[Córdoba] La segunda vuelta y los estados alterados

Últimamente nos sorprendemos de forma ingrata por cierto nivel de violencia verbal que parece haber invadido nuestra sociedad a partir de las elecciones del pasado domingo y de cara a la segunda vuelta. Esos estados alterados son más notables en las redes sociales donde el insulto se ha transformado en moneda corriente.

A muchos nos molesta este nivel de agresividad que se despliega de uno y otro lado, con una carga de desprecio hacia el que piensa -y votó- diferente, realmente llamativo.

No acuerdo, ni nunca lo voy a hacer, con aquellos que ahora están convencidos de que los que no votaron por la alternativa que ellos apoyan son parte de "un pueblo desagradecido", "desmemoriados" o zombis esclavizados por planes sociales.

La realidad es más compleja que estos simplismos, y en el cuarto oscuro la gente decidió con mucha más libertad y memoria de lo que muchos nos quieren hacer creer.

En Córdoba el neoliberal Macri arrasó incluso en los barrios humildes y de trabajadores, como por ejemplo Villa El Libertador, y el que crea que allí se dio un masivo lavado de cerebros y la gente olvidó lo que sufrió en las crisis pasadas se equivoca de medio a medio. La gente sabe bien lo que perdió, lo que conquistó y (lo más importante) lo que necesita y exige a quienes nos gobiernan o aspiran a hacerlo.

El problema es político y el mejor ejemplo de nuevo es Córdoba. El kirchnerismo cordobés no supo y no quiso articular respuestas a los nuevos requerimientos populares, llenando sus listas de impresentables. Y como si eso fuera poco, muchos dirigentes le dedicaron más cabeza a arreglar con De la Sota y Schiaretti que a ponerse a militar en serio en el territorio. Macri por su lado supo ocultar su perfil, ablandó el discurso y se plantó como el único opositor al gobierno, usando a fondo en nuestra provincia el aparato de la UCR como trampolín.

Ambos, Scioli y Macri ahora van por los votos de Massa. Son 5.000.000 de votantes que fueron convencidos por una serie de consignas de derecha y por lo tanto los aspirantes a presidente van a afilar sus discursos, propuestas e incluso acuerdos políticos programáticos hacia ese lado.

Lxs Progresistas vamos a seguir apostando por nuestras ideas, sosteniéndolas con firmeza y dejando en claro que ni Scioli ni Macri nos representan, y que ninguno de ellos es un "mal menor" con respecto al otro.

Por eso antes de dejarse llevar por el insulto fácil creo que este es un buen momento para reflexionar con un poquito más de autocrítica, menos bronca y sin caer en la receta fácil de encasillar a todos en aquella tristemente famosa "vereda de enfrente" que supo popularizar Menem. Lo que se viene nos va a necesitar unidos y cerrando filas para construir la Argentina inclusiva que todos deseamos.

Néstor Moccia