Sí a la soberanía alimentaria, No a Monsanto

 

Estamos frente al congreso contra la multinacional Monsanto, promotora de la destrucción del medio ambiente. Apoyamos a la Asamblea de Malvinas Argentinas (Cba), quienes vienen luchando hace trece años para detener el genocidio que vive su pueblo, donde a causa de las fumigaciones aumentó drásticamente el porcentaje de cáncer en la población: 6 de cada 10 niños tienen agrotóxicos en la sangre, por eso hace 2 meses mantienen un bloqueo en la planta de producción de maíz transgénico que Monsanto intenta construir allí. Hacemos responsable al Gobierno Nacional quién ha permitido y festejado la instalación de la planta más grande en Sudamérica de maíz transgénico, prohibido en 15 paises por las graves consecuencias hacia la vida humana: cáncer, abortos espontáneos, niños nacidos con malformaciones, alergias, leucemia, problemas neurológicos, lupus...
 

Monsanto es una empresa estadounidense que ademas de participar en la construcción de la bomba atómica, es la creadora del “agente naranja”, un defoliante que utilizó el ejercito de los EE.UU para destruir los cultivos y la selva de Vietnam, matando a medio millón de vietnamitas. Su salto a la fama llegó con su producto estrella: el combo semilla de soja RoundUp Ready y el RoundUp, el herbicida hecho de glifosato, veneno que degrada toda la vida que hay alrededor, incluyendo a las personas. Por eso solo se pueden plantar las semillas de Monsanto modificadas genéticamente para sobrevivir a este veneno. Monsanto es uno de los principales responsables del hambre de millones de personas a las que dejaron sin tierras ni semillas; sigue envenenandonos, ahora con el apoyo del Estado: ya se anunció que se dará tratamiento en el Congreso a una nueva Ley de Semillas que propone la privatización de las semillas permitiendo que toda especie nativa pueda transformarse en propiedad de corporaciones a quienes le otorga un poder decisivo sobre la producción de alimentos, obliga el pago de regalías por parte de los productores a estas empresas por la utilización de estas semillas patentadas. Implica la prohibición de reutilizar las semillas que los productores obtienen de sus propias cosechas. En síntesis: esta ley significa terminar de consolidar la alianza estratégica con Monsanto consolidando un modelo económico extractivista.

Acampe contra Monsanto

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