EN EL 2011, AL MARGEN Y CONTRA EL BIPARTIDISMO
Miércoles 8 de setiembre del 2010
EN EL 2011, AL MARGEN Y CONTRA EL BIPARTIDISMO
En el día de ayer la Mesa Nacional de Proyecto Sur se reunió con la del Partido Socialista. Los dirigentes de esta última organización vinieron a presentarnos un programa de diez puntos, que han elaborado como plataforma de futuros acuerdos electorales en dirección a los comicios del año que viene. También, en alguna medida, a recabar nuestra opinión respecto de un posible acuerdo con la Unión Cívica Radical; el cual, como es de público conocimiento, vienen analizando.
Es interesante destacar cuál fue la respuesta de Solanas en el encuentro, reproducida en comunicado de prensa posterior. Dijo Pino: “No alcanza con tener un buen programa si no que, además, hay que establecer alianzas con fuerzas políticas con la capacidad de llevar a cabo el plan de gobierno que plantean”; y agregó que: “La política no debe limitarse a definiciones formales ni programáticas y, en este caso, la Unión Cívica Radical mantiene sobrados vínculos con el status quo reinante en el país, y por dicha razón, cuando le tocó conducir no demostró un compromiso cierto con una propuesta de transformación”.
Es para destacar, también, que varios de los dirigentes socialistas presentes en la reunión reconocieron algo de público conocimiento: En la última experiencia de alianza de fuerzas progresistas con el radicalismo, trabajaron meses en la elaboración de un programa que contemplaba los pasos concretos para hacer una país mejor, saliéndose del modelo neoliberal; pero cuando llegaron al Gobierno Fernando De la Rúa y Chacho Alvarez, éstos, por decir lo mejor, lo metieron abajo del colchón y de allí sacaron otra vez el manual neoliberal de Carlos Menem.
Partiendo de ese fundamento, se les expresó con plena convicción que “el gran desafío del momento es construir una opción política con clara vocación de gobernar, al margen y en contra de las variantes del bipartidismo. Si todo el espacio progresista y de centro izquierda se unificara en un frente común para el 2011, podemos derrotar a la derecha manifestada en el bipartidismo”.
No son estas sólo palabras. El bipartidismo en la Argentina, a diferencia de otros procesos que se han desplegado en nuestra Latinoamérica en estos años, ha logrado sobrevivir, a pesar del desgaste y desprestigio creciente de los partidos tradicionales. Esto ha sido así, esencialmente, porque a quienes condujeron terceras opciones, en un momento dado, les flaqueó la confianza en el proyecto que habían puesto en marcha. Llegado a ese punto, han virado el rumbo y buscado alianza con el Partido Justicialista o con el Radical, con la peregrina idea de que se los podía subordinar a una propuesta de cambio. Grave error, con este paso llegó también el principio del fin de esos loables intentos de renovar el sistema político. Así le sucedió al Partido Intransigente dirigido por Oscar Alende, cuando éste lo puso de furgón de cola de Menem. Y le pasó al Frepaso, cuando Chacho Alvarez aceptó la subordinación a los radicales. Y también, con sus rasgos particulares, fue el devenir de la “transversalidad” de Néstor Kirchner cuando éste volvió -con burdas explicaciones- al redil justicialista. Así sucumbieron con mucha pena y poca gloria estos tres intentos de quebrar el bipartidismo; el mismo que en los últimos 27 años ha oficiado de dique de contención de la resistencia y lucha popular, impidiéndonos acabar en serio con la hegemonía de los poderosos.
Los candidatos, sus dichos y sus hechos
No son sólo palabras, tampoco, que en 2011 podemos derrotar al bipartidismo en sus distintas variantes (llámese PJ kirchnerista, PJ federal, o UCR). El Gobierno dice que las encuestas indican una mejora en su imagen. A lo que uno sabe, efectivamente es así, de niveles muy deteriorados a fines del año 2009 han pasado a uno más o menos aceptable ahora; seguramente acompañados de una situación económica que ha mejorado al compás de la salida de la crisis mundial. Lo que no cuentan es que sus candidatos -Néstor y/o Cristina- no reflejan ese mismo crecimiento y que, por el contrario, están estancados desde hace dos meses en un veinte por ciento de intención de votos. Tampoco dicen cómo van a hacer para llegar al 40 por ciento que pregonan en la primera vuelta, el que supuestamente les permitiría ganar allí. En las elecciones del 28 de junio de 2009, con toda la furia y contando sufragios dudosos de ser suyos, sacaron el 31 por ciento. ¿De dónde van a salir los que les faltan, en el supuesto que de los obtenidos ayer no pierden ninguno? Bueno, por ahí anda un encuestador K medio Pinocho, que dice que, en Córdoba, están en 30 puntos, de los 8 que obtuvieron el año pasado. Está bueno: subieron a la canasta K los votitos del Gallego De la Sota, hoy aliado suyo. ¿Lo van a votar a Néstor estos ciudadanos justicialistas cordobeses? Más que difícil, ¿no? No lo hicieron nunca antes, ¿por qué lo harían ahora, por arte de magia?
Por el lado del Peronismo Federal, disidente, anti K, entre otras cosas, no parece que consiga un buen candidato. El Lole no arranca, los demás no ranquean demasiado y, como es lógico en esa situación, no se ponen muy de acuerdo entre ellos. Van a tarasconear una parte de los votos peronistas, claro está, pero: ¿qué posibilidades tienen en la pelea final de las presidenciales? Todo indica que pocas.
El radicalismo se muestra como renovado y activo. Antes tenía un candidato: Julio Cobos. Ahora, tiene otro más: Ricardo Alfonsín. Sostienen que con eso son número puesto. Hasta intentan convencer a fuerzas progresistas que esto es así para que vayan con ellos. ¿Es así? ¿Y qué pasará cuando empiece la discusión en serio y la ciudadanía sea recordada de cómo fue su última experiencia en el gobierno, cuando se subieron por izquierda y se bajaron -mal- por derecha? ¿Y cuando se recuerde que hablaron de honestidad y compraron leyes anti obreras con la Banelco; o que se presentaron como defensores de la democracia y los derechos humanos y murieron 34 argentinos bajo su represión; 2 de ellos en el puente de Corrientes a diez días de haber asumido? ¿ Y cuando los argentinos y argentinas también recuerden que hablaban de equidad y justicia social y terminaron recortando presupuestos universitarios, sueldos públicos, jubilaciones, y la remacharon con el corralito bajo la batuta de Domingo Cavallo? Peor aún: Qué pasará cuando -en campaña- aparezcan en escena más o menos las mismas caras partidarias de ese pasado reciente. ¿O creen que con echarle toda la culpa a De la Rúa les va a alcanzar? No parece a decir verdad, que lo del radicalismo vaya a ir en coche a la Rosada.
Claro que podemos ganar; y ya hay encuestadores varios que registran esto con Pino. Algunos lo dicen, otros lo sugieren, y varios lo ocultan porque trabajan para el gobierno. Saben que hay millones de ciudadanos que miran con simpatía a Solanas, que el rechazo a la dirigencia tradicional lejos está de aplacarse (justo es decir que el kirchnerismo sumó porotos a ello con sus trampas, mentiras y doble discurso), que sigue la búsqueda de algo nuevo que mueva toda la estantería política.
Darle respuesta a esta demanda social depende de nosotros; de nuestras convicciones y firmeza; de nuestra inteligencia y amplitud. Si lo hacemos bien, veremos quién gana en el 2011.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur
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