Mansilla opino sobre el consejo de seguridad

Joaquín Mansilla opino respecto a la creación del consejo de seguridad de la provincia
 

Que el gobernador Poggi proponga ocuparse de la seguridad en San Luis es la forma de asumir que en esta materia, su gestión ha demostrado ser notablemente deficiente.

En estos años hemos sido testigos, y muchas veces víctimas, del aumento de la inseguridad, producto de años de acumulación de políticas erradas en el tema.

Hemos visto cómo el costoso sistema de monitoreo de cámaras ha sido utilizado con fines políticos, para rápidamente enviar móviles a actividades políticas opositoras, y dejando hacer tranquilos a los que son afines al oficialismo.

Hemos visto el violento accionar represivo de la policía para con los jóvenes en general y para las manifestaciones callejeras en particular. Lo que contrasta con la inseguridad que sufren los vecinos porque a muchos lugares la policía no llega nunca y el delito sí.

Y también hemos visto cómo se aplica la tortura y la violencia en el servicio penitenciario. Todo esto sin mostrar desde el Gobierno una clara intención de castigar tales “excesos”, convirtiéndolos en algo cotidiano.

Sin embargo, desde nuestra mirada, un tema tan importante como la seguridad, no se puede encarar sólo desde el ejecutivo provincial y municipal y las fuerzas de seguridad. Esa mirada represiva hará agua eternamente mientras no se asuman las causas. Y ellas están en la desigualdad de oportunidades, la falta de trabajo y la ausencia de futuro para los sectores más desprotegidos de la sociedad.

En un verdadero consejo de seguridad, debe convocarse a la ciudadanía que sufren la inseguridad cotidianamente (y también el abuso de las fuerzas de seguridad), a todas las fuerzas políticas, organizaciones sociales, centros de estudiantes, sindicatos y organismos, tanto provinciales y nacionales, con experiencia en contención social. Sin ir más lejos, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), ha elaborado y presentado un proyecto de fuerzas de Seguridad para la vida democrática, que debería ser tenido en cuenta.

Abriendo la participación es que se debe conformar una amplia alianza multisectorial y multipartidaria que reconozca la importancia de promover soluciones eficaces al problema de la inseguridad y el delito, desde una perspectiva comunitaria, rechazando las recetas de mano dura y proponiendo la formulación de políticas públicas democráticas orientadas a la prevención del delito y la verdadera inclusión social, algo de lo que mucho se habla en San Luis, pero que en los resultados referidos a la inseguridad, surge como insuficiente.