Tumini sobre corrupción política y la imputación a Cristina Fernandez: "Ley pareja no es rigurosa"
Corrupción política
Todo indica que la justicia finalmente avanzará sobre el entramado de corrupción del kirchnerismo, lo que constituye una muy buena noticia. Sabido es que atrás de un “relato” pseudo progresista, hubo un enriquecimiento masivo de funcionarios en los tiempos que Néstor y Cristina gobernaron la nación. Lo que significó acumular fortunas injustificables desde la familia Kirchner para abajo. Los mismos dirigentes que hablaban de defender las banderas nacionales y populares, terminaron emigrando en masa a vivir en Puerto Madero o en otras lujosas zonas, con autos de alta gama y haciendo impúdicas ostentaciones de riqueza que daban vergüenza ajena.
Esta corrupción generalizada durante el kirchnerismo, no solo generó muertes como en el accidente de Once o la inundación de La Plata (por poner solo dos ejemplos), sino que fue además el instrumento que usaron para comprar voluntades en todos los terrenos: la política, los empresarios, el congreso, los sindicatos, las organizaciones sociales, la cultura, hasta en los derechos humanos. Arrastraron así por el fango las banderas que decían defender. Sabido es: robar y enriquecerse con los dineros públicos nada tiene de progresista.
Por tanto, en buena hora que la justicia investigue y castigue a todos los que delinquieron en el ejercicio del pasado gobierno. Ya sabemos que eso no ha sido lo que sucedió, salvo algunas y secundarias excepciones, desde 1983 en adelante en nuestro país.
No obstante, bueno es alertar que lo que vale para el kirchnerismo debe valer también para el gobierno de Cambiemos que se ha iniciado hace cuatro meses. La ley debe ser pareja y para todos, sin hijos y entenados.
Por lo pronto digamos que en la Oficina Anticorrupción, que debe contemplar no solo los casos del anterior gobierno sino también del actual, se ha puesto una obediente militante del PRO, Laura Alonso; la que ya ha empezado a justificar todo lo que afecte al macrismo, aunque para ello tenga que retroceder vergonzosamente en lo que ella misma había sostenido. Allí están, entre otros ejemplos, sus posturas antes y después en cuestiones tan urticantes como el contrato de Chevrón o el lavado de dinero.
En segundo lugar, alertamos que ocupan un lugar destacado en la mesa chica del presidente, empresarios cuya principal actividad es tener millonarios contratos con el Estado; tanto con el de la Ciudad de Buenos Aires como con el de la Nación. El kirchnerismo cultivó el capitalismo de amigos, otorgándoles enormes beneficios a determinadas empresas. Algo de eso hizo también Macri en su gobierno en la CABA y, todo indica, va por el mismo camino ahora. Para muestra basta un botón: mientras bajaba la bolsa estos días, subían las acciones de las empresas de Nicolás Caputo. Hasta Carrió alertó al respecto.
Finalmente digamos que acaba conocerse una investigación internacional, denominada Panamá Papers, por la cual salieron a luz una enormidad de operaciones en paraísos fiscales. En ella aparecen Macri con dos empresas offshore y una cantidad importante de dirigentes del PRO. Algunos de muy estrecha relación con el presidente y el grupo empresarial de su familia, como su ex Ministro de Hacienda Grindetti. Las explicaciones dadas hasta el día de hoy por todos ellos, del presidente para abajo, son harto endebles y suenan a justificación.
La misma justicia que hoy está avanzando sobre los casos de corrupción del anterior gobierno, incluyendo en los que habría participado la ex presidenta, debe ser igual de rigurosa con el gobierno de Cambiemos. Habida cuenta de que hay mas de un elemento de la historia reciente, respecto de los que ahora están al frente de la administración pública nacional, que indica que suelen renguear del mismo lado.
Muy malo para el país sería que los que vinieron supuestamente a “cambiar” la corrupción generalizada del kirchnerismo, simplemente vengan a repetir la historia con la misma impunidad que tuvieron aquellos en su momento.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur