Demoler la educación pública, estrategia de Macri

Demoler la educación pública, la estrategia escolar de Macri


Presupuesto porteño 2013. Según la Ley de Leyes, la partida para infraestructura en los colegios baja 62%. Al mismo tiempo, desde 2010, cada año hay 6.000 pibes que se quedan sin poder acceder a la escuela pública por falta de vacantes.

La educación pública, no es novedad, la pasa muy mal en la Ciudad de Buenos Aires del macrismo. En el año en curso, el área educativa tuvo unos 8.527 millones de pesos para su funcionamiento. El período que comenzará en un mes y cinco días tendrá 9.915 millones, un 16% más en términos nominales. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij) y la agrupación Familias por la Escuela Pública acaban de publicar un informe en el que analizan los números del plan de gastos en Educación del Gobierno porteño para el 2013. Allí se profundizan algunos detalles de la Ley de Leyes en esta materia y los resultados no son alentadores. Por ejemplo, si se calcula la evolución de esa partida presupuestaria en términos reales, tomando un índice inflacionario del 24% anual, la cuenta da que para el próximo año la inversión en Educación será del 6% menos que la del actual.
El 24% de inflación estimada en el estudio es una suerte de promedio entre las diferentes mediciones. Está por encima del 10,8% previsto por el Gobierno Nacional para 2013 y por debajo del 30% estimado por la Universidad Torcuato Di Tella en base a una encuesta realizada por la consultora Poliarquía.
Entonces, la educación “pierde peso dentro del Presupuesto general de la Ciudad, que el año pasado representaba un 26% y para este año el Gobierno propone reducirlo al 24%”, afirma el trabajo. Analizándolo desde otra óptica la cuenta vuelve a dar mal. La inversión por alumno, que hoy es de 13.863 pesos anuales pasará a ser de 16.393. Lo que representa una suba del 18%, pero resulta una caída del 5% si se contempla la inflación.
Uno de los múltiples conflictos que atravesó esta administración con la comunidad educativa fue el que estalló hace poco más de dos años, cuando los estudiantes porteños tuvieron alrededor de dos meses 35 colegios tomados. Exigían urgentes tareas de mantenimiento que los establecimientos en ruinas requerían. Edificios maltrechos, falta de gas y de energía eléctrica, por ejemplo, contradecían la acusación del macrismo de tratarse de un conflicto con trasfondo político.
No obstante ello, la próxima partida para infraestructura será de 140 millones de pesos. En 2012 fue de 293 millones. Lo que significa que habrá una baja del 52%, en términos nominales, o una baja real del 62%. Según dijo el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, en la Legislatura, la caída se debe a que “antes había que hacer una mayor inversión en infraestructura”.
El presupuesto para obras edilicias será apenas del 8% del que se destinará a subsidiar a las escuelas privadas, cuyo monto asciende a 1.652 millones de pesos. Esta sí es una partida que crece, incluso por encima de la evolución del Ministerio en general, recibiendo un 24% más que en 2012. “En 2012 se otorgó más de un millón de pesos mensuales a escuelas de distritos privilegiados, que cobran cuotas de 1.800 pesos. Y algunas llegan a los 2.900”, subraya el informe.
El legislador porteño del Frente para la Victoria (FPV), Francisco TitoNenna, rechazó ante Miradas al Sur el argumento de Grindetti y se quejó de la falta de inversión del gobierno del PRO “no sólo en el mantenimiento de las escuelas y en la grave problemática de infraestructura que hay en algunas escuelas, como en el Normal 9 o la Escuela de Danzas 1, que tienen atrasadas las obras, escuelas que son patrimonio histórico de la ciudad, y no tienen presupuesto para infraestructura, como tampoco hay para la construcción de nuevas instituciones educativas en el sur de la ciudad o en otras zonas, en las que no hay lugar, y dejan 6 mil vacantes del nivel inicial sin cubrir”.

En la misma línea, Laura González Velasco, referente de Libres del Sur y del Frente Amplio Progresista, coincidió en alertar que se quita presupuesto a “algunas áreas en las que es fundamental que aumente la inversión, como la infraestructura escolar. Que es necesaria para garantizar la obligatoriedad de la educación secundaria, sobre todo en la zona sur de la ciudad, donde hay falta de escuelas y de vacantes. Por otra parte –agregó– tenemos el problema del nivel inicial que, según la Ley de Educación Nacional debería ser garantizado por el Estado, y tenemos un déficit muy importante en la Ciudad de Buenos Aires. En este momento se están haciendo las inscripciones y volvemos a encontrar que hay problemas para acceder a la educación. Año a año estamos teniendo un déficit, e incluso una ONG (ACIJ) tiene un juicio iniciado contra la ciudad por este tema”.
González Velasco denuncia que la actual gestión “hoy está privilegiando a la educación privada por sobre la pública y no está garantizando el derecho a la educación que tienen todos los habitantes de la ciudad”.

Nenna recuerda que mientras el macrismo “cerró cursos a principio de año diciendo que los iba a recuperar, hoy sigue habiendo un faltante de seis mil vacantes. En el área del nivel inicial este año hubo colas de más de 300, 400 personas en los distintos jardines de infantes y en el sur de la ciudad hay un abarrotamiento por la gran cantidad de chicos en las aulas”. Nenna cuenta que “muchas escuelas de Lugano, Villa Soldati o del Bajo Flores trasladan en micro a los chicos a escuelas del centro de la ciudad. Por lo tanto, eso que dicen de que terminaron con todos los planes de infraestructura, no es así”.
Laura Heres tiene un nene terminando 2º grado y una nena terminando sala de 4 en la escuela Nro. 4, Provincia de La Pampa, y pertenece a la agrupación Familias por la Escuela Pública. Ella también rechaza la versión del ministro de Educación, Esteban Bullrich, de que todas las obras están terminadas. “Me parece que le faltó recorrer muchas escuelas, como la de mis hijos, que los días de lluvia hay goteras, y con una tormenta grande se filtra el agua, produciendo cortocircuitos eléctricos que anulan la planta alta del edificio y ponen en riesgo la vida de nuestros hijos. Eso obliga a que varios grados trabajen, casualmente, fusionados. Como pretendían en marzo.”
A propósito de ello, Heres recuerda que el Gobierno se olvidó de los grados que iban a ser desdoblados en las escuelas superpobladas del sur, excusa con la que fusionaron cursos en el resto de las escuelas públicas para asignar a esos docentes a las escuelas en condiciones de hacinamiento. “Se llenan la boca pero, a la hora de actuar, el apoyo económico sólo es para Empresas de Educación Privada, para algunos privilegiados que la pueden costear.”
Para el secretario general de Ademys, Manuel Gutiérrez, este presupuesto indica, ni más ni menos, que “el vaciamiento de la escuela pública. La Ley de Presupuesto es donde se fijan las prioridades políticas y hoy la prioridad la tiene la escuela privada y no la pública. El objetivo fundamental –explica– es favorecer a la escuela privada, quieren privatizar el sistema público educativo hasta llegar al modelo chileno. El subsidio a la escuela privada tiene que ir a donde el Estado no llega, pero acá, en la zona norte, donde existen suficientes escuelas públicas, siguen subsidiando a las privadas. No tiene ninguna coherencia, ni siquiera en una lógica capitalista”.
También Nenna se queja de los privilegios del sector privado. “No hay auditorías, no se sabe quiénes reciben los subsidios, que son indiscriminados, van a escuelas que tienen cuotas muy altas, por encima de los 1.500 o 2.000 pesos, y reciben entre el 60% y el 80%, y no son destinados a escuelas que cumplen una función social.”
Hay varias zonas, como en el sur de la ciudad, que a la falta de vacantes en el sector público se le suma la realidad económica desventajosa de alumnos que no les permite acceder a una institución privada.
“Se olvidan de que el futuro de un país se construye sobre la base de una educación igualitaria, laica, libre y de calidad. La educación es un derecho que el Estado debe garantizar a todos sus ciudadanos y estos señores se lo niegan a nuestros hijos”, asevera Heres.
Uno de los pregones favoritos del macrismo es el de la lucha contra la inseguridad. Sin embargo, no promueve la inclusión escolar sino que sus políticas excluyen cada vez a más alumnos. “La educación es una apuesta estratégica para poder construir una sociedad, no sólo más segura, sino más igualitaria y más justa. Obviamente que está vinculada la posibilidad de poder acceder a una educación, a un proyecto de futuro, lo que hace que nuestros niños no estén en una situación de riesgo como están hoy. Una sociedad más justa es una sociedad más igualitaria, más segura y más feliz en su conjunto”, resume González Velasco. 

Nota en Miradas al Sur

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