Carta Abierta al Intendente de Gral. Puyerredón

 

Carta Abierta al Intendente de General Puyerredón


Sr. Gustavo Pulti:

Cada 8 de Marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y es una fecha que nos convoca a todos y todas a la reflexión; avances y retrocesos en el cumplimiento de los derechos humanos de mujeres son parte de este análisis.

La clave es: ¿De dónde partimos para realizar ese balance?

Claramente desde el retorno de la democracia, y en estos 32 años, son innegables los avances en los derechos de las mujeres; reformas fundamentales se consiguieron gracias al impulso de los movimientos feministas y a la participación directa de las mujeres en ámbitos legislativos: la ley de divorcio, la ley de patria potestad compartida, la ley de cupo, la reforma constitucional de 1994 que incorporó en el art. 75 inc. 22 a la “Convención contra todas las formas de discriminación de la Mujeres” (CEDAW) con jerarquía constitucional, la ley nro. 26485 de protección integral de las mujeres, el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la ley de fertilidad asistida.

Ahora bien, esta gran cantidad de derechos conquistados tiene un aspecto normativo y un aspecto fáctico. Y si bien en el plano de las leyes queda mucho por hacer aún, no puede soslayarse que se registraron grandes avances en estas tres décadas; pero lo cierto es que en el plano de los hechos las mujeres aún padecemos de un estatus secundario y discriminante basado en que “naturalmente” somos diferentes e inferiores.

Es el Estado el principal garante de los derechos consagrados en nuestra legislación, y analizando la realidad de distintas provincias y municipios en el mejor de los casos no se hace nada o poco al respecto, condenando nuestros derechos a ser “letra muerta”.

Y en el peor de los casos –como en nuestro municipio- se hace sin considerar esta realidad y por tanto se planifican y ejecutan políticas ciegas a la perspectiva de género, reproduciendo las jerarquías que originan la discriminación y la violencia hacia las mujeres.

Entonces, debemos analizar los avances y retrocesos en el plano fáctico de esos derechos conquistados a fuerza de participación ciudadana; en este plano en el Municipio de General Pueyrredón -durante sus intendencias- ese balance DA SALDO NEGATIVO, y las mujeres permanecemos invisibilizadas en su agenda política.

Estas líneas que le escribo, invitándolo a la reflexión, no van a ahondar en la realidad de las mujeres en nuestro país y nuestra ciudad, pues de eso se sabe demasiado y si usted no lo sabe, lo invito a bucear en las estadísticas, incluso puede consultar estudios oficiales, pues todos arrojan similares resultados: en nuestro país cada 30 hs muere una mujer víctima de la violencia de género, el aborto es la principal causa de muerte evitable de mujeres gestantes, las mujeres ganamos en promedio 36% menos que los varones, sumado a las numerosas mujeres víctimas de las redes de trata, de acoso sexual callejero, etc.

He preferido entonces hablar de cosas que para algunos parecen imposibles, y para otros resultan menores, creo que usted entra en la última categoría. Sin embargo para mí y miles de mujeres marplatenses son bien trascendentes y reales: la efectiva participación de las mujeres en los destinos del Estado para poder planificar una gestión que de manera integral garantice nuestros derechos.

La participación de las mujeres en los espacios de decisión política
Según el INDEC el 52,29% de la población total del Partido de General Pueyrredón somos mujeres, sin embargo esa composición no se condice con la participación en los espacios de decisión del Gobierno municipal, atentando directamente contra la democracia en su faz sustantiva pues choca contra la noción de soberanía y la vigencia efectiva de los derechos humanos.

Pues si analizamos la composición actual en todos los ámbitos (legislativo y ejecutivo) es fácil advertir que en nuestra ciudad hay una sobrerrepresentación masculina y una subrrepresentación de las mujeres, aunque usted no lo note.

La Ley nacional 24.012 conocida como "de cupo femenino" fue sancionada el  6/11/1991, y en la provincia de Buenos Aires se legisló el mecanismo afirmativo bajo la Ley 11.733 sancionada el 8/3/1997, estas leyes establecieron que el 30% de las listas de candidatos a legisladores nacionales, provinciales y concejales debían ser mujeres.

Sin embargo, dieciocho años después de la ley provincial, la participación de mujeres en el Concejo Deliberante local está actualmente por debajo del cupo establecido, alcanzando el  20%.

Si analizamos las causas veremos en primer lugar que, el cupo no garantiza la integración del cuerpo legislativo, sino los lugares en las listas de los partidos políticos. Y eso se traduce en que la integración del cuerpo muchas veces esté por debajo del anhelado 30%, eso es lo que sucede concretamente en nuestra ciudad.

Gráfico 1
Evolución histórica en las elecciones legislativa


El gráfico muestra que en la última elección ingresaron 2 mujeres (de 12) al Concejo Deliberante, menor cantidad que en 1983 cuando no existía ley de cupo.

Claro que ese límite concreto de la legislación que establece un cupo en la conformación de las listas y no en la integración del órgano, no es atribuible a Usted. Pero lo invito a reflexionar sobre eso, sin perder de vista que en la práctica política de muchos partidos, entre los cuales cuento al suyo, Acción Marplatense, el cupo es aquello que hay que cumplir obligatoriamente como un trámite formal, entonces las mujeres se convierten en  el “relleno” que todos necesitan; no hay una efectiva promoción de la participación de mujeres en la vida de los partidos políticos, y la mayoría se acuerda de ellas cuando hay que completar las listas.

No hay que mirar muy lejos para ver que es práctica vigente en nuestra ciudad.  En las elecciones abiertas primarias simultáneas y obligatorias del año 2013, sólo 9 de 22 listas fueron encabezadas por mujeres. Y si mira sus propias listas, las de Acción Marplatense, descubrirá que desde su fundación en el año 1997, habiéndose presentado en nueve elecciones, en una sola de ellas (2003) una mujer ocupó el segundo lugar, en las ocho restantes las mujeres fueron destinadas al relleno del tercer lugar. Tomando así la ley de cupo como un "techo" a la participación de las mujeres, cuando en rigor de verdad es un mínimo esperado.

A eso debe sumarse que su partido Acción Marplatense ha efectuado en los últimos años claras maniobras de manipulación, para violentar el espíritu de la ley de cupos: completar el tercer lugar con mujeres y luego al asumir otorgarle licencia en sus bancas, como fue el caso en el año 2011 de Alejandra Urdampilleta y Claudia Rodríguez.

Podría usted decirme que el mecanismo de las cuotas no garantiza per se la calidad de representación, pues la mera participación en esos puestos de decisión no siempre se refleja en cambios de leyes a favor de las mujeres.

Pero voy a adelantarme y recordarle que en la historia de nuestra ciudad, ese aumento de la participación en los ámbitos de decisión sí se reflejó en una mayor legislación sobre la agenda de género; concretamente desde 1997 a 2005 fue el período que registró mayor cantidad de mujeres en la integración del Concejo y en ese período se registraron los mayores avances en políticas públicas de género: creación de la Subsecretaría de la Mujer, del Plan de Igualdad de Oportunidades, etc.

Todos avances que Usted se encargó de borrar de un plumazo al asumir desarmando la estructura de la Subsecretaría de la Mujer, modificándola nuevamente en el año 2009 para reducirla a su mínima expresión.

Lo mismo sucede con la composición del Ejecutivo local actual, que tiene una amplia desproporción, creciendo la participación de las mujeres en los ámbitos menores de decisión: las direcciones municipales. Al analizar cualitativamente estas áreas puede observarse que la distribución se realiza reservando lugares “menores” o socialmente identificados como femeninos: áreas sociales, educativas, bibliotecas, coordinación administrativa. registrándose una ausencia total en los principales ámbitos de decisión como son: economía y hacienda, desarrollo productivo, ect. Y en lo ámbitos de mayor jerarquía tiene una sola Secretaria mujer, en educación.

Gráfico 2
Composición actual del Ejecutivo Municipal.



Y esto sí es responsabilidad completamente suya, pues son los funcionarios que usted designa, y evidentemente a su criterio los varones están en "mejores condiciones que las mujeres" para decidir los destinos de nuestra ciudad.

El diseño de políticas públicas de género
Las mujeres renunciamos a la idea de neutralidad de la acción del Estado, y sabemos que todas las políticas que se implementan impactan de manera diferente a mujeres y varones, reproduciendo muchas veces las desigualdades.

En nuestra ciudad, esta escasa participación de mujeres en ámbitos de decisión se refleja en la ausencia de la perspectiva de género en todas las decisiones del Estado. Y esta ausencia de mujeres no se suple con una gran visión suya sobre nuestra realidad, todo lo contrario.

La planificación de las políticas públicas del municipio –que usted dirige- no reconoce ni distingue necesidades diferentes entre varones y mujeres y por lo tanto se reproducen las jerarquías de género; y no se advierte tampoco el impacto diferenciado de las políticas implementadas.

Resulta ilustrativo en este punto el Plan Estratégico de Mar del Plata, cuya elaboración inició en el año 2001 y su tercer etapa fue diseñada y anunciada con bombos y platillos por Usted Sr. Intendente, para el período 2013/2030; en el mismo se establecieron los objetivos prioritarios del gobierno municipal, contemplando las áreas de innovación y empleo, inclusión social, equilibrio urbano ambiental y transformación municipal; en todas ellas las relaciones de género permanecen invisibilizadas en el diagnóstico y ello se traduce en los programas y objetivos del mismo. Debo decirle que su planificación de la ciudad hasta el año 2030 invisibiliza a las mujeres, vaya paradoja de un plan estratégico que se anuncia como inclusivo, dejar afuera al 52% de la población.

Por darle un ejemplo, usted planifica en relación al empleo y trabajo, y pierde de vista la realidad específica de las mujeres, que según datos oficiales del Ministerio de Trabajo de la Nación, tienen una brecha salarial del 25% respecto de los varones en los trabajos privados registrados.

Lamentablemente todo eso no se considera – muchas veces por ignorancia de quienes deciden los destinos de la ciudad y otras veces porque no les importa, y creo que en Usted convergen ambos factores- y los asuntos de mujeres son recluidos en la Dirección Municipal de la Mujer, bajo la órbita del Ministerio Social; como si de los problemas de las mujeres debemos encargarnos solo las mujeres.

Lo cierto es que, a problemas estructurales no se le da respuestas sólo desde una Dirección, que tiene la jerarquía más baja (gracias a su gestión). Ni tampoco con cambio de casilleros en el organigrama municipal, que como dije durante su gestión fueron varios, lo que da cuenta de la falta de convicción de qué hacer con la misma, que no sabe siquiera dónde poner el área en la estructura municipal.

Se implementan entonces políticas destinadas a revertir las inequidades sociales pero no a modificar las estructuras que generan las mismas. Y se trabaja solo los temas que aparecen como “políticamente correctos” y las responsables políticas del área se encargan de ser legitimantes de su figura, que (supuestamente) está “comprometido” con la violencia de género o la trata de personas.

Un área sin jerarquía, con escasos recursos humanos y presupuestarios, sin articulación con las otras áreas del Estado es un área destinada al fracaso. Y si aún se generan iniciativas desde allí es gracias al esfuerzo constante, permanente y sobrehumano muchas veces de las mujeres que trabajan allí hace años, en soledad. Que tienen que sufrir todas las trabas de un Estado que no se ha transformado para recibirlas, de funcionarias que han sido designadas allí por amiguismo político y no por trayectoria o capacidad.

Estas trabajadoras y profesionales del área  tienen que sufrir todos los condicionantes de la baja jerarquía, de la poca estructura, de un Intendente que no le da relevancia al tema; Usted podrá decir lo contrario, pero los hechos y en este caso los números hablan por sí solos. Un presupuesto irrisorio destina Sr. Intendente al área, para el 2014 fue de $6.703.243, de los cuales el 85.7% estuvo destinado a sueldos del personal permanente y transitorio; de esa partida, sólo $331.317 estuvieron destinados a bienes de consumo. El presupuesto del área representa un 0.22% del presupuesto total del municipio. Usted destina para el 52% de la población el 0,22% de los recursos totales.


Pero en sus prioridades, no sólo que estamos en el último escalón, sino que todo está antes, incluso su propia campaña. Usted gasta más en la publicidad de “Gente Positiva” en las paradas de colectivos que en garantizar los derechos de las mujeres durante un año (por ejemplo gasto $345.500 en un mes -OC Nro. 63/2015-)
Cuando lea un diario, un portal de noticias o escuche en una radio que una joven fue golpeada en un boliche bailable, que una mujer fue encontrada muerta a manos de su ex pareja, o que una mujer más murió en nuestra ciudad por aborto clandestino, cuando vea que las mujeres en nuestros barrios deben cumplir triple jornada (laboral, en la casa y en actividades comunitarias), cuando vea que somos víctimas permanentes del acoso callejero, que nuestro temor no es sólo que nos roben sino que también nos violen; no piense “que injusta es la vida”, “cuanta maldad en los hombres”, pues ello implica no hacerse cargo de su obligación como Intendente de esta ciudad.

Piense que todo eso podría evitarse si se trabaja sobre las estructuras que generan la desigualdad y para ello hay que planificar una gestión que nos contemple. Entienda que cuando se habla de seguridad hay un gran porcentaje de conflictos relacionados a la violencia de género, que cuando se habla de pobreza debe atenderse el impacto diferenciado y su feminización, que cuando se habla de trabajo hay brechas salariales, que cuando se habla de desarrollo productivo debe contemplarse que las mujeres ingresamos en una situación de subordinación allí, pues producto de la estructura social vamos ocupando áreas de servicios, que cuando se habla de salud muchas no podemos acceder a estudios ginecológicos y aún damos a luz sin un control médico o sufrimos violencia obstétrica, que estamos enfrentando embarazos no deseados, y que no se implementa en la cuidad el Programa de Salud Sexual y muchas salitas no dan anticonceptivos gratuitos como están obligados a hacer.

Nuestra ciudad precisa la integración de la perspectiva de género mediante una estrategia gradual que permita abordar las causas que generan la desigualdad entre varones y mujeres en todas las fases de adopción de decisiones públicas. Hoy estamos muy lejos de aquello a lo que se comprometieron los estados en la Conferencia de Beijing en relación a la creación de mecanismos institucionales en la esfera más alta de gobierno posible.

Necesitamos contar con un ámbito jerarquizado, dotado de recursos humanos y presupuestarios, autónomo, con una fuerte articulación interministerial y mecanismos de coordinación, y con ámbitos de participación social.

Sin todo ello, los derechos de las mujeres en nuestra ciudad están condenados a ser letra muerta dejando en el olvido una gran historia de conquista ciudadana; o lo que es peor aún a ser vulnerados cotidianamente por un estado que reproduce las inequidades de género.

Dra. Victoria Vuoto
Abogada.
Secretaria General de Libres del Sur del Partido de General Pueyrredón.

 
PD: En el año 2012 presenté un proyecto de ordenanza que finalmente se aprobó y se adhirió a la Ley Nro. 26.485, de protección integral para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Desde allí, en los derechos ganamos mucho las marplatenses, pero en el plano fáctico no cambió nada, sólo que el Estado asumió más obligaciones y por ende ha sumado más incumplimientos en estos casi tres años, ¿Cuánto tiempo más tiene que transcurrir, cuantas mujeres más deben morir, ser lastimadas o lesionadas, denigradas, abusadas, violadas, subordinadas, vulneradas, insultadas para que asuma el rol que le corresponde, y el desafío que impone terminar con la violencia de género? Sólo deseo que ni un día más, ni una mujer más, nunca más; y espero que estas palabras no sean en vano.

 

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