[Tucumán] Masso: Los negocios de Manzur no pueden estar por encima de la vida de los tucumanos
En Tucumán la ley que declaraba el estado de excepción en materia de seguridad, lucha contra el narcotráfico, situación carcelaria y adicciones, quedó sin efecto. Las distintas acciones para combatir el drama que viven familias y jóvenes humildes por efecto del paco, o el hacinamiento en cárceles y comisarías, ya no está vigente.
Sucede que la ley cumplió su vigencia y no fue prorrogada. Se habla de olvido o desidia. Sin embargo considero que tiene que ver más con cómo piensan las personas que hoy nos gobiernan a los tucumanos. Por citar un ejemplo, desde que acompaño a las Madres del Pañuelo Negro, que batallan contra los narcos y la droga en La Costanera y otros barrios, no he visto un sólo momento en que se les dé respuesta a lo que piden con sus movilizaciones a Casa de Gobierno. Piden que el Gobernador las escuche, que el Estado las ayude a impedir que sus hijos terminen quitándose la vida colgados de una soga, como ocurrió con Huguito hace dos semanas.
La semana pasada solicitamos a los ministros de Desarrollo Social y de Salud, Gabriel Yedlin y Rosana Chahla respectivamente, nos ayuden a combatir este flagelo que hace estragos entre los jóvenes tucumanos. La respuesta fue un otorgamiento de audiencia para el 23 del corriente, porque quizás estarán ocupados haciendo campaña, o porque equivocadamente piensan que este tema se instaló por la contienda electoral. Lo que preocupa más aún es que al final de cuentas, este problema de las adicciones que denuncian las Madres sigue siendo para el gobernador y sus ministros algo que se pone en escena en tiempos políticos, y no una cruel realidad que afecta a miles de jóvenes tucumanos que luchan día a día para tener un futuro digno.
En Tucumán la Emergencia en Seguridad y las Adicciones caducó y “a las corridas”, como suele decirse, se busca prorrogarla. Claro que tiene que ser así, porque desde el dictado de la norma a la fecha poco y nada cambió en la provincia. Allí está el Cepla de La Costanera inconcluso y arrasado, Huguito y tantos otros chicos que ya no sueñan con un futuro mejor. Esos chicos que, cuando esta gente que gobierna Tucumán arribaba a Casa de Gobierno, recién nacían o apenas contaban sus años con los dedos de una mano. Y hoy su destino pareciera ser terminar con sus vidas colgados de una soga. Ese es el Tucumán donde la Emergencia en Seguridad y Adicciones pierde vigencia.
Y es muy probable que esta gente estaba muy ocupada en aprobar el gasto de 24 millones de pesos para la fiesta de La Luna Tucumana. En este octubre electoral, toda una simbología de a dónde apuntan las prioridades del gobernador. Basta decir que otra fiesta similar en la Ciudad no llegó a costar ni un millón y medio. Ni hace falta recordar que esta plata, y mucho menos también, alcanzaría para terminar el tan necesitado CEPLA.
Si el Gobierno de Tucumán realmente considera que el tema de adicciones se instaló por la campaña electoral, se equivoca feo. Le falta el respeto a esas madres y familias que necesitan la ayuda del Estado. El próximo viernes voy a caminar La Costanera para darle fuerza a esas madres que lloran a sus hijos, esos hijos que mató el paco. Quiero invitar a los ministros de Desarrollo Social Gabriel Yedlin y de Salud Rosana Chahla para que nos acompañen. Espero una respuesta.
Federico Masso