[Córdoba] Condena por los crímenes de La Perla

[Córdoba] Condena por los crímenes de La Perla

El 25 de agosto de 2016 quedará inscripto como un día histórico donde varios de los principales genocidas de Córdoba fueron condenados por los crímenes que cometieron en el campo de concentración de La Perla (Córdoba), durante la pasada dictadura.

En números fríos, fueron 28 penas de máxima severidad que se repartieron ayer entre 43 imputados. Pero más allá de las 12ª condena a Luciano Benjamín Menéndez o la primera para su jefe de inteligencia, Ernesto “Nabo” Barreiro, el dato más impactante lo dio la multitud que se concentró frente a la sede de Tribunales Federales, en un día de semana al mediodía.


Fuimos miles los que escuchamos las condenas por la desaparición física, la privación ilegítima y la tortura de más de 700 víctimas; y fuimos miles los que confirmamos lo que ya sabíamos: La Perla funcionó como una inmensa máquina de muerte y de sufrimiento, pero también como el lugar donde se concentraba y se repartía el botín conformado por los bienes saqueados en los hogares de cientos de personas detenidas en forma ilegal.

La culminación de este juicio ha sido un paso trascendente también para ir conociendo el destino de miles de compañeros desaparecidos, para saber, por ejemplo, que efectivamente el nieto de Sonia Torres (titular de Abuelas Córdoba) nació vivo y fue arrancado de los brazos de su madre, Silvina Parodi, para ser entregado como si fuera un objeto a apropiadores que aún se desconocen.


Cuando la última condena fue leída, muchos nos fuimos a casa o volvimos a nuestros trabajos, pensando que aquí no hubo una “guerra sucia” -como al presidente Macri se le ocurrió decir hace unos días- sino un plan sistemático de persecución y exterminio. Por eso este juicio no solo implicó abrir una ventana que echa luz sobre los crímenes del pasado, sino que, al hacer caer la impunidad y el silencio, nos abrió una puerta al futuro, al país que queremos construir para las generaciones que vendrán.

Nestor Moccia