Nunca más ajuste y represión. En homenaje a los pibes del 19 y 20

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Nunca más ajuste y represión para defender a los poderosos

La campaña presidencial implicó un debate acerca de cuan gradual o no iba a ser el “necesario” ajuste que se viene. Si bien hay que ver al calor de esta nueva idiosincrasia con la que llega esta derecha al poder cuáles serán las estrategias que se darán para ello, no caben dudas que se orientan a llevar adelante políticas en favor de los grandes intereses concentrados que representan y en perjuicio de las mayorías populares. Así las primeras medidas del gobierno macrista dan cuenta de que mientras eliminan las retenciones al campo (y bajan en el caso de la soja), anuncian aumento de tarifas y devaluación lo cual traerá graves consecuencias en los sectores trabajadores, trabajadores precarizados y desocupados.

Dejan claro además cuál será la respuesta para los que sectores que en las calles nos opongamos a sus políticas. En el Ministerio de Seguridad, en reemplazo del Coronel Berni, designaron a Eugenio Burzaco, un funcionario vasta experiencia en reprimir el conflicto social: fue asesor de Sobisch cuando dicho gobierno fusiló al docente Fuentealba en un corte de ruta, precedido por miles de denuncias de abuso policial de la policía bajo su mando. Además fue Jefe de la Policía Metropolitana en la CABA durante la represión conjunta entre dicha fuerza y la Federal al Parque Indoamericano en 2010, que se cobró la vida de varias personas y dejó sin hogar a cientos de familias.

Por eso onos movilizarnos una vez más para exigir que no haya más ajuste y represión para defender a los poderosos y en perjuicio de las mayorías. No nos conforma el presente, no estamos dispuestos a retroceder ni frenar la lucha. Estamos dispuestos a construir futuro para nuestro pueblo, tal como siempre nos eneñaron las luchas de las juventudes de este país, solidarias y combativas.

A 14 años del 19 y 20 de diciembre: Homenajeamos a los pibes que arriesgaron la vida por otra Argentina

Con los estallidos de diciembre de 2001 se expresó la manifestación y organización popular heterogénea que se venía gestando de mucho antes: el pueblo argentino salió a las calles y le dijo basta al modelo neoliberal, reclamando una renovación política profunda. A 14 años, sigue pendiente la construcción de un país más justo e inclusivo; y de una cultura política de cara a las grandes mayorías. La juventud tiene que empujarla.

El Kirchnerismo, que emergió de aquella crisis, llegó con la promesa de renovar la política para “salir del infierno” mediante la convocatoria a la transversalidad, iniciando un proceso que generó muchísimas expectativas y avances pero que quedó trunco cuando volvió a recostarse y a empoderar a esa misma herramienta que sirvió al neoliberalismo para devastar el país: el Partido Justicialista, llegado al final de su ciclo ofreciendo como propuesta de “continuidad” a Daniel Scioli, la expresión de ese PJ que gobernó en los 90 y que en su paso por la provincia de Buenos Aires gobernó con ajuste en las áreas sociales más sensibles y con la Policía Bonaerense a flor de piel, persiguiendo y criminalizando a la juventud y de la mano de lo peor y reaccionario de la política, con los Intendentes del conurbano bonaerense a la cabeza. Decisiones de ese tipo le abrieron la puerta a una derecha que emerge en este 2015 fortalecida, renovada y ya en el gobierno nacional.

La construcción política que encabeza Cambiemos es una derecha nueva. Comenzó a gestarse alrededor de la crisis de representación política del 2001 y ha llegado en esta elección también a expresar algunas de las demandas de renovación que permanecen vigentes y que el kirchnerismo por su parte hace muchos años había dejado atrás. El extraordinario manejo del marketing en un marco de cierta crisis de identidades políticas, logró capitalizar demandas, códigos y sentimientos en amplias capas de la sociedad, en los diversos sectores y regiones del país. La discursividad que subsume la argumentación instalada por el kirchnerismo también le sirvió a Macri para poder desplegar las estrategias publicitarias que llevó adelante.

A esa nueva derecha le tenemos que oponer una nueva construcción politica, la que nos debemos desde 2001. Sin detener la lucha y conquistando derechos, como desde 2001.