[La Matanza] Repudian los dichos de Cordera
Gustavo Cordera y su repudiable declaración: "Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo".
Podemos quedarnos en la indignación y el asco, o podemos ver un poco más allá y encontrar provecho.
¿Y si rescatamos algo positivo de este aborrecible hecho? Como cuando se vive una experiencia desagradable y tratamos de reponernos capitalizándola como un aprendizaje.
En este sentido podemos encontrar valioso el masivo repudio que ocasionaron sus dichos. Se me ocurre pensar: ¿qué hubiera pasado hace varios años atrás? Tal vez hubieran quedado como algo anecdótico, o hubiese pasado inadvertido. Tal vez para algunos hubiese sido incluso “gracioso” o “picaresco”.
Pero hoy NO. Hoy estallaron las redes sociales en absoluto repudio e indignación.
El accionar constante y laborioso del feminismo genera por estos días otra conciencia sobre la perspectiva de género dentro de la sociedad. Una conciencia lo suficientemente profunda y reflexiva como para que semejantes dichos perversos y extremadamente violentos no pasen desapercibidos, queden expuesto y se enfrenten al juicio social y a la denuncia legal. También la labor del feminismo ha obligado al Estado a tomar parte exigiéndole hacer de la violencia de género una cuestión pública y de su entera responsabilidad impidiéndole “hacerse el distraido” frente a episodios come este.
Por otro lado, que este pervertido sea un personaje público, permitió evidenciar el pensamiento de muchos como él. Poner el tema sobre la mesa y entrarle a la discusión siempre es bienvenido. Nada beneficia más a la violencia contra las mujeres que silenciarla e invisibilizarla.
Pero lo más valioso que podemos recuperar de todo esto es que el denunciante fue un HOMBRE. Jonatan Dalinger no pudo con su indignación y publicó en su face lo dicho por Cordera.
Jonatan no fue atacado directamente por la violencia manifestada por esas declaraciones. Pero no hizo falta. Porque no hace falta ser la víctima para comprender el dolor que siente, porque no es necesario ser negro para repudiar el racismo, porque puedo no ser pobre y conmoverme del que lo es. Y porque en un orden sociocultural basado en la desigualdad y la violencia, o se es cómplice, o se es denunciante. Y Jony salió de su rol confortable de macho, renunció a su condición de preeminencia sobre las mujeres, se incomodó dentro de su papel de “hombre” y saltó por todas y todos.
Sobrados ejemplos recogemos últimamente de varones que se indignan hasta la médula cada vez que se hace público un episodio de violencia de género.
Esa nueva masculinidad que surge de la necesidad profunda de alcanzar la equidad, de librarse de los mandatos culturales del orden patriarcal (que actúan en detrimento de todas y todos), de acompañar la emancipación de las mujeres, de ir tras el ideal de un mundo justo y libre basado en la igualdad. Esa nueva masculinidad que quiere transitar un camino junto a una compañera libre, autónoma, pensante, capaz de amar porque se ama y se respeta, la masculinidad que lucha por el empoderamiendo de una humanidad sin privilegios, sin estructuras verticales. Ésa, debemos celebrarla con euforia.
Esos nuevos hombres hoy “saltan” de la bronca ante la violencia de género y actúan, denuncian, participan y son parte de la lucha de las mujeres. Están en las antípodas de los machistas enfermos cargados de odio capaces de decir, pensar y hacer como el infeliz que naturaliza la violencia y defiende la cultura de la violación.
Veamos el vaso medio lleno: por muchos más Jonatan. Por ningún Cordera.
Mumala - La Matanza