[Tres de Febrero] ¿Cuando era que cambiábamos?

[Tres de Febrero] ¿Cuando era que cambiábamos?

Han pasado ya seis meses y los gobiernos de Cambiemos siguen sin cambiar nada estructural, a excepción de las tarifas y los precios.

En el ámbito nacional queda perfectamente claro que no existe política a favor de las clases trabajadoras y que por el contrario, es a quienes se les ha encomendado la tarea de resistir el ajuste hasta que las cosas mejoren.
Más allá de algunas medidas que generan más impacto en lo mediático que en la práctica, ni una sola acción del gobierno nacional ha favorecido a los trabajadores. Por el contrario, los privilegiados son los grupos de poder económico, e incluso militar.

A nivel provincial la situación no es muy diferente. Entre descuentos arbitrarios a trabajadores que llevan adelante medidas de fuerza, amenazas como la de la ley mordaza, y anuncios desfasados como el de la duplicación de los montos para los comedores escolares (se duplica el monto mientras se triplican o cuadruplican los gastos), lo cierto es que la provincia sigue sumida en un profundo estado de violencia e inequidad.

En Tres de Febrero la situación puede parecer otra. Se anunciaron reformas en los jardines de infantes, se reformó el edificio del concejo deliberante, se modernizó el sistema informativo y se implementaron algunas medidas en torno a la participación ciudadana. En la última semana se realizó el anuncio del pase a planta permanente y planta transitoria de los trabajadores municipales mensualizados, una deuda que el curtismo tenía con el sector.

Sin embargo, a cambio tenemos a Lucioni (ex militar, abiertamente declarado como partidario de la dictadura) a Gómez Centurión (ex carapintada que se desempeñó como titular de la Agencia Gubernamental de Control en Caba y como titular de la misma tuvo a su cargo el cierre de 200 centros culturales, además de estar implicado en habilitaciones a prostíbulos y talleres clandestinos) y a una serie de amigos ocupando cargos intermedios en las diferentes dependencias sin capacidad de cumplir con sus tareas.

La seguridad, promesa de campaña, no solo no ha mejorado sino que el panorama es mucho peor de lo que era.
El distrito sigue siendo careciendo de oferta laboral para los jóvenes, y la actividad legislativa se restringe al debate partidario en el recinto, una o dos meses al mes, desde mayo- con anterioridad los concejales estaban de vacaciones por la reforma del edificio).

En materia de género, más allá de las fotos del intendente con mujeres de un equipo interdisciplinario que nadie sabe donde ni como funciona, y de la aprobación de la ordenanza para crear un refugio para víctimas de violencia- aún no reglamentada- seguimos sin políticas de prevención, y sin presupuesto.
La salud no ha variado sus estándares de atención, y nuestro distrito es el segundo del conurbano bonaerense en casos de dengue, y tiene un altísimo número de casos de gripe A.
La corrupción que se denuncia por los medios, se sostiene luego cuando no se denuncia penalmente, o se aprueba la rendición de cuentas del último periodo de Hugo Curto.

Así, luego de seis meses, solo hemos visto, como preveíamos, un cambio de figuritas, un lavado de cara... y muchas veces, con agua bastante sucia.

Natalia Ranzuglia
Libres del Sur