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Isaac Rudnik: “Están tratando de planchar el consumo”

Asegura que durante la década kirchnerista no se supo administrar el dinero público para generar un cambio de fondo. Se queja de que el país deba importar energía para producir. Dice que Mendoza es cara.

Por Gabriela Balls

Isaac Rudnik es un intelectual que camina las calles y los barrios más humildes para conocer todas las inquietudes de la gente. Con seguridad y firmeza de conceptos, explica a Los Andes el complejo mapa de la inflación, sus consecuencias y proyecciones para el futuro. Rudnik visitó Mendoza la semana pasada para presentar un nuevo relevamiento: el índice de precios de Godoy Cruz, el cual se sumará y perfeccionará el Índice Barrial de Precios del Gran Mendoza realizado por Barrios de Pie. 

-¿Cómo se encuentra Mendoza en relación a sus precios? 

-Desde que empezamos a medir los precios de Mendoza vimos que hay un diferencial en la Canasta Básica que está siempre por encima de las otras provincias. En lo que hace al rubro de Alimentos está por encima en un promedio de 10%. En la relación de variación de precios de 2013 estaba también por encima de la medición del conurbano bonaerense. La diferencia fue del 34% y acá dio 38%.

-¿Con qué provincias compara usted a Mendoza en cuanto a precios? 

-Nosotros relevamos en 8 provincias del centro-norte-litoral de la Argentina. Medimos los precios del conurbano bonaerense y Mar del Plata, en Buenos Aires; en el litoral: en Resistencia y Corrientes; y en el norte: en Salta y Tucumán; y también en la Ciudad de Córdoba, en Río Cuarto y en el Gran Mendoza. 

-¿Qué piensa de los últimos cambios del Indec? 

-El tema principal sigue estando en el mismo lugar. Si uno visita la página web del Indec, ellos han publicado un extenso documento sobre la nueva metodología. En realidad, ahí ponen el acento en el hecho de que el nuevo índice es más abarcativo y el antiguo índice antes no se tomaba. Ahora toma más ciudades del país. La variación que publicaron de enero les da 3,7%, un poco menos que las consultoras privadas y la nuestra. En alimentos les da 3,3%. Todos coincidimos en esa cifra; a nosotros nos da 3,8%. 

Aunque ellos no publican valor de Canasta Básica ni los precios. Ahora, el Indec no dicen a qué se refiere el IPC porque nosotros medimos la lista de los Precios Cuidados. Entonces, no sabemos qué es lo que miden ellos. En la Canasta Básica total miden un total de $ 800. Nosotros decimos que el problema no es metodológico sino que no refleja la verdad de los datos que están recogiendo. Tenemos que ver qué pasa en febrero. Nos da alta nuestra proyección. En el caso de Corrientes nos da por encima del 10% y en Tucumán en un 8%. 

-¿Y qué ocurre con el índice más importante: el de la pobreza? 

-Están los índices de pobreza desagregados por región. Lo miden sobre la base de la Canasta Básica que es de $ 780. Y si la línea de la pobreza está por debajo de los que perciben ese ingreso, resulta que es entre 1% y 2% de la población. Ahora si decimos que la Canasta Básica anda por los $ 2.200-$ 2.400, la cantidad de hogares que perciben menos que eso es del 25% y hasta 30%. 

-¿Cuál es el dato de indigencia? 

-El Indec todavía no publicó la Encuesta Permanente de hogares del último semestre. Lo publicarán en estos días. Ahí vamos a ver qué dato toman. Si el de la Canasta Básica de los $ 780 o revisarán lo que han publicado hasta diciembre. Ahora para publicar la verdad deberían negar lo que ya han publicado antes. Esto es difícil. 

-¿Cuál es el impacto de la falta de datos fiables en nuestra sociedad? 

- Es una falsificación de la información. Las consecuencias son muy negativas. Porque, primero, genera una situación de enorme incertidumbre respecto de la situación real en su conjunto. Los datos, al ser alterados, trastrocan todo y más con los datos de inflación: si son del 10% o el 25%, la pregunta es cuál es la situación de pobreza de la sociedad. Esto se traslada a todo. Si medimos PBI, lo producido por el país en un año y si descontamos el 10% de inflación, es un dato. 

Ahora si le descontamos el 25%, el valor es otro. Ahí tenemos otros elementos, como, el salarial. Si recibiste un aumento del 25% y la inflación es del 10%, fue algo bueno. Ahora si es al revés, y todavía encima el aumento es escalonado, seguro que perdiste. Esto genera una incertidumbre enorme y el otro elemento es el descreimiento en las instituciones y en el discurso oficial; produce un daño enorme al funcionamiento social. 

-¿Cuál es su pronóstico de inflación para 2014? 

-Bueno, es difícil. Viendo la publicación de la lista de contención de Precios Cuidados y todo el esfuerzo del Gobierno (nacional) por controlar los precios y ya vemos que entre enero y febrero tenemos una suba del 12%, puede ser una proyección alta. La de 2013, fue la más alta desde 2003. O sea, de la última década. La de este año, la puede superar. Hay que ver qué pasa en los próximos meses. 

-¿Qué opina de los Precios Cuidados?

-Todas estas herramientas son útiles pero en el corto plazo. El Gobierno (nacional) está muy concentrado en detener el incremento, ganando tiempo para que el consumo de la población continúe en el mismo nivel, con los precios contenidos. La disminución no vendría vía baja de la oferta, sino por la baja de consumo. Esto se refleja en una discusión muy fuerte en el marco de las paritarias porque se pelea que los aumentos no estén por debajo de esto que se está midiendo. 

Están tratando de planchar el consumo o las transferencias de rentas o los subsidios. Con los aumentos a los jubilados del 11%, tienen ese objetivo: está por debajo y es un intento de enfriar la economía. La idea es contener y generar menor consumo. 

-¿Cómo cree que llegamos a este nuevo ciclo inflacionario? 

-Esto es consecuencia de que en la etapa de crecimiento que se produjo en estos años, nuevamente no se aprovecharon los ingresos importantes que hubo y sigue habiendo por las exportaciones; no se aprovechó ese dinero para generar algunas transformaciones estructurales básicas e indispensables. Por ejemplo, en infraestructura o en desarrollo de las nuevas fuentes energéticas. Ocurre que las dinámicas de crecimiento interno nuevamente chocan con la necesidad de sustentar el crecimiento ante la escasez de las fuentes de energía que hay que importar. Si para producir tenemos que importar energía, llegamos a una situación en la que no podemos o no pudimos efectuar las transformaciones estructurales y genuinas que necesitamos. 

-¿Cree que podemos salir de este momento recesivo? 

-La inflación es alimentada por las expectativas y por la ausencia de políticas del Estado destinadas a producir una mediación con las empresas monopólicas, extranjeras, corporaciones y grandes empresas que controlan la economía. El Estado tiene que participar ahí poniéndose al servicio del bien común. 

No es el rol del confiscador, sino de mediador entre las aspiraciones de las empresas y la sociedad. Si se cumple ese rol, las empresas pueden obtener ganancias y la población percibir un crecimiento importante. 

- Nuestros vecinos también son países que tienen monopolios comerciantes y grandes capitales como Brasil, Chile y Perú. ¿Por qué no tienen inflación? 

-Son situaciones distintas en cada país. Igual es una referencia importante esto que preguntás. Nuestros productos de exportación, que nos dan ingresos genuinos, coinciden con nuestros productos básicos en la canasta de alimentos. Entonces, entre el mercado interno y el externo compiten en precios. Exportamos lo que también consumimos cotidianamente y compiten. Esto hace 200 años que nos pasa. 

Hay que lograr y acordar con esos sectores productivos en cuanto a los precios y a las negociaciones de comercialización. El Estado debe mediar y si no, fracasa, como está sucediendo en este momento.

Nota en: http://www.losandes.com.ar/notas/2014/3/16/isaac-rudnik-estan-tratando-planchar-consumo-773190.asp