Hemos sufrido el apartheid

Entrevista a David Segarra, periodista de TeleSur superviviente de la masacre del Mavi Marmara
“Israel nos ha hecho sentir el apartheid que viven los palestinos desde hace 60 años”

 

Por Lucas Marco para L'informatiu / Rebelión

El periodista y documentalista David Segarra desgrana en esta entrevista de dos horas el relato pormenorizado de toda la travesía del Mavi Marmara. Desde el asalto y el traslado a las cárceles israelíes hasta la liberación y el viaje de regreso a Turquía junto con el resto de los activistas. Segarra vive y trabaja desde hace tres años en Caracas (Venezuela). A través de su productora Guarataro Films dirige documentales sobre la realidad sociopolítica y cultural de Venezuela y América Latina para diversos canales de televisión del país caribeño. Sobrevivió a la masacre de los comandos especiales pero todo su material audiovisual fue robado por el ejército israelí. Ahora, sentado frente al mar mediterráneo en Valencia, su ciudada natal, recuerda el particular infierno que protagonizó el Tzahal en alta mar y cómo, en vez de acabar en Gaza entregando ayuda humanitaria (lápices, libros escolares, material sanitario), fueron secuestrados en aguas internacionales y encarcelados en una prisión israelí.

Previamente a la Flotilla de la Libertad ya pudiste entrar brevemente en Gaza. ¿Cómo fue?

Todo parte de que en diciembre y enero ya había estado en la Gaza Freedom March que había llevado una delegación de más de mil personas hasta El Cairo (Egipto) para romper el bloqueo a Gaza llevando ayuda humanitaria a través del paso fronterizo terrestre de Rafah. La organización negoció con el Gobierno que se les dejaba entrar pero, a última hora, por presiones de Israel, se les negó la entrada. Hubo disturbios en El Cairo y todo Egipto y, finalmente, por las presiones de la marcha, se dejó entrar a 100 personas. Yo fui una de esas 100 personas, pude entrar y estuve 48 horas en Gaza. Mis compañeros Vivianna y Vicent Gençà, que venían conmigo trabajando para la televisión venezolana no pudieron entrar. Hay que destacarlo para que se entienda lo que era el bloqueo del Gobierno egipcio. Mientras la delegación entró a Gaza por Rafah, el resto de la marcha trató como un enjambre de acercarse a todos lados, pero había cientos de checkpoints del ejército y de la policía egipcia. Entonces Viviana y Vicent lo que hicieron es dar toda la vuelta a la Península del Sinaí hasta un lugar turístico y de ahí con un beduino, cruzando montañas y caminos, para esquivar los controles pudieron llegar hasta un punto en el cual se encontraron con el segundo convoy que venía, que era el Viva Palestina que venía por vía terrestre desde Londres, había cruzado toda Europa, parte de Turquía, Jordania, Siria y se habían encontrado con el mismo problema, que el Gobierno egipcio les había dicho a última hora que no iban a entrar. Finalmente mis compañeros no pudieron entrar, por el control absoluto del Gobierno egipcio y el Viva Palestina , tras una batalla campal con decenas y decenas de heridos que se enfentraron con las fuerzas de seguridad egipcias, el Gobierno egipcio les autorizó a entrar 24 horas. Entonces, de esa confluencia de la Gaza Freedom March y la Viva Palestina , en las que unos entraron 24 horas y otros 48 horas, hubo una confluencia de personas, de contactos, que darían lugar después a esta flotilla. Personalmente yo estuve 48 horas allí, contacté con periodistas, con personas de Gaza, hice todos mis contactos, grabé cuatro horas de material, bombardearon la ciudad de Gaza mientras estábamos allí, hubo ese tipo de problemas pero por lo menos pude tener contacto con la realidad de Gaza, establecer contactos, relaciones humanas con la gente de allí y eso me permitió el tener mucha más voluntad de volver allí y poder contar lo que estaba viendo, que eran los bombardeos, la destrucción, las casas ametralladas.

 

DE TURQUÍA A CHIPRE:

“La capacidad organizativa de IHH, la magnitud de los barcos y el apoyo popular eran impresionantes”

¿Cómo te organizaste y cómo fueron tus primeros momentos en Estambul ?

A continuación me enteré por Internet de que había dos personas de Catalunya que iban en esa marcha, contacté con ellas, ya que esas personas llegaron a Estambul una semana antes del inicio de esta flota. Conseguí con muchas dificultades el financiamiento, el apoyo para poder llegar y llegué dos o tres días antes de que partiera. Allí me encontré con Manuel [Tapial] y con Laura [Arau] y entonces empezamos a coordinarnos, a conocer a la organización, a conocer la realidad turca, las informaciones sobre la flota, los barcos. Al día siguiente fuimos a ver la partida del Mavi Marmara ya que el barco, por razones de seguridad se movió de Estambul hasta Antalya . Hay que destacar que el apoyo de la sociedad turca era impresionante, todo Estambul estaba empapelado a favor de la flota, la gente te ayudaba cuando sabía que eras miembro de la flota, no te cobraban... Tuvimos un apoyo popular impresionante. Fuimos en autobuses hasta Antalya y ahí digamos que fue la salida oficial de todos los pasajeros. Todos esos días estuvimos preparando nuestro trabajo periodístico, haciendo las primeras entrevistas, subiendo información a Internet. Manuel y Laura tenían un blog que iban actualizando de manera permanente, con textos, fotos y videos. Usaban el blog y Facebook. En esos tres o cuatro días que estuvimnos en Turquía antes de partir hicimos contacto con la gente. Empezamos a conocer a los marroquíes, argelinos, suecos, británicos, australianos, turcos, kuwaitíes, indonesios, malayos, gente de todo el mundo. Ahí es donde empezamos a darnos cuenta de la relevancia que tenía todo esto, precisamente por esa participación de personas de 50 naciones, pudimos entender la magnitud del evento. También cuando vimos la capacidad organizativa de IHH, la capacidad de movilización que tenían en Turquía y el apoyo popular. Lo que era más impresionante era la capacidad organizativa, la magnitud de los barcos. Cuando fue la salida desde Estambul había decenas y decenas de barcos acompañando esta salida, todos los medios de comunicación nacionales e internacionales... Ahí nos dimos cuenta de que esto iba a ser de verdad histórico.

¿Qué controles hubo antes de la subida de los pasajeros al barco?

En el puerto de Antalya, como en un aeropuerto, hay un detector de metales, se registran los equipajes. La propia organización hizo firmar a todos los participantes una serie de principios que se pueden resumir en que no se podrá recriminar a nadie su religión, su ideología, su orientación de ningún tipo, que habrá que tener un sentimiento de solidaridad los unos con los otros. También se decía que era una convoy pacífico y que cualquier tipo de objeto que pudiera servir como arma estaba prohibido.

Chipre impidió a ciertas personas, tales como Hedy Epstein, embarcar en el Mavi Marmara. ¿A qué crees que se debe esta actitud?

Hay que recordar que quien organizaba esta flota era IHH, una ONG turca, Free Gaza, una organización de apoyo a Palestina (básicamente formada por europeos, norteamericanos y palestinos) y también la campaña europea para levantar el bloqueo a Gaza y la organización Barco a Gaza de Grecia y de Suecia. Cuatro organizaciones coordinaban la plataforma de apoyo y la organización de la flota. Chipre ha sido tradicionalmente una de las bases de Free Gaza, desde donde han partido los barcos hacia la Franja durante los últimos años debido a que en Chipre ha habido un gobierno progresista. De hecho, esta vez también había una negociación para que se permitiera a diversos parlamentarios europeos y árabes y a la superviviente del Holocausto Hedy Epstein sumarse a la flotilla desde Chipre. La idea era que hubiese un encuentro de los barcos en Chipre y allí que se subiese el resto de la gente que no había podido sumarse antes, sobre todo los parlamentarios con un trabajo político muy denso y una agenda muy apretada. Eso estaba pactado con el Gobierno chipriota que había mostrado su apoyo y a última hora, cuando los barcos se acercaron allí, embarcaciones, helicópteros y todas las fuerzas policiales de fronteras de Chipre impidieron la llegada de estos barcos. Esto causó sorpresa porque no estaba previsto este tipo de impedimento. Entonces esto se interpreta como que el Gobierno de Chipre se había plegado a los intereses y las amenazas de Israel. Pero además te puedo contar una anécdota y es que uno de los compañeros que estaba preso en la prisión de Beer Sheba se lo preguntó, no sé si a uno de los interrogadores del Mossad, “lo de Chipre, qué”, y el israelí le contestó: “Israel and Cyprus we are good friends”. Parece ser que el Gobierno de Chipre, bajo manga y debajo de la mesa, tiene negociaciones y se pliega a los intereses de Israel.

 

RECUERDOS ANTES DE LA MASACRE:

“Veías los ojos de todo el mundo brillando, con una sonrisa, con una calma, no se sentía el miedo, todo lo contrario, había un entusiasmo impresionante.

¿Cómo fueron los primeros días de navegación? ¿En qué trabajabas?

Laura, Manuel y yo empezamos a hacer nuestro trabajo, a hacer entrevistas de video, tratar de subir la máxima información a Internet, hacer de corresponsales, un periodismo rápido, directo, a través de Internet. Me acuerdo que Sergi Picazo, un periodista catalán que me entrevistó por chat, me recomendó que me abriera un Twitter. No lo había usado hasta entonces y lo abrí y, a partir de entonces, cada media hora, cada dos horas, actualizaba el Twitter. Muchos contactos en directo con TeleSur.

¿Qué ambiente se respiraba?

Te puedo decir que el ambiente era impresionante en el barco, la cantidad de personas que había allí de diferentes religiones, nacionalidades o lenguas. Y había un sentimiento de compañerismo impresionante. Tú veías los ojos de todo el mundo brillando, con una sonrisa, con una calma, no se sentía el miedo, todo lo contrario, había un entusiasmo impresionante, todo era como una balsa de aceite con ojos brillando y con todas las personas con los rostros luminosos. Eso es lo que sentías. Una energía positiva y una hermandad impresionante. No había prácticamente conflictos entre nadie, todo fluía muy, muy bien. Todas las personas estaban entusiasmadas.

¿Cómo os organizabais para comunicaros?

Se hablaba mucho turco, se hablaba árabe y sobre todo la lengua franca era el inglés, había gente que hablaba español.

¿Qué pasajeros recuerdas especialmente?

Recuerdo a un chico macedonio, Yasmín, que me habló bastante sobre la realidad de los balcanes, de Kosovo, de Macedonia, Bosnia y cómo, precisamente al haber sufrido todas esas guerras en los Balcanes, sentían lo que sufrían los palestinos en un cierto grado.

Me acuerdo de esa persona y también de una persona que se llamaba Haya -que significa vida- y era kuwaití. Y siendo Kuwait uno de los países más conservadores y machistas y represores contra la mujer, esta chica había viajado por todo el mundo, era ejecutiva de una empresa de finanzas, creo, y con parte de su dinero tenían una ONG de ayuda a Palestina donde editaba documentales. Me impresionaba mucho el hecho de que viajaba sola, con sus propios medios económicos, una cultura interesante, cosmopolita, había viajado por todo el mundo. Y me impresionaba no como mujer árabe, sino como mujer de Kuwait, porque no es lo mismo la mujer de Marruecos que la mujer de Siria o del Líbano o de Palestina, que de Kuwait o Arabia Saudí, donde de verdad hay una opresión contra la mujer bestial. Era cosmopolita, musulmana y religiosa.

Había dos chicos británicos que era musulmanes también. Y esos eran otro perfil, eran chicos de barrio, súper joviales. Al principio daban como miedo, con sus barbas: eran la imagen del islámico radical fundamentalista. Y luego hablabas con ellos y eran unos chicos de barrio de Londres. ¡Eran ingleses! ¡Eran británicos! Lo que pasa es que eran musulmanes, simplemente; lo que pasa es que todos esos prejuicios... Me acuerdo del joven, el más flaquito, que era tan jovial y tan bonachón que cuando nos capturaron, él lo que más hacía era hablar con los israelíes, era uno de los pocos que hablaba con los israelíes. Por lo menos a un centenar de soldados y policías, con una sonrisa de oreja a oreja después de la matanza, les preguntaba en inglés: “ We don't hate you! Why are you doing this? Expain me, explain me! Tell me your history, tell me your version of the history. Why are you doing this? We don't hate you but you are making the world hate you ” [No os odiamos. ¿Por qué estáis haciendo esto? ¡Explícamelo, explícamelo! Cuéntame tu historia, cuéntame tu versión de la historia ¿Por qué estás haciendo esto? No os odiamos pero estáis haciendo que el mundo os odie]. Decía eso y me acuerdo que al final siempre les hacía esta pregunta con una sonrisa de oreja a oreja: “ But just a simple question. Tell me this, please, are you sad or are you happy? ” [Sólo una simple pregunta. Respóndeme a esto por favor: ¿estás feliz o estás triste?] Y nadie le contestó. Todos estaban avergonzados del chiquito, casi adolescente, de barrio de Londres. Nadie le podía responder. Eso es impresionante.

Osama, un palestino que llegó a última hora, le llamaban el Ché Guevara, siempre se estaba como riendo con los musulmanes más piadosos, tenía ese choque, pero jovial. ”¡Que yo no rezo, que yo soy musulmán, pero esto lo hago si quiero en mi casa”. Tenía una visión totalmente laica, secular e izquierdista. Llegó a última hora y era un personaje... Acabó haciendo el papel de prensa, es el que dió la cara ante CNN, ante BBC. Y era un personaje que apareció allí, que no era musulmán ni de IHH, todo el mundo le llamaba el Ché Guevara. Ese personaje cuando fue detenido, fue golpeado, se ensañaron bastante con él (precisamente por ser palestino). Eso también lo recuerdo.

Luego estaba Wasima, una chica marroquí que colaboraba en prensa con la organización y trabajaba para Al Jazeera, hablaba cinco idiomas (era una de las pocas personas que hablaba español). También súper cosmopolita, una cultura elevadísima. Esa es otra cosa que nos sorprendió, que las mujeres musulmanas que vimos allí tenían un nivel cultural altísimo, eran independientes... Su marido estaba en la casa con el hijo. ¡Ella era la que estaba viajando por el mundo! Ella era la que estaba en la lucha. Eso son esquemas que se te rompen. No es el hombre valiente que se va a la guerra y la mujer se queda en la casa. En este caso era al revés.

Tasmbién recuerdo a alguien a quien no dimos mucha importancia, incluso nos peleamos un poco con él, era Çebdet, el fotógrafo y periodista turco que organizaba la sala de prensa en el barco. Manuel siempre se peleaba con él porque estaba todo el día en Internet. Laura y yo salíamos a grabar y él metía todos los videos o los textos en Internet (él si que era el periodista activista o el periodista ciudadano por excelencia). Cuando sufrimos el ataque, una vez los israelíes bloquearon la señal, salió a hacer lo que sabía hacer, que era hacer fotos con su cámara. Estuvo muy cerca de nosotros, estuvo cerca de Manuel en el momento del ataque y él fue uno de los asesinados. Recibió un disparo en la frente. En el video que tenemos sale él en medio de todas las personas durante el ataque con su cámara en la mano, está confirmado que él sólo tuvo la cámara de fotos en su mano. Siempre tuvo la cámara en sus manos y fue asesinado por eso.

 

EL AMBIENTE DEL MAVI MARMARA:

“Se creó una hermandad que nos enseñó muchísimo a todo el mundo”

¿Cómo era la convivencia aquellos días previos a la masacre en el barco?

Esas son las personas que recuerdo pero hay muchísima más gente: los indonesios, el arzobispo palestino, tanta gente... Esa convivencia tanto en los primeros días del barco, cuando era todo felicidad, como durante la masacre, como después durante la cárcel, se creó una hermandad que nos enseñó muchísimo a todo el mundo. A los musulmanes más piadosos les enseñó que cristianos, ateos, socialistas, son también de los suyos. Y al revés: a los occidentales más laicos que tiene prejuicios contra la religión cristiana o musulmana, también les enseñó que se pueden hacer interpretaciones del islam o del cristianismo progresistas y tolerantes y que puede haber puntos de encuentro. No todos tenemos que pensar igual. Eso mismo decía Manuel: “Yo soy comunista y ateo, o anarquista, pero lo que ustedes me están diciendo -les decía a los musulmanes- es lo mismo que digo yo, pero ustedes lo llaman de otra manera; ustedes le llaman islam yo le llamo socialismo, ustedes le llaman Alá y yo le llamo revolución”. Si, es verdad, somos diferentes y vamos a seguir siendo diferentes, pero a diferencia del siglo XX, en el cual cada religión quería imponerse la una a la otra (religiones contra ateos, ateos contra religiones) esta flota nos enseñó que no, que esta nueva época debe ser de diversidad, que nadie puede imponerle a uno creencias, sino que hay que convivir y aprender. No es tolerar, como si fuera algo que le permites o ellos te permiten, sino que aprendimos muchísimo los unos de los otros: los musulmanes aprendieron de los occidentales y los occidentales aprendieron de los musulmanes. De hecho, esa división entre musulmán y occidental es falsa. El musulmán de Gran Bretaña es un occidental, es un inglés. ¡Es 100% occidental! Las musulmanas, la argelina y la marroquí vivían en Bélgica, son de familia árabe pero son occidentales. Esas fronteras son ridículas. El indonesio o el malayo, ¿qué tiene que ver con el árabe? ¿Que comparten religión? Uno es de Asia, el otro es de África. Es decir, respecto a todas estas fronteras y divisiones, al final nos dimos cuenta de que estábamos mucho más cercanos de lo que todos nosotros nos imaginábamos.

¿Qué especulaciones os planteabais sobre el momento del encuentro con el ejército israelí?

En las comunicaciones que yo hice en las últimas horas e incluso en los últimos días a TeleSur y a otros medios, yo -y todos- hablábamos del posible asalto de los comandos israelíes. Era una cosa que se tenía presente, Israel había anunciado que iba a parar la flota. En el último reporte en TeleSur dije que si la comunidad internacional no hacía algo podía producirse una tragedia (Manuel, en un video que hizo minutos antes del ataque, avisaba de que se podía producir una tragedia). Sabíamos que podía producirse una tragedia. Eran 500 personas en alta mar, en plena noche, si unos comandos armados hasta los dientes asaltaban el barco podía ser una tragedia. Lo que nadie, absolutamente nadie, se podía imaginar es que iban a desplegar toda la fuerza militar de un ejército contra personas desarmadas, contra cientos de civiles y periodistas.

¿Cómo planteó la organización de la flotilla la respuesta al previsible ataque israelí?

Esa última noche se repartieron chalecos salvavidas por lo que pudiera pasar, había máscaras de gas por si nos atacaban con medios antidisturbios convencionales. La mayoría de las personas no durmió esa noche sino que estuvieron rodeando el barco. Había una cadena humana rodeando el barco para tratar de hacer resistencia, eso es lo que yo ví. Había cientos de personas en todos los lados del barco con sus chalecos salvavidas. Estaban las cámaras de 40 medios grabando todo, no hubo nada oculto. Todo se vió, todo se retransmitió. Los mecanismos de resistencia fueron filmados y retransmitidos en vivo, no había ningún secreto. Que había gente rodeando todo el barco para protegerlo con sus cuerpos, que había chalecos salvavidas y que había máscaras antigás y que había banderas, eso lo vió todo el mundo, lo vieron los israelíes horas antes. Eso no fue ningún secreto.

 

LA FLOTILLA DE LA LIBERTAD Y LOS MEDIOS:

“En este mundo nuevo es difícil ocultar la información “

¿Por qué crees que no había ni un solo medio de comunicación europeo, no digamos ya español, cubriendo el viaje a bordo de la flotilla siendo un acontecimiento de primer orden? ¿Qué conclusiones se pueden sacar de este hecho?

Hay muchas reflexiones. La primera es que Occidente -y su soberbia y su arrogancia- está cerrando los ojos ante un mundo cambiante. Hay una serie de países emergentes en todos los continentes que cada vez están teniendo más importancia política y económica. Esto se refleja en la comunicación y en la política. Europa y Estados Unidos no enviaron medios de comunicación ya que, me imagino, subestimaron la importancia que podía tener esta flota. Para ellos era una flota de unos pocos europeos y unos pocos musulmanes que se iban por ahí a tratar de hacer algo por el Mediterráneo. Sin embargo el resto de la humanidad, hablamos de Asia, del mundo árabe, parte de África, Latinoamérica, sí se dió cuenta de la importancia de esto y por eso enviaron a 40 medios. Había 40 medios (por lo menos) en el barco. Hay que reconocer que algunos medios occidentales sí estuvieron, como por ejemplo la televisión sueca o Euronews, que sí tuvieron cierta presencia. Pero la mayoría de ellos lo subestimaron. Y lo que sucedió, y de esto me di cuenta el día anterior al ataque, es que había personas de muchas nacionalidades y cada uno iba haciendo un seguimiento de sus medios, lógicamente. El británico seguía sus medios, el turco los suyos, el kuwaití los suyos, etc, etc. Yo seguía los medios españoles, los catalanes, los valencianos y los venezolanos. En un momento dado me dije que todo estaba descoordinado. Y traté de ver, globalmente, cuál era el seguimiento de todo esto a través de las principales televisiones mundiales. Empecé con Al Jazeera, que tenía cuatro o cinco equipos en la flota, es decir un despliegue impresionante. Press TV, también tenía sus equipos. TeleSur tenía sus equipos también. Russia Today, resulta que también lo estaba cubriendo; no estaban presentes, pero a través de Al Jazeera o a través de otros medios, aunque fuera de segunda mano, lo estaba cubriendo también. Interesante... Nos comunicaron que en India también se estaba viendo. Interesante... Nos comunicaron que en Suecia se estaba viendo. Bien... En France 24 ya les empezaba a llegar la información. Entonces fui a ver la BBC y CNN, que son los medios en mayúsculas, y resulta que en BBC y en CNN ya estaba en portada la flota. ¿Cuál es la lección de todo esto? Me imagino al director de CNN viendo en la pared de televisiones de su despacho, barco, barco, barco, barco, flota, flota, flota, en todas la televisiones y viendo BBC y CNN vacías. Se dieron cuenta de que ellos no podían ocultar lo que estaba viéndose en todo el mundo. BBC y CNN y los medios europeos se vieron obligados a informar, se rompió el cerco mediático.

BBC fue presionada por una campaña ciudadana impresionante...

También fue por la presión de los ciudadanos europeos. Osama llegó con una sonrisa enorme abrazándonos (el tipo era súper efusivo) y decía “BBC 2500 phones in two hours! Now news are in BBC” [BBC, 2500 llamadas en dos horas. Ahora las noticias están en BBC]. Me enseñó el mail que le enviaron desde la BBC suplicando que dejaran de llamar ya, que lo iban a sacar. La BBC se rindió a su silencio y fue obligada a cumplir su papel que es informar. Y lo hizo. Eso es fundamental: en este mundo nuevo es difícil ocultar la información porque hay tantos medios, hay tantas naciones diferentes e independientes hoy en día. Los propios ciudadanos tienen cierto nivel de organización y presión hacia los Estados, los gobiernos y los medios. Esa es la lección fundamental.

¿Cómo fue el asunto de la carta del padre del soldado Gilad Shalit?

En cierto momento se nos informó de que había una solicitud del padre de Gilad Shalit de llevar una carta o un paquete a su hijo a Gaza. Me acuerdo de que eso lo hablé con uno de los tripulantes que era de Suecia, Matías y con un griego llamado Dimitri, de Free Gaza ambos pero estaban en el barco turco. Estuvimos conversando sobre ese tema y ellos me comentaban que por supuesto aceptaban esa carta, aceptaban el paquete, que ellos no eran ningún gobierno ni institución oficial. Ellos como ciudadanos harían llegar esa carta a las autoridades de la Franja de Gaza y éstas se la harían llegar al soldado (no tenían más poder de influencia que la que podía tener una organización ciudadana). Pero, por supuesto, la aceptaban e, incluso si el padre de Shalit lo deseaba, podían embarcarle a él en la flota y que pudiera entregar personalmente, no sé si a su hijo pero al menos a las autoridades de la Franja de Gaza, esta carta. Esto es lo que yo supe, que por parte de Free Gaza se aceptaba. Inmediatamente entré, no recuerdo si en Haaretz o en Jerusalem Post , y justo leí lo contrario: “la Flotilla se niega a aceptar la carta del padre de Shalit”. ¿Qué? Pero si acabo de oir cómo dicen que sí... Eso tuvo mucha influencia para criminalizar a la flota, sobre todo ante el público israelí. ¿Cómo una flotilla humanitaria se niega a apoyar a un preso de guerra? Pero es que precisamente es lo contrario, la flota dijo que apoyaba al millón y medio de palestinos, a los presos políticos palestinos, ¿cómo no iba a ayudar a un preso de guerra israelí? Por supuesto, hemos de ayudar a todo el mundo que esté en una mala situación, y obviamente Gilad Shalit se encuentra preso desde hace años y esa es una situación triste y dramática, por tanto la flota está obligada a ayudarle, es obvio. Hay que recordar que han tratado de darle la vuelta y decir justamente lo contrario de lo que pasaba.

 

LA CALMA TENSA ANTES DEL ASALTO:

“No noté a nadie con miedo”

En un momento dado, la flotilla se ofreció a que la ONU revisara el cargamento ante las acusaciones de Israel. ¿Cómo fue eso?

Se ofreció a la ONU o a cualquier institución oficial neutral que pudiera hacer, si quisiera, una inspección de los barcos, ya que no había nada más que ayuda humanitaria, activistas y periodistas. No había nada que ocultar. Y lo recalco, el control sobre Internet y los satélites, sobre la presencia de nuestras cámaras o nuestras emisiones era nulo por parte de la organización, nunca nadie nos impidió grabar ni preguntar ni hablar por Internet. Había una transparencia absoluta, todo lo que se estaba haciendo allí era filmado y grabado por todo tipo de videos. Cualquier cosa que había allí se sabía por todo el mundo.

¿Cómo se preparó la resistencia dentro del barco? ¿Se palpaba miedo o angustia?

Cuando los israelíes cortaron las comunicaciones yo salí con mi cámara, faltaban unos cuantos minutos para el ataque, y lo que hice es justamente empezar a entrevistar a todas esas personas que estaban en el perímetro. Y les pregunté exactamente eso: ¿tienes miedo?, ¿qué va a pasar?, ¿qué vas a hacer?, ¿por qué estás aquí? Y te digo que no noté a nadie con miedo, noté cierta tensión, los noté entusiasmados a todos ellos, los sentí tranquilos, era una tensión paradójica, una tensión con calma. Armados con chalecos salvavidas, máscaras antigás, pañuelos palestinos, mirando al mar... Tenían focos para localizar las barcas. Me dijeron que iban a tratar de resistir, que iban a hacer un cordón humano para tratar de parar al máximo la llegada de los comandos al mando del barco y a la sala de prensa, proteger las comunicaciones, aunque ya habían caído, pero sobre todo proteger el barco y que pudiera llegar a Palestina.

 

EL ATAQUE DEL EJÉRCITO ISRAELÍ:

“Era una puta locura y una masacre”

¿Cómo fue el momento en que detectasteis la presencia militar israelí?

A las diez de la noche ya se detectan por los radares del barco y visualmente ya detectamos las dos luces a los lados. A partir de ahí digamos que empieza un poco la tensión, pero el ataque se retrasó seis horas (fue aproximadamente a las cuatro de la mañana). 40 minutos antes cayeron las comunicaciones, se extendió tanto que no había tensión. Se retrasó tanto que la gente se tranquilizó, muchísima gente estaba durmiendo, otros estaban trabajando en prensa hasta que se cortó la comunicación, otros estaban en cubierta. Yo salí a hacer entrevistas y a las cuatro es cuando empieza el ataque. Lo primero que vimos es que esas luces, de repente, se convierten en barcos enormes. No tengo conocimientos militares marítimos, no sé si eran fragatas o destructores pero te puedo decir que eran barcos de guerra armadísimos con misiles y cañones. Era una fuerza de la armada importante. Ahí es cuando vimos las enormes zodiacs, cargadas hasta los topes, eran racimos de comandos encapuchados con pasamontañas y armados hasta los dientes. Los focos del barco trataban de ubicarlos y localizarlos y los iban siguiendo. Ahí es cuando vimos que eran reales, que ya no eran barcos, eran personas con armas, los veías. Yo me puse con la cámara, le di al zoom, y les veías las caras, a pesar de estar encapuchados, les veías los ojos, les veías que estaban mirándote.

¿Qué hiciste en ese momento?

Filmé las zodiacs durante cinco o diez minutos desde la borda cercana a la sala de prensa y como ví que no podian acercarse al barco por el movimiento, fui a la parte posterior del barco, subí un piso y allí me encontré con el set de televisión que estaba montado emitiendo por el satélite. Había una persona retransmitiendo el ataque, había mucho nerviosismo porque ya estaban rodeándonos. Yo grabé cómo retransmitían en directo, me encontré gente corriendo a todos lados y, mientras estaba grabando esa última retransmisión, mi cámara casi se va volando porque había un viento huracanado, y ahí es cuando levanté la vista y vi un helicóptero de transporte militar justo encima de nosotros, con una fuerza de la hélice enorme que te hace volar la cámara. Todo (las banderas, las cosas de poco peso que estaban por el suelo) estaba volando. Mantuve la cámara como pude y me puse a grabar el helicóptero. A los pocos segundos lanzaron cuerdas y empezaron a caer los comandos en rápel. Eso fue un choque psíquico pero también físico -sientes un nudo en el estómago- pero en vez de echarte para atrás, lo que te hace es seguir. Grabé cómo caían y mi reacción fue acercarme a ellos. Me acerqué mucho más a ellos, hacia donde estaban cayendo, subí por unas escaleritas y me encontré ya la batalla. Todos los activistas tratando de resistir, lanzándose con sus cuerpos contra los comandos. Ya era una melé, una batalla campal entre comandos y activistas. Grabé allí un poco pero la violencia era extrema y me bajé por una escalera. Bajé al primer punto donde me encontraba, al lado de la sala de prensa, donde había empezado mi recorrido y allí me encontré con Laura y Manuel, de los que me había separado, y con otros periodistas y activistas que se estaban moviendo. Y desde ese lateral de abajo grabamos el helicóptero que todavía estaba en alto y los comandos. En ese momento nosotros fuimos conscientes de que estaban disparando a mansalva desde el helicóptero y desde la primera borda. Laura dice que vió también desde las lanchas disparando. Había una lluvia de balas pero no nos imaginábamos que eran balas de verdad. Pensábamos que eran bolas de goma, material antidisturbio, porque allí lo que estaba sucediendo era una pelea como la que puede haber en cualquier manifestación. Hasta que, a los dos minutos, empezamos a oir explosiones y pensábamos que eran gases lacrimógenos. De hecho, se repartió cebolla, mira los medios tan sofisticados de que disponía el barco. Nos dieron la cebolla para que nos la pusiéramos en la nariz. Bueno, nos pusimos cebolla, altísima tecnología la del barco para la resistencia... Entonces empezó esa lluvia de balas y explosiones e, inmediatamente, vimos a una persona con la pierna reventada, un agujero enorme sangrando y ahí es cuando nos dimos cuenta de que de verdad eso era real. Seguimos grabando un poco, Manuel grabó un poquito más, yo le empecé a gritar que se metiera, que le iban a matar y al final se metió. El americano aguantó un poquito más aún y le empezamos a gritar que se metiera, que le iban a matar y se metió. Nos metimos todos porque eso era ya insostenible, y fuimos hacia la cabina que era como la nave central del barco donde se encontraban las escaleras que conducian hacia arriba, hacia abajo, hacia los diferentes niveles y a la sala de prensa. Era el centro de todo. Subí por las escaleras otra vez, pero desde dentro, no desde fuera. Fuera estaba la batalla, y ahí me encontré dos puertas laterales donde había decenas de activistas tratando de resistir. Me asomé un poco por las puertas y fuera había otros activistas peleando con los comandos, grabé un poco y allí es cuando tomé conciencia de que esto era una puta locura y una masacre. Empezaron a entrar decenas de heridos y posteriormente fallecidos, con balas, con tiros por todos lados, sangre por todos lados. Una puta locura... La gente ayudando... Me acuerdo de que Manuel, con la cámara en la mano, cargó a uno de los heridos. Todo el mundo estaba tratando de ayudar. Estaba la diputada árabe-israelí tratando de ayudar a la gente, estaba Osama ayudando a la gente. Estaban la marroquí y la argelina belgas, estaba Wasima y el americano, estaba el camarógrafo turco. Todos los que habíamos conocido tan tranquilamente y tan pacíficamente aquellos días estaban allí en medio de la locura. Iban bajando heridos y heridos.

 

CIVILIZACIÓN FRENTE A BARBARIE:

“Ví cómo se curaron las heridas de los soldados y se les aislaba para que nadie les hiciera nada. Se les desarmó y se les curó”

¿Qué pasó con los soldados momentáneamente detenidos por los propios activistas? ¿Fueron golpeados o maltratados tras su 'arresto'?

En determinado momento vimos también cómo bajaban dos soldados israelíes que habían sido detenidos por las personas del barco. Fueron desarmados. Me contó una de las personas que lo primero que hizo fue desarmar al soldado para que no pudiera asesinar a nadie, pero, y eso es lo fundamental (estamos hablando de que había muchos muertos entre las personas que iban en el barco y decenas de heridos) cuando agarró la pistola del soldado, lo primero que hizo fue sacarle el cargador y tirar las balas para que ni él, ni el soldado, ni nadie, pudiera usarla. Lo que hizo fue inutilizar el arma. Les quitaron todas las armas, se inutilizaron, se bajó a esas personas, se les curó las heridas, eso lo ví, como se les defendía para que nadie les hiciera nada, se les aisló de las personas en una sala inferior para que nadie les pudiera hacer nada, los desarmaron y les curaron. Creo que finalmente fueron cuatro los soldados capturados -no lo sé- yo ví dos, tal vez fueran cuatro. Luego, a lo largo de la batalla, cuando ya había diez muertos y decenas y decenas de heridos, los activistas soltaron a estos comandos, se les entregó a su ejército sanos y salvos, curados y desarmados, todo ello teniendo en cuenta que ellos habían asesinado a muchas personas. Eso es importante para que se vea la diferente catadura moral de los dos bandos: un bando armado hasta los dientes frente a un bando desarmado que cura a su enemigo, lo proteje y lo libera. Creo que eso es fundamental.

¿Cómo acabó el enfrentamiento violento del asalto?

En determinado momento desde la sala de control del barco, por megafonía, se empieza a hacer un llamado a los soldados para que no sigan asesinando a las personas desarmadas, se hace un llamado a los activistas para que no ofrezcan más resistencia porque es suicida y hay muchos muertos. Se llama a los israelíes a que evacuen a los heridos de bala, a lo que se negaron. Algunos murieron por falta de asistencia médica, no fueron evacuados a tiempo. Los israelíes estaban usando toda su potencia de fuego militar y ya no tenía sentido una resistencia desarmada contra esa fuerza. Entonces los periodistas nos retiramos a la sala de prensa, algunos se sentaron en el suelo, otros en las butacas, con nuestras cámaras y esperamos allí a que llegaran los comandos.

¿Cómo fue el contacto con los israelíes tras los asesinatos?

Fueron llegando, rodearon la sala de prensa, ya los vimos mirándonos. Eran gente enorme, de dos metros, con visores nocturnos, cámaras en los cascos, granadas de todo tipo en sus pechos. Puedo recordar que llevaban todo tipo de armas, recuerdo pistolas de 9mm, ametralladoras con todo tipo de visores, lanzadores de botes de humo, chaleco antibalas, vestidos de verde militar combinado con negro. Eran enormes, personas muy entrenadas y con una gran capacidad militar. Se apostaron en todas las ventanas de la sala de prensa y nos empezaron a apuntar, escondidos desde los marquitos de las ventanas, abrieron una de las puertas laterales, y nos fueron indicando, uno a uno, a los miembros de la prensa que saliéramos, muy lento, con un protocolo muy lento. Estaba claro que sus mandos y oficiales les habían dicho que allí iban a encontrarse con terroristas, capaces de inmolarse y asesinarles. Nosotros estábamos impresionados de que, siendo nosotros la prensa, los tipos estuvieran aterrorizados de nosotros. Estaban uno por uno apuntándonos a los miembros de la prensa con sus armas, aterrorizados. Primero salieron los turcos, que estaban en la sala de la derecha, y, en determinado momento, me tocó a mi. Un momento antes estaba viendo al soldado que me estaba apuntando con la ametralladora y le podía ver la cara por la apertura del pasamontañas, era blanco con ojos azules. Me apuntaba y yo estaba con las manos en alto mirando al suelo, bien tranquilo, y en determinado momento me giré y le miré a los ojos y él se puso nervioso de que yo le mirara, le temblaban las manos y apartó la mirada. Eso para mi fue muy significativo del estado psicológico de esas personas que son capaces de asesinar precisamente por ese terror que les han infundido sus propios oficiales superiores. Personas que están aterrorizadas de personas indefensas, desarmadas, apuntados con armas. Es inconcebible pero era así.

¿Y qué sucedió a continuación?

Bueno, nos sacaron uno por uno, nos despojaron de todo, nos registraron, nos quitaron todo el material y nos llevaron a la borda donde nos encontramos a todas las personas detenidas allí. Especialmente los que eran musulmanes, los tenían de rodillas, había una discriminación clarísima respecto a estas personas. Se llenó de cientos de comandos, de policías de fronteras, todos enmascarados, todos encapuchados. Finalmente evacuaron a los heridos pero, por supuesto, ésta no era su prioridad, con lo cual algunas vidas se perdieron pero para ellos sólo son números. Es como decía el embajador de Israel en España, no murieron 100 o 200 personas, sólo fueron diez. Y es verdad, es que sólo fueron diez. ¿Cuánta gente murió por no ser evacuada? ¿Uno? ¿Dos? ¿Tres? Según sus cálculos eso no es nada.

 

GUERRA ELECTRÓNICA:

“Los israelíes no esperaban que su intento de guerra electrónica iba a poder ser superada por la organización de prensa en la flota 

IHH superó exitosamente los ataques de guerra electrónica contra la señal de satélite del Mavi Marmara por parte del ejército israelí. ¿Qué opinas de este asunto?

Esa es la clave de todo. Mucha gente está sorprendida, especialmente los israelíes (pero también los palestinos), todo el mundo (los activistas, la organización) estaba sorprendida por la relevancia que han tenido estas muertes, porque diez muertos han tenidos mucha más relevancia que los 1.400 muertos de la guerra de Gaza. Eso es porque en la última guerra de Gaza, los israelíes tuvieron éxito, hasta cierto punto, en silenciar a la prensa. La Franja fue sellada completamente, había muy pocos periodistas que pudieran seguirlo desde dentro. El cerco informativo de los israelíes fue muy grande y, además, las víctimas eran palestinas. Mientras que en el barco -hay que destacar que se encontraba en aguas internacionales, fuera de las costas palestinas o israelíes- se violaron todas las leyes internacionales. Había centenares de personas de todas las nacionalidades. Había 40 medios internacionales retransmitiendo desde ese barco. Y lo que los israelíes no esperaron es que su intento de censura con medios de guerra electrónica, es decir el sabotaje, el silenciamiento, la caída de Internet, de los teléfonos satélite y de la emisión por satélite, iba a poder ser superada por la organización de prensa de la flota que fue mucho más inteligente y mucho más avanzada que los propios servicios de inteligencia militares israelíes y pudo transmitir, vía satélite en directo, el ataque y la masacre. Es un hecho sin precendentes. Lo que consiguió es que Israel (y su ejército y su Gobierno) no pudiera después falsificar la historia, manipular la historia y poder vender que allí había terroristas, que allí había armas. No pudieron porque el mundo entero había visto ya cómo comandos armados hasta los dientes aniquilaban a personas que a lo sumo se resistian con palos o con sus manos. Esa es la realidad y eso se vió en directo. Esa es la clave.

 

DEL PUERTO A LA PRISIÓN:

“El mito de la inteligencia israelí se derrumbó”

¿Cómo fueron las horas posteriores a la masacre?

Recuerdo que a mi lado había un indonesio que no paraba de preguntarme si había visto a su amigo. Yo sabía que un indonesio posiblemente había muerto. Había un indonesio herido, no sabía si había muerto, pero luego finalmente sí que murió. Yo no se lo quería decir, mejor que lo supiera después que en ese momento en el cual iba a ir a la cárcel, que iba a tener que pasar tantas cosas, además sabiendo que su amigo había muerto, no sé si lo iba a resistir, no sé si se iba a derrumbar. Recuerdo que no quería contárselo, que lo supiera en otro momento no tan duro, no tan aplastante. Hubo otro momento horrible porque Manuel, que es muy pacífico pero muy nervioso, cuando estábamos detenidos con el grupo de prensa se estaba moviendo todo el rato en la silla, se levantaba, preguntaba a la gente. Los comandos se pusieron nerviosos con él, lo confundieron, les pareció peligroso, no sé qué sucedió, qué interpretaron ellos, pero en determinado momento lo señalaron y lo esposaron y lo separaron del grupo de prensa. Yo ahí tuve miedo porque después de lo que había visto no sabía lo que le iban a hacer, si le iban a torturar, a golpear, a desaparecer... Con los descuidos de los comandos acabé sentándome a su lado, viajé con él e incluso le ofrecí que si quería que le ayudara a cortar las bridas de plástico porque yo tenía un mechero. Le decía: “te las puedo cortar, te las puedo romper cuando no se den cuenta y te vuelves a la prensa”. Pero no, porque a cada cambio de guardia de los comandos le volvían a señalar, lo tenían enfilado. A Osama, el palestino, lo golpearon bastante durante ese trayecto, al arzobispo palestino lo golpearon bastante, una persona de 88 años... Todos los musulmanes, especialmente los religiosos, se lanzaron a defenderlo, ya que para ellos es un hombre santo, es otra persona de dios.

¿Cómo fue la llegada al puerto israelí?

Cuando llegamos al puerto de Ashdot nos bajaron, nos esposaron a todas las personas -hasta ese momento no me habían esposado- nos bajaron y yo les dije que era de prensa de TeleSur, que Manuel trabajaba de camarógrafo con nosotros, no les importó y ahí lo separaron. Ahí tuve miedo por Manuel por si le sucedía algo porque esta gente era capaz de todo. Ahí entramos ya en el proceso kafkiano burocrático de cientos de cuerpos de seguridad, fotografías, nombres, documentos... Se nos planteó que firmáramos que habíamos entrado ilegalmente. Yo me negué, sé que Manuel y Laura se negaron a firmar, la mayoría de gente también se negó a firmar, algunas personas sí firmaron pero igualmente todos fuimos trasladados a las cárceles. Nos fotografiaron, nos registraron por octava vez, nos despojaron de nuestras últimas pertenencias que algunos habíamos podido salvar. Yo todavía tenía cintas que había salvado; me las quitaron.

¿Y el traslado a la prisión?

Allí nos metieron en camiones blindados totalmente cerrados, no veíamos nada, no sabíamos hacia dónde nos conducían. Me encontré con otros compañeros, un paquistaní, un británico-chipriota, un libanés, turcos, algún indonesio. Hicimos un viaje larguísimo, no sabíamos adónde, incomunicados, a veces con gritos o golpes a la ventana para que nos calláramos o no nos moviéramos. Sí, esos detalles... Por ejemplo, hacía frío en la madrugada y tratamos de cerrar las ventanitas de arriba y nos empezaron a golpear para que no las cerráramos. Había un control absoluto: no hacer nada, no decir nada, no moverse. Hasta que llegamos a la prisión y otra vez otro proceso burocrático. Todo duraba una eternidad, todo duraba cinco horas, diez horas, hasta que terminaron de ficharnos y nos metieron en nuestro bloque de la prisión.

¿Cómo fueron los primeros momentos en la prisión? ¿Qué impresiones teníais de vuestros nuevos carceleros?

A mí me metieron en un módulo con 50 personas, me encontré con los turcos, con el griego, con el sueco, con el irlandés, con dos británicos. Nos dieron ropa, camisetas, toallas. Nos dieron comida, unos sándwiches con nocilla y peras. Todo fue una desorganización total. La primera impresión que nos causaron el Estado israelí y sus fuerzas de seguridad fue su desorganización. Eran masas, eran mil veces más que nosotros y eso que nosotros éramos bastantes. Eran miles y miles, de todos los colores, de todas las edades, muy jóvenes, había argentinos que hablaban español. Todos estaban súper desinformados, nadie sabía nada de lo que había pasado, nadie sabía que habían asesinado a la gente. Especialmente a los musulmanes de países que nunca han tenido relaciones con Israel se les desmontó el mito. El mito de la inteligencia israelí, el mito de la valentía israelí, se les derrumbó. Vieron que las estructuras de seguridad eran ineficaces, muy incompetentes, muy acobardados, poco cultas, ignorantes. Esa es la impresión que tenía la gente. Casi los tenían como por una raza superior, como un pueblo guerrero, valiente, consciente. Los veian como algo indestructible, superior. Creo que la impresión de la mayoría de los activistas que han vuelto a sus países es justo lo contrario. Tal vez lo fueron, en el 48, hasta el 67, pero en estos momentos, tras 60 años de ocupación, la sociedad israelí y sus cuerpos de seguridad son reflejo de esa nueva estructura sociopolítica o socioeconómica y cultural que no tiene la misma motivación de sus abuelos, de sus padres, que no tiene la misma cultura, la misma entereza. Nunca pudo un guardia israelí contraargumentar a nadie en conversación alguna. No tenían argumentos de nada, su lenguaje era muy pobre, estaban inseguros, era algo impresionante. Porque uno pensaba que eran defensores a muerte de sus ideas.

¿Sabíais dónde os encontrabais?

Nunca tuvimos información de nada, de adónde íbamos, ni quiénes eran, ni bajo qué régimen estábamos, ni bajo qué fuerzas de seguridad estábamos... Nunca se nos informó de nada. Ni siquiera de dónde estábamos. Supimos dónde estábamos al salir, cuando vimos en qué prisión estábamos. No hubo prácticamente interrogatorios. Hubo una desorganización absoluta por parte de Israel en la gestión de los detenidos, improvisación, a pesar de que lo sabían y de que habían anunciado que tenían su centro de detención.

¿Os interrogaron?

Hicieron algunos interrogatorios. A Manuel le interrogaron y nos contó que le preguntaban que quién le pagaba a él para estar ahí y Manuel se rió en su cara. “¿Tan cerrados sois que pensáis que alguien me paga para estar aquí?”. Les respondió que era miembro de una ONG y que había usado todos sus ahorros para ir allá. Creo que mientras trataban de organizar un poco a todas las personas que tenían detenidas, procesarlas en sus archivos, mientras esto sucedía, la presión internacional era fortísima. El Gobierno de Turquía presionó al máximo. Creemos que la OTAN y la UE hicieron presión (ya que Turquía es miembro de la OTAN), y a Israel no le dio tiempo a hacer nada, cuando se dieron cuenta estaban obligados a liberarnos.

¿Qué fue de tu material periodístico (grabaciones, cámaras, trípodes, agenda, etc.)?

Fue requisado, destruido, se lo quedaron los comandos, los teléfonos.. Nos robaron todo, absolutamente todo, había cientos de cámaras, todas fueron requisadas, robadas. Cientos de cámaras de fotos y video robadas y, especialmente, las de la prensa. Cuando llegamos a Estambul, en el hospital donde nos hicimos los tests de salud, el ejército israelí entregó parte del equipaje de las personas, sus maletas y mochilas. Todas las maletas y mochilas de la prensa estaban cerradas. Creo que aparecieron dos cámaras destrozadas. Todo fue robado a la prensa. Querían tratar de silenciar al máximo y que no saliesen a la luz pública imágenes e informaciones. Ahora bien, la transmisión vía satélite, lo que la gente pudo sacar de manera clandestina, ha hecho que hoy en día todavía estén saliendo a la luz nuevas imágenes y fotografías que los israelíes no pudieron requisar ni controlar. Hoy en día, la censura férrea, total y absoluta como querían los israelíes, es imposible. Su inteligencia y sus fuerzas de seguridad fracasaron en silenciar a la prensa.


SECUESTRADOS POR EL ESTADO DE ISRAEL:

“La prisión era un Guantánamo pequeño, un limbo jurídico" 

¿Pudisteis contactar con el exterior u os incomunicaron?

Nos incomunicaron, nos aislaron. Los teléfonos que habían en la prisión para presos comunes estaban desmontados, la televisión desconectada, no teníamos ningún tipo de comunicación con el exterior, era un Guantánamo, un limbo jurídico. Era un Guantánamo pequeño. Hasta que el segundo día empezaron a llegar cónsules de países occidentales. Llegó el vicecónsul de España, que es el único funcionario de España que nos ayudó. El resto no hizo nada por nosotros, la embajada, el consulado, se desentendieron, excepto esa persona. Encontró, tras mucho esfuerzo, a Laura, tras dos horas me encontró a mi y nos juntamos Laura y yo, nos abrazamos emocionados, ya que estábamos bien, hablamos entre nosotros. El vicecónsul nos presionó para que firmáramos y nos negamos. Claro, ellos querían solucionar el problema y que nos fuésemos. La idea era que se hiciera en colectivo, había que consultar con el resto de los tripulantes y miembros de la prensa. No queríamos actuar de manera individualista y egoista. Queríamos hablar con Manuel primero. A Manuel tardó en localizarlo seis o siete horas. El vicecónsul nos cedió su teléfono personal desde el que pude hacer unas llamadas a mi padre y a mi madre. Mi madre me informó llorando destrozada de que había habido movilizaciones contra la masacre en Valencia, pidiendo mi liberación y eso nos dio una energía enorme. Significaba que no estábamos solos.

¿Qué significó saber que contabais con amplio apoyo en el exterior?

Cuando llegué a mi módulo las 50 personas se me arremolinaron a mi alrededor porque no sabían si me habían llevado a torturarme o a interrogarme. Todos me preguntaban qué me había pasado, si me habían hecho algo. Les conté que mi madre me dijo que se estaban movilizando fuera por nosotros. Les dije que si se estaban manifestando en mi ciudad, eso lo que significa es que en el mundo entero, en sus países, estaban haciendo lo mismo, o más. Y, claro, eso les dio una energía a esas 50 personas que había allí, que no sabian nada, no sabian ni siquiera si el mundo iba a reaccionar ante lo que estaba pasando.

¿Cómo resistíais psicológicamente el encierro y el recuerdo de las víctimas de la masacre?

Los factores de resistencia fueron éstos: el primero que la mayoría de las personas que se encontraban allí, nos apoyamos los unos a los otros. Una vez presos no había nadie que tuviera actitudes individuales, de tratar de hacer algo por su cuenta, de hacer méritos ante las fuerzas de seguridad israelíes... Creo que todos se apoyaron los unos a los otros. Había una hermandad, todos estábamos presos, habíamos sufrido la agresión. Segundo punto: Saber que fuera todo el mundo se estaba moviendo y, tercero (que en realidad es el primero) es que durante la detención de los comandos estábamos en la sala de prensa y en determinado momento unos periodistas turcos agarraron el mando a distancia (sobre las 6 de la mañana, ya era de día) y pusieron un canal turco en el cual la presentadora turca (me acuerdo perfectamente: con el pelo suelto, vestida de rojo) estaba hablando y detrás de ella salía una imagen de lo que habíamos vivido nosotros. ¡Era el ataque de hace un par de horas retransmitido! Ahí vimos cómo caian los comandos, vimos los primeros muertos, los heridos, las peleas y descubrimos que el satélite había podido retransmitir durante el ataque. Eso desde el principio nos hizo saber que el mundo lo sabía y que no estábamos solos, no iba a poder silenciar la masacre. Nos dio una energía que llegó un momento en que casi dominábamos nosotros a los carceleros, en un momento dado teníamos subyugados a los carceleros, con la fuerza que sentíamos.

 

DE LA PRISIÓN ISRAELÍ AL AEROPUERTO:

“La primera imagen que vimos al salir de la cárcel israelí fue un poblado de chabolas del nivel de Sierra Leona o Etiopía”

¿Cómo fue la salida de la cárcel tras vuestra liberación?

Todo fue muy simbólico. Cuando salimos nos dimos cuenta que estábamos en la prisión de Beer Sheba , en medio de un desierto. La primera imagen que vimos al salir de la cárcel israelí fue un poblado de chabolas del nivel de Sierra Leona o Etiopía: chabolas de cartón, palos, plásticos, burros por ahí... Era una pobrezo extrema. Preguntamos quién era esa gente. De hecho, algunas personas de los detenidos les hicieron el signo de la victoria y nos contestaron con el signo de la victoria y nos enteramos de que eran palestinos beduinos, la última clase, los palestinos nómadas que se quedaron en el Estado de Israel y son tratados, no como palestinos de segunda, sino como ciudadanos de octava. Ésa es la primera imagen que tuvimos. Luego, a lo lejos, en el horizonte vimos rascacielos, ciudades de un nivel de vida y desarrollo comparable al occidental o al europeo. Vimos que la realidad de Israel es insostenible. Hay ciudadanos, dentro de Israel, viviendo en la pobreza extrema y otros viviendo en la riqueza extrema. Es una locura el propio Estado de Israel internamente, no sólo lo que les hacen a los palestinos de Gaza y Cisjordania o los ataques al Líbano.

¿Cómo fue la llegada y la estancia en el aeropuerto?

En el aeropuerto se nos volvió a procesar y controlar, fuimos saliendo a un paso lentísimo a los aviones de Turkish Airlines, que fletó Turquía. Nos trataron demasiado bien, nos dieron de comer. Yo me comí tres o cuatro menús de una sentada por el hambre que tenía. Ni siquiera era del hambre, era de la ansiedad de sentirte libre, de tener buena comida, la gente sonriéndote, las azafatas y los azafatos tratándote con una sonrisa. Bueno, era como sentirte libre, salir de la oscuridad.

¿Por qué tardaron tanto en despegar los aviones?

La organización turca tenía claro que si no salían todos los presos, no salían los aviones. Estuvimos esperando entre cinco y diez horas esperando a que subiera el último preso. En los últimos momentos el Mossad agarró al líder de IHH, Bulent Yildirim, para interrogarlo y a otras personas, fue una situación que desembocó en otra batalla campal, de nuevo entre personas armadas y personas desarmadas. Hasta el último momento tuvieron que derramar sangre, atacaron a la gente, sé que al irlandés le abrieron la cabeza. Precisamente el irlandés es una de las personas que se negó, no sólo a firmar, sino a ser repatriado. Decidió quedarse en las cárceles de Israel a pesar de la sorpresa de todos los demás que habían decidido regresar a Turquía colectivamente ya que consideraba que lo que había sucedido era una violación de tal magnitud de las leyes internacionales que creía que su deber era resistir desde dentro de las cáreceles israelíes y resistir al sistema judicial israelí desde dentro. Eso fue muy duro para nosotros que habíamos convivido con él. No tratamos de hacerle desistir de ello, ya que estaba totalmente convencido de que este era su papel y eso era lo justo. Hablamos con él, tenía muy claro que quería hacer eso y lo hizo.

 

LA LLEGADA A TURQUÍA:

“Tuvimos un recibimiento espectacular en el aeropuerto de Estambul, el Gobierno turco en pleno estaba allí”

¿Cómo recuerdas la llegada al aeropuerto de Estambul? ¿Qué sentiste al haber abandonado la cárcel de Israel?

Tuvimos un recibimiento espectacular en el aeropuerto de Estambul, se dice que 10.000 personas nos estaban recibiendo, yo vi miles de personas con banderas, el Gobierno turco en pleno estaba ahí. Fuimos conducidos a un hospital donde nos hicieron reconocimientos médicos a cada uno de nosotros. Recuperamos nuestros equipajes, o sea recuperé mis tres mochilas, estaban las tres vacías, pero mis tres mochilas estaban. Cuando llego a Valencia, llego con mis tres mochilas vacías. Esa noche no dormimos, ya llevábamos tres o cuatro días sin dormir. Al día siguiente fuimos a los funerales con la misma ropa que llevábamos desde hacía cuatro día. Fue en una de las mezquitas más grandes del barrio viejo de Estambul. Allí también pudimos ser conscientes de lo que había sucedido, cuando vimos a los amigos y familiares de esas personas que estaban llorando. Lo que vimos es mucha determinación en la gente de continuar, de seguir. Estas personas son consideradas mártires por Palestina, son personas que han dado su vida por tratar de llevar ayuda humanitaria a Palestina. Estas personas quedan en nuestra memoria, para los turcos, pero también para todas las personas que íbamos en la flota. Yo no olvidaré jamás al periodista turco que fue asesinado por realizar una labor periodística en una flota que se dirigía a llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza. Estas personas son un ejemplo para nosotros de dignidad. Es sorprendente saber que todavía hay personas capaces de dar su vida por los demás. Esa gente no estaba defendiendo a Turquía, no estaba defendiendo ni su casa ni su familia, estaba defendiendo la causa palestina, la familia palestina, la nación palestina. Y esa es otra lección: al final Palestina, Turquía, Catalunya, Valencia, todo es lo mismo, Kosovo, Serbia, Macedonia, Kuwait, Estados Unidos, Gran Bretaña... Al final todo es lo mismo, lo que a uno le sucede hoy mañana les sucede a los demás.

 

TURQUÍA, ISRAEL Y LA OTAN :

“El Gobierno de Erdogan tiene una visión en la cual ya no se acepta la hegemonía y la supremacía absoluta de Occidente respecto al resto de la humanidad" 

¿Qué opinas sobre la actuación del Gobierno turco?

El Gobierno turco ha demostrado mucha valentía al defender a sus ciudadanos y, además, al defender a los ciudadanos de 50 naciones que habían ido a ayudar a Palestina, el Gobierno turco las defendió, persionó a Israel para que liberara a todos los secuestrados, la organización turca hizo lo mismo. Ha hecho la condena más potente de todos los países. Ha levantado toda su fuerza para hacer un cambio geopolítico en la región que pueda tal vez algún día obligar al Estado de Israel a cumplir con la legalidad internacional y a suavizar y hacer finalmente desaparecer el bloqueo en Gaza. En ese sentido creo que es fundamental. 

Precisamente en este contexto de ese cambio geopolítico del que hablabas, ¿cómo crees que quedan ahora las relaciones entre Israel y su princiapl socio militar de la región, Turquía?

El Gobierno de Erdogan ha ido haciendo cambios muy lentos pero estratégicos, también relacionados con el desprecio de la Unión Europea hacia Turquía y también relacionado con los apoyos de Israel a los enemigos de Turquía. Creo que esos cambios van a afectar a toda la región, está habiendo un cambio geopolítico que es reflejo de todo el planeta. Esta flota y lo que ha sucedido (las condenas, cómo se ha obligado posteriormente a Israel a contenerse, a liberar a estas 800 personas -podíamos estar presos todavía-) es reflejo de un mundo multipolar en el que América Latina, Turquía, Brasil, Índia, China, Rusia, Pakistán, Irán, además de la UE y Estados Unidos, tienen cada vez más fuerza en el mundo y cada vez más voces. Turquía se ha convertido en un nuevo actor global y está jugando su papel de defensa de sus intereses de Estado y en este caso ha sido el que ha mostrado una determinación más fuerte y creo que no hay vuelta atrás. La mayoría de relaciones entre Israel y Turquía van a romperse. Posiblemente no sea total, habrá ciertas relaciones económicas y militares, pero van a reducirse al mínimo, básicamente porque los intereses son opuestos. Israel nunca ha respetado a Turquía y además este nuevo Gobierno tiene una visión del mundo diferente. Para resumirlo, es una visión en la cual ya no se acepta la hegemonía y la supremacía absoluta de Occidente respecto al resto de la humanidad. Básicamente es eso. Turquía, está ahí, junto a Brasil, Venezuela, China, Rusia, creando cierto equilibrio respecto a Occidente.

¿Cómo valoras la actuación de la OTAN en todo esto? 

(continuación)

 

 

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