Con audacia por sobre todo. Editorial de Humberto Tumini
13 de Enero del 2018
Editorial
Con audacia por sobre todo
En octubre pasado Cambiemos ganó las elecciones nacionales de medio término de manera clara. No tanto por el porcentaje nacional alcanzado, alrededor del 42% de los votos, sino por otras cuestiones: que triunfó sobre Cristina en Buenos Aires, que lo hizo en los principales distritos y que, cuestión fundamental, la oposición apareció débil y dispersa.
Confiado en esos resultados el gobierno de Macri decidió avanzar en algunas medidas urticantes de su proyecto neoliberal de país, pensando que ahora si tenía consenso para ello (no se había animado antes, después de ganar la presidencia solo por dos puntos en la segunda vuelta). Allá fue entonces con la reforma previsional que le recortaba ingresos en aproximadamente 80.000 millones de pesos a los jubilados y a la AUH. Si bien logró finalmente que se aprobara la ley, las consecuencias de ello fueron durísimos enfrentamientos en el Congreso con miles y miles de manifestantes, nutridos caceroleos posteriores en la ciudad de Buenos Aires y muchas otras del resto del país y, en definitiva, una baja de 10 puntos en las encuestas de la imagen presidencial. Como un coletazo de todo ello se vieron obligados a postergar sin fecha la reforma laboral, ante el prudente repliegue del apoyo a ella del PJ y la CGT.
En decir, se puso negro sobre blanco que una cosa son los votos que obtuvieron meneando el cuco de Cristina Kirchner y otra son los ciudadanos que les bancan el proyecto para ricos que traen bajo el brazo. Como dijo Eduardo Fidanza en La Nación recientemente: “muchos votantes están en Cambiemos como están en las prepagas: maldiciendo, pero sabiendo que no tienen a dónde ir”.
Pero no solo entre una parte de los votantes recientes de Cambiemos hay una búsqueda de una propuesta política distinta que los represente genuinamente, habida cuenta de que lejos están de ser de derecha. Lo mismo sucede en un segmento del electorado kirchnerista. Si bien logró Cristina retener una parte del mismo, se le redujo significativamente, pasando del 54% allá por el 2011, a conservar alrededor del 20% en los recientes comicios. Los bolsos de López, el desfile de sus funcionarios hacia el penal de Ezeiza, la endeblez de un relato que hablaba de preocuparse por los que menos tenían y dejó un 30% de pobreza, la soberbia y agresividad hacia los que no piensan como ellos, tuvo sus consecuencias. Una porción importante de la sociedad que los apoyaba con su voto se apartó de ellos y ya no quiere volver a ese pasado.
Las esquirlas de la realidad también impactaron sobre el PJ que no acompaña al kirchnerismo. Por un lado las sospechas de corrupción recaen sobre ellos, mientras sus administraciones se revelan ineficientes; ya no les sirve como antes el “roban pero hacen”, pierden electorado y apoyo por allí. Por el otro costado buscan salvar su poder sobre la base de negociar con el gobierno nacional, aceptándole -e incluso apoyándole en algunos casos- las peores medidas. También cuestiona esto una parte de su base electoral tradicional.
En resumidas cuentas, la realidad nos refleja hoy un sistema político en crisis, que es donde se apoya -en un grado nada desdeñable- el macrismo para avanzar con su proyecto de minorías. Hay una porción importante de argentinos y argentinas que no está de acuerdo con las políticas de Cambiemos ni con el país que les ofrece; tampoco quieren regresar al pasado de corrupción generalizada, de doble discurso, de “relato” que pintaba una realidad cuando era otra, de soberbia. Pero no tienen una opción política que los convoque y entusiasme. Sobre esa realidad cabalga la derecha para sacar partido, y no solo la derecha sino también el kirchnerismo. En resumidas cuentas los que medran con la “grieta”.
Hay votantes de Cambiemos que avalan cada vez menos las políticas reaccionarias de este gobierno; no solo las económico sociales sino también otras como las represivas. Hay cantidad de ex votantes kirchneristas que están a la búsqueda de un proyecto de futuro; que no los remita al pasado ni que sea funcional a Macri como hoy es Cristina. Hay un tercer segmento de ciudadanos, peronistas ellos, que ya no son atraídos por el justicialismo actual, incapaz de enfrentar seriamente al gobierno, desunido y sin liderazgos.
A toda esa sociedad que está a la búsqueda de una nueva opción política que los represente mas genuinamente, y que tenga posibilidades de ser una opción de poder real y distinta a esta de la derecha gobernante, debemos ser capaces de convocar.
Es una tarea difícil, a la que se le pondrán de un lado y de otro todos los obstáculos posibles. Por eso no debemos demorarnos; ni dejar que el desánimo por falta de otros horizontes se extienda. Ya es tiempo de salir de la defensiva política.
Elaborar un nuevo proyecto para contraponerle a este en curso, que contemple los intereses de las mayorías y de la nación en el contexto actual del país, la región y el mundo. Convocar a la unidad política de las fuerzas populares atrás del mismo y actuar con mucha audacia, son los tres pilares donde debemos apoyarnos para buscar la salida de esta nueva noche neoliberal que se extiende por nuestra Argentina.
Humberto Tumini
Presidente de Libres del Sur