Canta y no llores

Canta y no llores
Cuando las palabras vuelan y el tiempo apremia

Estamos transitando el segmento que une el 14 de agosto con el 23 de octubre. Ya casi a medio camino, se asoman en el horizonte las posibles definiciones electorales. Basados en encuestas o en el ineludible resultado de las Primarias, encontramos hoy al Frente Amplio Progresista en un proceso de constante crecimiento.

Y dicho proceso conlleva una insoslayable necesidad de compromiso por parte de sus integrantes en la búsqueda del objetivo común. Conforme ello, surge el tiempo de la acción, de la militancia. Del relanzamiento de la Campaña. De la búsqueda del voto del pueblo argentino. Del voto del decepcionado, del voto castigo, del voto del cambio, y también de ese voto difícil. El voto que encontramos en regiones complejas.

Cierto es que desde el interior del país, podemos percibir un alto nivel de entendimiento y acercamiento hacia la propuesta del FAP. El Federalismo profesado e implementado por Hermes Binner en la Provincia de Santa Fé, es seguramente uno de esos disparadores. Es el ciudadano del Interior el que más entiende de diferencias y de necesidad de Federalizar la Nación, de redistribución de la producción, impuestos y beneficios. No obstante, no debemos bajar los brazos. Todo lo contrario.

Pero no es ninguna novedad saber que en donde se “cocina” el resultado de los comicios a nivel nacional, es en la Provincia de Buenos Aires. Y más precisamente, en el Conurbano Bonaerense.
Tamaña tarea la que les ha sido encomendada a Margarita Stolbizer, a Victoria Donda, a Víctor De Gennaro… al mismo Dr. Binner. Cómo ubicamos al FAP en la mesa de quienes durante años han desayunado con los abusos justicialistas y radicales? Cómo les enseñamos a cantar a quienes por años han convivido con la mentira, la falta de respeto, y fundamentalmente de derechos (humanos, civiles y sociales)? Cómo abordamos un electorado sumergido en gravísimos e irresolutos problemas con la inseguridad? Cómo les enseñamos que cuando las lágrimas afloran, es porque ya es tarde, y el reloj dijo basta.
Es la búsqueda de generar conciencia en un terreno donde es tristemente una costumbre el manoseo inescrupuloso del ciudadano. El “todo vale por un voto”. El aferrarse a las carencias de los ciudadanos en beneficio de un sistema perverso. Ese sistema que “les muestra el dulce, y luego lo esconde”. Que ha jugado, y lo sigue haciendo, con la dignidad cívica de cada uno de ellos. En definitiva, donde reina, y con fundamentos, el temor. Temor al cambio, temor a represalias, temor a un cuarto cada vez más oscuro a la hora de votar.

Entonces, por dónde arrancamos? Es sólo una cuestión de mensaje o debemos proceder de otra manera? Estamos en presencia de un electorado que necesita oír o que busca desesperadamente alguien que sepa escuchar lo que tienen ellos para decir?
Difícil, sí. Imposible, no.

Es menester del progresista saber escuchar, aprender a adaptarse a los avatares que nos presenta el estadio político bonaerense. Sabemos quiénes somos, qué proponemos y qué nos respalda. Y, por sobre todas las cosas, el ser humano, si de humanos se trata este asunto, el ser humano, el hombre, es un ser optimista por esencia. Si hay algo que no va a perder nunca es la fe, la esperanza. La fe en que todo lo malo puede pasar. La esperanza en que de una vez por todas llegue ese Presidente, ese Gobernador, ese Diputado, Intendente y/o Concejal con un plan serio y con un equipo de gente capacitada para llevarlo a cabo.
Soplan aires de cambio. Ese cambio está en nuestras manos.

Marcelo Maqueda