope. En cada medida social que hemos discutido o en cada decisión tomada por el gobierno nacional siempre ha habido un límite. Es por eso que yo me refiero a la necesidad de debatir el piso de la dignidad. Me hubiera gustado que estuviera presente en este recinto el señor diputado Eduardo Amadeo, que es el vocero de las medidas sociales que va tomando este gobierno.
Finalmente, hoy nadie puede estar en desacuerdo con que nuestros abuelos cobren una mejora. Pero no podemos acompañar desde el bloque Libres del Sur, en la votación en general, un proyecto que encubre un blanqueo de capitales y mejoras impositivas para los que siempre especulan en la Argentina. Es bochornoso el hecho que presenciamos ayer. Una vez aprobada esta ley, los que se llevaron la plata tienen que traerla. Nosotros no sabemos cómo hicieron ese capital que ahora les pretendemos blanquear. Por eso hay que ser cuidadosos respecto de los temas que deben incluirse en una norma. En este sentido, advertimos que la cuestión de los jubilados nada tiene que ver con el fondo, y se pretende aprovechar esta situación tan sentida para incluir otros asuntos que, lejos de ayudar a que el país tenga mayores recursos, hace que los pierda.
El oficialismo debe pedir a sus funcionarios que den el ejemplo. No podemos escuchar en un programa de televisión al titular del Banco de la Nación Argentina, Carlos Melconian, decir cuál es el problema de que los argentinos –incluido él- tengan recursos fuera del país. Digo esto porque justamente la ley de los fondos buitre se sancionó para repatriar capitales y tener acceso al crédito. Lo menos que deben hacer todos los funcionarios del gobierno nacional, por respeto a los argentinos que la están pasando mal y a los que pagan en tiempo y forma sus impuestos, es traer sus recursos a la Argentina y ponerlos al servicio del país para despertar una economía que cada día está más estancada. (Aplausos en las bancas.)