El gobierno vende espejitos de colores mientras la pobreza, y la malnutrición crecen. Por I. Rudnik
Devaluación e incremento de precios: el gobierno vende espejitos de colores mientras la pobreza, y la malnutrición crecen
La aceleración de la inflación anunciada por el propio gobierno, y la eliminación del IVA a sólo a 17 productos de la Canasta de Alimentos son condiciones para el crecimiento de la pobreza, la indigencia y la desnutrición.
La brusca devaluación de la semana pasada nuevamente provoca fuertes aumentos en todos los precios de la economía, y especialmente en los comestibles. El propio Presidente del Banco Central hoy afirmó que la inflación se acelerará en los próximos meses. El gobierno volvió a sacar del baúl de los recuerdos la eliminación del IVA en los alimentos de la canasta básica, medida que ya puso en marcha a principios de su mandato. En aquella oportunidad estaba dirigido a jubilados que cobraban la mínima y a perceptores de asignaciones sociales, que recibirían una devolución de hasta 300 pesos mensuales en sus cuentas/sueldo, cuando compraban con la correspondiente tarjeta de débito. Después de dos años y medio de vigencia, fue suspendida sin pena ni gloria ya que nunca llegó a producir ningún efecto.
La medida que rige desde el pasado viernes 16, si bien tendría alcance universal y debería producir una inmediata rebaja de precios equivalente al Impuesto al Valor Agregado eliminado eliminado, es aplicado a un limitado conjunto de productos de la Canasta Básica de Alimentos (CAB). Sólo 17 de los 57 componentes de la CAB están contemplados en esta resolución, mientras que otros 30 quedaron afuera. Entre los excluidos se encuentran todas las carnes y las verduras de la Canasta Básica.
Desde hace varios años los niveles de pobreza del total de la población argentina oscilan entre un 25 y un 35%, con un 10% en condiciones de indigencia. Esto provoca que en el mismo período los porcentajes de malnutrición no desciendan del 40%, especialmente entre niños/as y adolescentes de todo el país. En ese contexto excluir las carnes, verduras, frutas, quesos, manteca, de la lista de productos alcanzados por esta medida, parece por lo menos imprudente.
La eliminación del IVA con el objetivo de controlar los aumentos de precios es de dudosa efectividad. La metodología de devolución al comprador (jubilados, perceptores de asignaciones sociales) por adquisiciones con tarjetas de débito asociadas a sus cuentas sueldo, que se utilizó desde junio de 2016 hasta diciembre de 2018, no llegó a ser ni un pequeño paliativo para los destinatarios, cuando la inflación de 2018 alcanzó incrementos récord del 60%. La eliminación del IVA que rige desde el viernes pasado no se aplica teniendo en cuenta el comprador, sino sobre una reducida cantidad de productos de la CAB. Como no va acompañada de precios de referencia no hay forma de controlar que el impuesto que dejan de pagar los productores y comerciantes, se refleje en rebajas en el precio final que pagará el consumidor. En un período de alta volatilidad de todos los precios, es mucho más improbable que esto funcione adecuadamente.
Isaac Rudnik
Publicado en: lapiedraenelzapato.com