Hermes Binner había dormido poco, pero ayer antes de las 10 de la mañana ya estaba en su despacho de la sede de la gobernación en Rosario de traje, corbata y engominado. Se mostró contento por el triunfo de su candidato, el socialista Antonio Bonfatti, aunque reconoció que esperaba una diferencia mayor. Al analizar el resultado, sostuvo que “el 78 por ciento de los santafesinos votó en contra de la Presidenta” y opinó que, tras las derrotas del kirchnerismo en la Ciudad y en Santa Fe, no cree que Cristina Kirchner pueda ganar las elecciones presidenciales en la primera vuelta. Estos son los tramos centrales de la entrevista de Binner con Clarín y otros dos diarios nacionales.
¿Qué lectura hace de la elección? ¿Lo sorprendió la paridad con Del Sel?
Nosotros caminamos mucho la calle y en los últimos días nos decían: ‘ustedes ganan seguro, pero al que no hay que votar es al candidato de Cristina’. Esa no fue la única causa, hay mucha gente que está cansada de los vaivenes de la política o, directamente, de los políticos.
¿Pero no hubo también un voto en contra del socialismo?
Sí, por qué no. En el ejercicio del Gobierno siempre hay desgastes y eso provoca que haya gente que no esté conforme.
¿Tiene que ver sólo con el desgaste? ¿O pudo haber ocurrido que aquellos que querían votar contra el Gobierno no terminaron de tener claro dónde estaba parado el socialismo?
Hay distintos comportamientos que tienen que ver con ser hijos o entenados. Nunca tuvimos un diálogo propositivo alrededor de lo que necesita Santa Fe. Siempre fue a partir de una mirada centralista que se definía lo que nosotros necesitábamos.
Entonces ¿usted abona la teoría de que el 70 por ciento de los santafesinos votó contra el Gobierno Nacional?
No, el 70 por ciento no, el 78 por ciento de los santafesinos votó en contra de Cristina y de un poder central que nos ha discriminado y que es responsable de un modelo agotado. Hubo gente que, como pensaba que a nosotros nos sobraban los votos, votó a Del Sel porque no quería que Cristina saliera segunda. El apoyo masivo y directo de todos los niveles del kirchnerismo a su candidato en la provincia fue un gran fracaso. Luego de la derrota, nadie vino ni siquiera a expresarle su apoyo a Rossi. Es una derrota huérfana.
¿También se podría decir entonces que el 60 por ciento votó en contra del Frente Progresista?
Sí, bueno... o que el 40% votó a favor.
¿Cómo cree que queda su candidatura presidencial después de esta elección?
Creo que queda fortalecida. Totalmente.
Tras las derrotas del kirchnerismo en Capital y en Santa Fe, ¿cree que Cristina Kirchner puede ganar las elecciones presidenciales en primera vuelta?
A mí me parece que no, no creo que Cristina pueda ganar en primera vuelta. Puede ganar, pero no en primera vuelta. Creo que habrá balotaje, y la elección de Santa Fe tiene un alto significado.
¿Y quién cree que va a enfrentar al oficialismo en un hipotético balotaje?
Eso es como preguntarle a alguien ‘quién es la mujer más linda del mundo’. Y ... mi mamá.
En caso de balotaje, ¿cree que se puede hacer cualquier acuerdo o, como dijo hace poco, para eso es mejor que se queden los que están?
Es imposible que un partido político solo gobierne Argentina, Santa Fe o Rosario. Tenemos que pensar en compartir ideas y propuestas en función de un proceso. Lo que nosotros necesitamos, si podemos estar en el balotaje, es fortalecer una propuesta.
Y en caso de que se quedaran afuera de ese balotaje ¿qué posición adoptarían?
Hay que entender la necesidad de respetar lo más valioso que tiene la población, y es el voto. Eso no es lavarse las manos y decir vote por cualquiera. Nosotros no le vamos a decir a la gente vote por éste, vote por aquel. Y por lo tanto están en libertad de votar.
¿Usted prefiere que gane cualquier opositor antes de que la Presidenta sea reelecta?
No, yo creo que hay cosas positivas del Gobierno y hay muchas cosas negativas. Nosotros no quisiéramos que el presidencialismo se convierta en hegemonismo. Nuestra posición no es sacar al que está o ganarle al que está a toda costa.
¿Por qué cree que es mejor candidato que los otros de la oposición?
Tendría que fijarme en el espejo. Es una pregunta difícil... Primero porque tenemos experiencias de Gobierno, y experiencias exitosas, en Rosario y en Santa Fe.
¿Y el resto de los candidatos opositores no tienen esa experiencia?
Unos sí y otros no. Carrió no y Duhalde, sí. Alfonsín no tiene y... Yo creo que esa es una ventaja.
¿Cree que las primarias serán una suerte de primera vuelta?
Es probable, el resultado de las primarias hará que la gente se encolumne detrás de tal o cual.
Pero no comparte la idea de Duhalde de que todos apoyen al opositor que resulte mejor posicionado...
Yo no, pero la gente puede tener esa lógica.
EL PAIS › BINNER ENCARA SU CAMPAñA
“Miramos para adelante”
Por Nicolás Lantos
Desde Rosario
La victoria de Antonio Bonfatti en las elecciones santafesinas significó también el punto de partida de la campaña presidencial de Hermes Binner: el gobernador dependía de un triunfo de su delfín para apuntalar sus pretensiones para las primarias del 14 de agosto, y su discurso del domingo por la noche fue virtualmente su debut como aspirante a la Casa Rosada. Con todo, los cruces que mantuvo con la presidenta Cristina Kirchner durante la semana previa habían anticipado ese rol. Dentro de la variopinta oferta opositora, Binner intenta distinguirse como una alternativa razonable, que supo apoyar algunos proyectos del gobierno nacional en lugar de esgrimir un no automático: “No hay más espacio para presidencialismos extremos. Necesitamos más democracia, no un país en blanco y negro, sino un país en celeste y blanco”, le dice a Página/12 mientras todavía resuenan los ecos por las elecciones del domingo.
–¿En qué cambian sus planes de cara a octubre el hecho de haber obtenido una victoria más ajustada de lo esperada?
–En nada. La verdad es que hemos retenido todos los lugares que gobernábamos y que hemos avanzado bien en otros. Estamos contentos. La diferencia entre lo que era la encuesta y la realidad son dos puntos, que probablemente hayan ido a Del Sel. En los sitios donde trabajamos más tiempo, como Rosario, hay una fidelidad del voto interesantísima.
–En la alianza provincial que se impuso el domingo conviven tres candidatos nacionales diferentes, ¿corre peligro el futuro del Frente Progresista en Santa Fe?
–Es cierto que tenemos distintos proyectos de país, pero también es cierto que el Frente Progresista en Santa Fe lleva 20 años, durante los cuales los integrantes no se han retirado, somos los mismos desde el primer momento. Hace cuatro años, el radicalismo apoyaba a Lavagna y nosotros a Carrió, y eso no impidió que ganáramos la provincia ni entorpeció el desarrollo de proceso de crecimiento de Santa Fe. Es una garantía de democracia darles la libertad a los integrantes del Frente, y no va a tener ninguna incidencia. Hoy me han llamado los intendentes radicales, que están contentos, han tenido muy buenas elecciones.
–¿Siente la elección de Del Sel como un llamado de atención?
–Depende. El PRO, que no existía en la provincia, le ha dado un espacio de expresión para los sectores que comulgan con esa idea y ha sacado muchos votos de la gente simple que aspira a vivir mejor. Pero nosotros estamos muy contentos con el resultado de la elección. No tuvimos otro apoyo que no fuera nuestro propio trabajo. En Santa Fe en estos años pagamos el 82 por ciento a los jubilados, redujimos la mortalidad infantil por tres años consecutivos, estamos objetivando lo que significa la cadena de valor en todas sus etapas. Y en esto hay muchas trabas del gobierno nacional que realmente generan impacto en el voto de la gente del campo y también de las ciudades que dependen de la actividad rural.
–¿Cuáles son sus perspectivas para las elecciones presidenciales?
–Nosotros estamos trabajando sin números hoy. Tenemos, sí, un gran entusiasmo que surge de convocar a gente importante, como es el caso de Margarita Stolbizer, Luis Juez, Humberto Tumini, Victoria Donda, Víctor De Gennaro, gente que viene del peronismo, del radicalismo, del socialismo, para construir algo diferente. Y eso es no aferrarnos a un modelo, sino aferrarnos a una propuesta de diálogo y cambio. En Argentina hay una clara definición, que es que la gente quiere un país normal. Donde haya derechos para todos, donde se pueda pensar en el respeto a la Constitución y las leyes, al diálogo interpoderes, al diálogo de lo público y lo privado. No hay más espacio para presidencialismos extremos. Necesitamos más democracia, no un país en blanco y negro, sino un país en celeste y blanco. O miramos para atrás o miramos para adelante.
–Usted a veces apoyó algunos proyectos legislativos del Gobierno, marcando diferencias con otros sectores no oficialistas. ¿Sus cruces recientes con la Presidenta tienen que ver con su búsqueda de un perfil más opositor de cara a octubre?
–Es que ese es el error del modelo de considerarte amigo cuando uno vota proyectos con los que está convencido y considerarte enemigo cuando uno no vota una ley. Por eso tenemos que pensar en otra Argentina. Sobre los cruces, a mí estas decisiones que se toman sobre invertir en Santa Fe me parecen bárbaras, ¿pero a usted le parece que un día antes le avisen al gobernador que va a ir la Presidenta? Eso no corresponde, hay que recordar que las provincias son preexistentes a la Nación y cuando se constituye el país se decide respetar el federalismo. Todo esto es parte de nuestra historia. Nosotros no podemos cambiar la historia.






Sé el primero en comentar este artículo
Escribir un comentario