Excusas y silencios para no respetar un derecho

Demasiadas excusas y silencios para no respetar un derecho

Durante esta semana hemos seguido atentamente los devenires del caso de la niña entrerriana de 11 años de edad que quedó embarazada como consecuencia de haber sido victima de un abuso sexual. Su madre solicitó a las autoridades del Hospital donde fue atendida que se le practicara un aborto, tal como lo prevé la legislación vigente.

Sin embargo, el director del Hospital Regional San Miguel de San Salvador, Juan Augusto Arletaz, donde la niña fue atendida, se negó a que la interrupción del embarazo se llevara a cabo. La niña cursaba a esta altura un embarazo de 12 semanas.

Como lamentablemente ocurre en demasiadas ocasiones, el caso terminó judicializado, porque las autoridades del Hospital se negaron a realizar el aborto sin autorización judicial. Autorización que, es de destacar una vez más, no es requerida ni necesaria, pues el caso encuadra en los supuestos de aborto no punible que prevé el Código Penal de la Nación, por dos motivos: porque el embarazo es producto de una violación, y porque de continuar adelante con la gestación corre peligro la salud y la vida de la niña.

Esta situación no es nueva. A pesar de que el Código Penal establece con claridad cuales son la situaciones y circunstancias donde la interrupción del embarazo no se encuentra penalizada, la gran mayoría de los casos acaban en la practica en manos de la justicia, pues tanto médicos como funcionarios, que no desconocen la ley pero que la ignoran deliberadamente, no realizan los abortos no punibles, obligando a las victimas, mujeres y niñas, a recorrer un camino innecesario de autorizaciones y recursos judiciales, revictimizandolas y vulnerando sus derechos, en un marco donde el tiempo apremia.

Según las declaraciones de especialistas que se han expresado en estos días  la salud de la pequeña estaría en riesgo de proseguir con el embarazo, porque aún no tiene su cuerpo desarrollado para enfrentar la gestación y el parto. Probablemente, indican, si continua con el embarazo debería realizase una cesárea, lo cual acarreara riesgos también para su salud a su corta edad. Pero además, hay otros factores como la salud psíquica de la niña que con tan solo 11 años de edad cursa un embarazo que no buscó ni desea (“quiero ser la misma de antes” dijo en cámara Gesell cuando fue preguntada), y que además es producto de un abuso sexual. La OMS (Organización Mundial de la Salud), tiene dicho de forma reiterada que la salud no sólo es un estado completo  de bienestar físico sino también psíquico, criterio seguido en otros fallos sobre casos en los que también estaba en juego la vida de niñas embarazadas luego de ser abusadas.

Desafortunadamente, las autoridades médicas que han intervenido en este caso y el propio Ministro de la Salud de la Provincia de Entre Ríos, Hugo Cettour, desconocen este concepto. Ellos informaron que clínicamente la niña puede “soportar” el embarazo, de manera que la interrupción del mismo no se justifica. Conclusión simple verdad?

Por otro lado, el embarazo es producto de una violación de la que la niña fue victima. El propio director del Hospital no desconoce esta situación, por el contrario, tanto la conoce que él mismo comprobó clínicamente el abuso, y por ello radico la denuncia pertinente ante la Justicia.

No sorprende sin embargo, es acaso una expresión más de cuan naturalizada está la colonización y expropiación del cuerpo de la mujer al servicio de la sociedad y del poder.

Un supuesto como tantos de aborto no punible, donde la ley es ignorada por médicos, funcionarios, jueces, es decir, por aquellos que conocen la cuestión en debate. Un caso de entre tantos donde los derechos humanos de las mujeres, los más básicos e irrenunciables, encuentran consagración legal, sí, pero no cuentan con aplicación y protección efectiva y eficaz. No falla aquí la ley, sino que se impone la ideología, la estructura patriarcal filtrada aquí y allá, aplastando, revictimizando, negando derechos fundamentales.

De su lado, repudiamos el silencio de las autoridades nacionales como el Ministro de Salud de la Nación Dr.Juan Manzur ante este caso. No nos llama la atención sin embargo, conociendo la opinión expresada públicamente por el ejecutivo nacional sobre el tema, y teniendo en cuenta además, en concordancia con esa postura, que el Ministro Manzur dejó sin efecto y sin el carácter de resolución ministerial a la Guía Técnica de Atención Integral de los Abortos No Punibles, que fue redactada en su momento para despejar acaso las dudas que puedan quedar sobre la practica.

Exigimos, sin más excusas y silencios que en nuestro país no existan más casos como estos, exigimos no más ideologías personales e institucionales puestas al servicio de la negación y vulneración de los derechos de las mujeres, las adolescentes y las niñas, y exigimos una vez más el respeto de nuestros derechos humanos básicos, a que se nos garantice nuestra salud integral, y una vida libre de toda violencia.

Porque se trata de nuestros derechos humanos como mujeres, decimos ¡NUNCA MÁS!

Las Juanas-Caba
Mov.Libres del Sur
 

 

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