El efecto 50%

El efecto 50%

Twitter: @clorfus

Pasaron las primarias, las cuales nos dejaron un importante triunfo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En los motivos  de este triunfo hay variados elementos, motivos económicos, la crisis financiera internacional y sus efectos en Europa, un relato bien implementado por parte de los medios afines al gobierno. El kirchnerismo ha logrado una batalla cultural exitosa producto de plantearse frente a determinados enemigos (algunos ciertos, otros magnificados), en ese transcurso instalo un fuerte debate político que acompañado a surfear con éxito los números de la economía pos crisis 2009, instaló un escenario favorable tanto para su gobierno como para la mayoría de los oficialismos provinciales.
En ese marco distintos grupos mediáticos (sobre todo Clarin) sin proponérselos  le dieron una mano más que aceptable.  Al instalar una distancia de la CGT (Moyano) por un lado y de cierto aparato del PJ por otro, pensando que le harían mella. Han logrado acercarle al gobierno nacional sectores medios que son refractarios a esos actores.

Por su parte al instalar como posible y creciendo a Duhalde, despertaron el miedo al cuco que tanto estuvo buscando el kirchnerismo como forma de polarizar las elecciones. Este fenómeno de miedo al cuco de la Derecha le dio muy buen resultado al gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey en su disputa con el diputado Sojero Olmedo.

Por otra parte el distanciamiento de  Moyano y de la CGT le permite al gobierno por un lado tomar distancia de quienes pueden ser futuros protagonistas de conflictos en caso que la crisis internacional llegue con sus efectos a estas costas. Por otra parte brindarle un gesto a los intendentes del conurbano, que ven en Moyano a un competidor de peso dentro del armado del PJ bonaerense.
Triunfó una gestión con luces y sombras que sin ser igual a las de Macri y Schiaretti, no obstante, es preferida antes de cambiar por otra, con un fuerte argumento conservador, en el sentido de mantenerse en lo que está, antes de aventurarse a un cambio que pueda resultar riesgoso. 
Desde ya que no se debe desconocer el apoyo a la actual gestión presidencial. Quedan algunas dudas si por el sistemático robo de boletas u otros ardides administrativos no se modificó en un par de puntos el resultado, tratando de lograr el famoso efecto 50% y chirolas. Lo cual remite al simbolismo de “la mitad +1”.

No tiene explicación oficial todavía la desaparición del link que permitía observar uno a uno los telegramas escaneados de todas las mesas escrutadas. Algo que se hizo en la elección del 2009 y que da cuenta de un nivel importante de transparencia. Por otra parte es una incógnita porque en la provincia de Buenos Aires los votos en blanco para presidente son cerca del 6% de los positivos y cerca del 12% en el caso de diputados nacionales, superando en más de 154.000 votos el total de los votos a en blanco a presidente del total del país.


Efecto 50%

A partir del 50% legitimo o no, se pretende instalar que  las elecciones de octubre serán un trámite. Lo cual es muy probable que arroje una victoria de la Presidenta pero lo cierto es que las elecciones que realmente fijaran  el curso del país son las del 23 octubre. Para lo cual, de todas las opciones opositoras la del Frente Amplio Progresista ha tenido un gran resultado tras sólo tres semanas reales de campaña desde la victoria de Antonio Bonfatti al frente de la gobernación de Santa Fe. La única opción que es la que encabeza Hermes Binner como candidato a presidente (ver Editorial de Humberto Tumini)

El efecto 50% no puede inmovilizarnos a la hora de decir que hay un INDEC con sus dibujos (Facundo Moyano dixit) que esconde sistemáticamente millones de pobres, que los aparatos represivos están intactos causando más de 15 muertos en el último año, es vergonzoso que mientras el salario básico se aumenta a $2300, por debajo de la real línea de la pobreza, se les niega el 82% a nuestrxs jubiladxs, que las torturas en las cárceles son materia corriente, que todos los días desaparecen niñas, nuños, mujeres y hombres y el estado es totalmente ineficiente en su búsqueda. En definitiva implica seguir diciendo cuales son a nuestro entender las razones por las que el kirchnerismo no tiene voluntad política de modificar las estructuras de fondo que tiene nuestra nación, que siguen atadas lo que es el neoliberalismo. Bien lo describe Atilio Borón en una nota reciente “Este “modelo”, neoliberal en su espíritu y en su corporización práctica, tiene como puntales:

  • a) la sobrevivencia de la Ley de Entidades Financieras de Videla-Martínez de Hoz, pieza legal fundamental para institucionalizar el predominio de la banca extranjera y del capital financiero en general;
     
  • 
b) la vigencia de la Carta Orgánica del Banco Central establecida por Domingo F. Cavallo que todavía condiciona negativamente a las actuales autoridades de esa institución para actuar de conformidad con las exigencias de la coyuntura;
    
  
  • 
c) la extraordinaria regresividad del sistema impositivo, en virtud de la cual la renta financiera queda exenta de obligaciones tributarias al igual que la transferencia de activos de sociedades anónimas,  mientras que una parte creciente de los asalariados debe pagar el impuesto a las ganancias –la magia del neoliberalismo todo lo puede: ¡sueldos y salarios se convierten en “ganancias” y como tales sujetas a un tributo-  al tiempo que los sectores de menores ingresos ven encarecidos los ítems de la canasta básica de alimentos con un IVA del 10.5 %;
     
  • 

d) el continuo saqueo de nuestras riquezas naturales, sin ninguna clase de efectivo control  fiscal –especialmente en hidrocarburos, minería, pesca- que impide saber cuánto se extrae y cuánto se exporta. Si algún dato se tiene es por las declaraciones juradas que las empresas interesadas elevan a nuestras autoridades;
     
  • 

e) la descontrolada “sojización” del agro, con los graves perjuicios que conlleva no sólo una acelerada “reprimarización” de la economía sino también la expansión del monocultivo y la primacía adquirida por el poderoso complejo transnacional del “agronegocios”, en desmedro de los pequeños y medianos productores locales;
     
  • 
f) el elevado grado de concentración y extranjerización de la economía. Una encuesta periódicamente realizada por el INDEC sobre este tema demostró que en el 2010 las 500 mayores empresas del país  daban cuenta nada menos que  del 22 % del PIB de la Argentina. Ese mismo estudio señalaba que 324 de las 500 mayores empresas –o sea, dos de cada tres- que operan en el país son extranjeras; y todas foráneas son las seis más grandes: YPF, Cargill, Telecom, Petrobras, Carrefour y Jumbo. Extranjerización que, como lo señalan recientes estudios, se extiende también a la tierra, inclusive en zonas de frontera;
     
  • 

g) perpetuación de la precarización laboral, la tercerización, el trabajo no registrado (¡inclusive en la administración pública!), penosas herencias de los noventas que aún persisten en nuestros días.”(Atilio Borón tomado de su blog)

No conformarse con las comodidades que nos ofrece el Modelo K, sigue siendo nuestro desafío.
 

Escribir un comentario

Sin Comentarios

Aún sin comentarios!

Sé el primero en comentar este artículo

Escribir un comentario

Sólo <a href="http://libresdelsur.org.ar/wp-login.php?redirect_to=http%3A%2F%2Flibresdelsur.org.ar%2Fnoticias%2Fel-efecto-50%2F"> usuarios registrados </a> pueden comentar