[CABA] Velasco: No queremos vagones rosa sino educación sexual

No queremos vagones rosa sino educación sexual integral

La legisladora de la Ciudad de Buenos Aires Graciela Ocaña presentó un proyecto para evitar el acoso y el abuso de mujeres en el subte porteño creando vagones exclusivos en las horas pico los días hábiles. Los vagones estarían señalados de forma identificable, podrían utilizarlos a voluntad mujeres solas o con hijas/os menores de trece años y estaría prohibido a los mismos el ingreso de varones adolescentes y adultos. Estos vagones identificados con el color rosa ya se utilizan en ciudades como México, Tokio, Malasia, Santiago, Jakarta y Jerusalén.

Una amiga que vive en la ciudad capital de Indonesia me cuenta: “En Jakarta hay ómnibus (y vagones) rosa, sólo para mujeres, con el logo "these girls are smart" (estas chicas son astutas). Para ponerlo en contexto, la mutilación femenina suele ser común, las mujeres que no son vírgenes, no pueden integrar las fuerzas de seguridad (las someten a una prueba ginecológica) y, hace poco, querían impedirles graduarse... También, poco más de un año atrás, una mujer viuda fue azotada por adulterio en la isla de Aceh, luego de ser violada por varios hombres que decidieron hacer justicia, porque la viuda había decidido formar una nueva pareja, después de años de la muerte de su marido. La mayoría de las mujeres aceptan estas prácticas, como lo que debe ser”. Si tomamos el ejemplo de Malasia, podríamos decir que en algunos estados se prohíbe a las mujeres musulmanas pintarse los labios, calzar zapatos de taco, dejar descubiertos cabeza y cuello en la vía pública, hacer cola junto a los hombres en las tiendas.

Con la diputada nacional Victoria Donda y las organizaciones Acción Respeto y Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) presentamos en 2015 en el Congreso Nacional un proyecto de ley para la prevención y sanción del acoso sexual en espacios públicos. Con la intención de frenar el acoso callejero como una de las formas de violencia contra las mujeres, la norma prevé una pena económica a través de una multa que va entre los $100 y los $7000 que será recaudada con el Consejo Nacional de las Mujeres para llevar adelante la campaña de concientización y sensibilización.

Este organismo cuenta actualmente con sólo el 0,055% del presupuesto nacional, $4,50 por año por mujer, para combatir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres en todos los lugares donde se desarrollan sus relaciones interpersonales según plantea la ley 26485. Según una encuesta presentada por Mumalá en el mes de mayo, sobre 206 casos de mujeres consultadas en la Ciudad de Buenos Aires, un 29% dijo haber sido violentada físicamente con manoseos en la vía pública.

En esta oportunidad vamos a disentir con la legisladora Ocaña. Al igual que en otras ciudades del mundo, en la Ciudad de Buenos Aires las mujeres sufrimos distintas prácticas discriminatorias que limitan nuestros derechos y libertades. La semana pasada miles de mujeres y hombres nos movilizamos en las calles para decir #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos, basta de violencia machista. Llevar adelante el cambio cultural para dejar de naturalizar la violencia hacia las mujeres en todas sus formas y la desigualdad es una tarea que necesita decisión política y presupuesto para políticas públicas, pero también una orientación acertada. No podemos combatir la violencia contra las mujeres, el acoso y el abuso limitando nuestras libertades, retrocediendo en derechos.

En nuestra ciudad la solución al acoso que sufrimos las mujeres en el transporte público no puede estar en encerrar a las mujeres en vagones rosa, en formar ghettos para separar los sexos. ¿Comó deberíamos seguir? ¿Prohibiendo las minifaldas? ¿Planteando volver a las antiguas escuelas de señoritas? ¿Con secciones laborales para trabajadoras y ramas femeninas? ¿O tal vez debiéramos tener por referencia a países como Indonesia o Malasia donde se practica la mutilación femenina o el apedreo público?

En la Ciudad de Buenos Aires contamos hace diez años con una herramienta estratégica, la Ley Nacional 26150 de Educación Sexual Integral, y la Ley 2110 de la Ciudad. Entre los contenidos de las leyes para aplicar en todos los niveles educativos, desde los jardines de infantes hasta los institutos terciarios de formación docente está la prevención del acoso y el abuso. La prevención de la violencia en el noviazgo y de los embarazos adolescentes no deseados también está entre los temas a trabajar con niñas, niños y adolescentes. La educación es clave para construir cambio cultural en un sentido de progreso, hace diez años que esta ley está ausente en la mayoría de nuestras escuelas.

Laura González Velasco
Docente. Representante de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) en el Parlamento de Mujeres de la Legislatura porteña
Referente del Movimiento Libres del Sur en la Ciudad

[CABA] Polémica por los vagones rosas. Página 12 y Noticias Urbanas