por Federico Poore
Buenos Aires Herald, 26-12-2015
El Relator Especial para la Libertad de Expresión de la OEA, Edison Lanza, dijo ayer que la decisión de Mauricio Macri de intervenir la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) para desplazar de su cargo a Martín Sabbatella es “un camino poco ortodoxo” que ignora el mecanismo adecuado establecido por la Ley de Medios.
En una charla vía Skype con el Herald, Lanza asegura que con la movida Macri busca un organismo “a imagen y semejanza” del partido ganador, lo que parecería indicar el principio del fin de la autonomía de AFSCA y un regreso “al momento en que los gobiernos manejaban la oficina.”
¿Cómo tomó la decisión del gobierno argentino de intervenir AFSCA?
Estamos siguiendo esta situación en la relatoria y en la Comisión Interamericana (de Derechos Humanos). Evidentemente, se hizo sin usar lo que indica la ley, que establecía claramente un mecanismo para la remoción del directorio. Es un camino poco ortodoxo y hoy está cuestionada la legalidad de la decisión. Los estándares internacionales dicen que lo adecuado es tener organismos con autonomía tanto del ejecutivo como de los poderes fácticos, que sean capaces de regular los sistemas de medios de acuerdo a principios de legalidad. Por otra parte, algo en lo que habíamos coincidido todos los relatores de libertad de expresión, de Naciones Unidas y de la OEA, es en que la estructura de AFSCA es uno de los aspectos positivos de la ley. Argentina había establecido por primera vez — fue pionera en la región — un organismo con participación de la oposición, de la sociedad civil, de las ciudades... Eso es un adelanto. Después, claro, siempre es perfectible. Pero los anuncios que van en el sentido de intervenir justamente cuando cambia el gobierno — es decir, cuando el organismo se pone a prueba, cuando cambian la mayorías (legislativas) — para hacerlo a imagen y semejanza de quien gana, bueno, quiere decir que se acabó la autonomia, que se vuelve al momento en que los gobiernos manejaban la oficina.
¿La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión o la CIDH piensan sacar un comunicado al respecto?
Bueno, es un muy mal momento en términos de fechas ya que la comisión está estudiando una cantidad de informes sobre la situacion de cada país — informes que van a salir en enero — y además están cambiando cuatro de nuestros siete comisionados, que el 31 de diciembre cesan en su cargo. Es decir que esto nos agarra en un momento complicado. Nosotros como relatoría tenemos la capacidad de monitorear la situación y pronunciarnos, esto incluye recordar nuestros estándares en la materia.
¿Cómo evalúa el desempeño de Sabbatella al frente de AFSCA durante estos años?
En general la relatoría no hace evaluaciones de desempeños de funcionarios, salvo que violen abiertamente las obligaciones públicas que los Estados tienen para con los instrumentos interamericanos. El Estado argentino, como casi todos los Estados de la región, ha ratificado el tratado interamericano de derechos humanos, que deriva en muchas obligaciones, y nosotros nos fijamos en lo relacionado a la libertad de expresión. Una de las obligaciones, lo ha dicho la Corte (Interamericana), ha sido evitar la concentración de medios a favor de la diversidad. Hemos seguido muy atentamente la aplicación de la ley. Aplicar una ley que pone límites a la concentración de medios tiene su delicadeza, y el Grupo Clarín impugnó algunas de estas decisiones (NB: se refiere a la decisión de avanzar con la adecuación de oficio de Clarín) que terminaron en medidas cautelares, y la justicia está estudiando el tema. No hubo un pronunciamiento definitivo (sobre el desempeño de Sabbatella) porque el tema estaba muy en proceso, sin perjuicio de lo cual en nuestro último informe anual, en 2014, describimos la situación de la implementación de la ley y pusimos nuestras dudas sobre de si Telefójnica de Argentina no tenía nada que ver con Telefónica de España, o de si la aplicación de la ley a Clarín con tanto rigor no tenía que ver con (una decisión de AFSCA de) ponerlo por encima de otras decisiones.
El mes pasado el ministro de Comunicaciones Oscar Aguad sugirió que no había concentración de medios en Argentina. ¿Coincide con esta apreciación?
No. A todas luces, hay un grupo que tiene niveles de concentración muy importantes. Esto es importante: estamos hablando de libertad de expresión, no de una empresa que vende galletitas. Los medios de comunicación son vehiculos para la ibertad de expresión: los monopolios, oligopolios y la concentracion indebida afectan la libertad de expresión. Hay empresas multinacionales que compraron casi todo nuestro mercado de cervezas; sin embargo, vos podés dominar el mercado de la cerveza sin que se vaya la vida institucional. En el caso de la concentración de medios lo que ocurre es una afectación de la democracia, porque ese grupo va a imponer su mirada, va a limitar otras, va a combatir a ciertos gobiernos o criticar a la oposición. Ignorar eso es ignorar toda la doctrina en la materia. Las democracias robustas, como Estados Unidos, ponen límites a la propiedad cruzada de medios. Esto no es ciencia ficción: en Guatemala hay un empresario que tiene cuatro de los seis canals abiertos de difusión. Para ser presidente en Guatemala hay que partir de sus medios y hacer acuerdo con este señor.