“No hay país desarrollado sin empresa estatal”

“No hay país desarrollado sin gran presencia de empresas del Estado”

23 mar, 2012 | 5:31 Hs. | Por Redaccion | Categoría: Destacado Economía


Entrevista a Alfredo Schclarek Curutchet, economista de la Universidad Nacional de Córdoba, especialista en el análisis de compañías públicas.

En momentos en que arrecian las versiones acerca de una reestatización de YPF –no descartada por el oficialismo- y en que la Municipalidad de Córdoba tercerizó de manera exprés la recolección de basura –y se apresta a avanzar con la Tamse-, es necesario recuperar los debates acerca de la estatización de empresas, discusiones que tienen larga tradición en Argentina y en el mundo. Para ello, Comercio y Justicia entrevistó a Alfredo Schclarek Curutchet, economista de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y analista del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes).

- ¿Por qué están volviendo a debatirse procesos de estatización o privatización de empresas de servicios públicos en el país?

- Hay por lo menos tres elementos que explican por qué este debate está volviendo a la agenda. El primero es que ya tenemos una experiencia suficiente de las privatizaciones, han pasado 10 ó 20 años y justamente podemos ya empezar a hablar de cuáles fueron las consecuencias de esas privatizaciones y vemos muchos problemas que no se terminaron de resolver. Falta inversión en petróleo, en gas, en electricidad, son todas cosas que estamos observando y hay que repreguntarse entonces sobre este tema.

Otro aspecto es que, con la crisis financiera internacional, también se abrió un debate académico acerca de qué teorías se enseñan en la universidad, qué tipo de investigación se está haciendo y qué teorías utilizamos para analizar la realidad. Ahí se puso una cuña porque evidentemente algunas de las teorías de la ortodoxia no permitieron explicar ni predecir la crisis financiera mundial.

Y un tercer elemento es que están dándose de hecho estas estatizaciones o privatizaciones y está ocurriendo esta discusión acerca de qué hacer. Esto plantea analizar también qué tipo de empresas estatales necesitamos y cómo se administran.

El tema es importante porque no hay país que se haya desarrollado sin tener una gran presencia del Estado y de empresas del Estado. Ésa es una observación de la realidad. Desde la década del 90 y hasta hoy en día está muy presente esta idea de que todo lo privado es mejor que lo público, y en Argentina nos embarcamos en esa concepción sin analizar demasiado las cosas. Y seguimos viviéndolo hoy con Crese: que se haya privatizado de un plumazo es algo que no es bueno para la sociedad. Debatir estos temas tan profundos con una liviandad terrible no es bueno, no sirve para progresar.

También es importante remarcar que no estamos debatiendo esto porque tengamos un prejuicio ideológico con respecto a que hay que defender la empresa pública porque sí. Tampoco creo que haya que hacerlo para defender los derechos individuales -esta palabra es importante- de ningún trabajador, ésa tampoco me parece una perspectiva constructiva para la sociedad. Creemos que las empresas públicas pueden ser, y de hecho lo son en muchos países, herramientas para el desarrollo.

- En sus trabajos habla de no repetir “errores del pasado” en el manejo de empresas públicas. ¿Qué cosas deberían considerarse para mejorar el desempeño de ellas?

- Lo que se observa es que el principal problema de las empresas públicas es cómo se administran. En el pasado se las ha administrado mal, por errores o a propósito, como estrategia para privatizarlas. Por ejemplo, el sobreendeudamiento es una muestra de ello. Hoy en día no necesitamos ir al pasado pues lo estamos viendo con la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), la cual se la endeudó de una manera insostenible para la Central Pilar, un proyecto que no era viable financieramente, con sobrecostos y encima se financió con una deuda en dólares a 12%, a 8 años, cuando era un proyecto a 30 años. Ahí se tomaron decisiones no acertadas.

Entonces, un primer elemento es cómo se compone el directorio de una empresa del Estado. En general, lo elige totalmente el Poder Ejecutivo. Ese es un error porque una empresa del Estado tiene que tener un objetivo estratégico de largo plazo. Si bien puede ser utilizado como una herramienta de política económica de corto plazo, también es muy importante que se respete la estrategia de largo plazo de la empresa. Es importantísimo que ese directorio tenga un carácter más participativo. Si bien es importante que haya directores del Ejecutivo, y hasta podría ser que el Ejecutivo tuviera la mayoría para poder tomar decisiones, también es importante que haya otros sectores representados, como por ejemplo la minoría parlamentaria, los usuarios, los trabajadores, las universidades; y hasta las cámaras empresarias. El objetivo de esa conformación del directorio no es solamente que haya actores que tengan distintos intereses sino también distintas capacidades y conocimientos.

Otro aspecto importante es el régimen de transparencia, pues debe haber más transparencia en las empresas del Estado que en las privadas. Uno de los problemas en ellas es que su propiedad es un poco difusa, al ser todos dueños no hay uno individualmente que lo sea y se diluye el control que ejerce el propietario privado. Si no hay transparencia, también se abre la puerta para que los sectores que fomentan la privatización encuentren pie para plantear cosas que quizás no sean muy reales pero que no se pueden analizar porque no hay información. El caso de Crese es claro en ese sentido porque, como no se conocían las cifras reales de la empresa, se usaron argumentos inverosímiles.

- ¿Qué evaluación hace de la reprivatización de Crese?

- La verdad es que es una lástima que estas cuestiones sigan pasando en el país, me refiero a la forma en que sucedió todo, que se haya privatizado sin debate, sin mayor análisis, utilizando argumentos falsos, no se siguieron los pasos que se debían seguir. Porque se está hablando de una tercerización pero en realidad se está tercerizando la actividad principal de la empresa, o sea que más bien es una privatización encubierta. La cláusula que permite la tercerización es para que la empresa pueda contratar servicios menores, no para el servicio principal de la empresa. Para hacer eso deberían haberse seguido pasos que no se siguieron, como una audiencia pública, haber ido al Concejo Deliberante. Eso no se respetó y se hizo a oscuras, sin nada de información.

Esto va a generar un gran problema para la sociedad porque se perdió la posibilidad de utilizar una herramienta de desarrollo que tenía la Municipalidad de Córdoba. Ahora simplemente las empresas privadas van a recolectar la basura y nada más, pero teniendo una empresa del Estado con esas capacidades se podía utilizar en una estrategia de desarrollo mucho mayor, la cual no se preocupara sólo por la recolección de la basura sino que implicara desarrollos tecnológicos, que se empezara a combinar la universidad con las empresas, que se pudieran generar actividades y negocios conexos que terminen beneficiando incluso al sector privado.

Foco en el Estado

- El economista Alfredo Schclarek Curutchet es profesor en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UNC, en el área de Macroeconomía, además de investigador de Conicet.

- Esta semana encabezó un workshop organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IEE) de la FCE sobre “Empresas del Estado. Errores del pasado. Soluciones a futuro”. Sus trabajos permiten conocer la evolución histórica que ha tenido la participación de las empresas estatales en el país.

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