¿Principio del fin del proyecto macrista? Editorial de Humberto Tumini.

Por Humberto Tumini / Nacional mayo 16, 2018 14:26

¿Principio del fin del proyecto macrista? Editorial de Humberto Tumini.

16 de Mayo del 2018

EDITORIAL

Crisis del dólar y FMI

¿PRINCIPIO DEL FIN DEL PROYECTO MACRISTA?

El mercado (eufemismo usado para no llamar por su nombre en estos pagos a los grandes bancos, empresas y fondos de inversión, por lo general extranjeros) le movió finalmente fuerte la alfombra económica a Macri, su aliado y amigo. Le comunicaron de esta despiadada manera, como alguna vez hicieron con Carlos Menem a principios de 1990 por las privatizaciones, que el “gradualismo” no iba, que debía llevar adelante el ajuste como corresponde y en toda la línea.

No es que el actual presidente discrepe en su esencia con esta estrategia, de traslado violento de recursos desde la mayoría de la sociedad a los sectores mas concentrados. Nada de eso, siempre ha sido un liberal de pura cepa. Pero sucede que, democracia mediante, llegó a la Rosada por medio de los votos, y si quiere seguir en ella otro período los tiene que mantener e incrementar un poco. De allí su planteo económico “gradual” -para implementar el mismo modelo- que acaba de ser rechazado por los que, en definitiva, son sus mandantes.

La pregunta que cabe ahora es: ¿tendrá Macri la suficiente espalda política para aplicar el acuerdo que le exige el Fondo, u obligado a llevarlo adelante sí o sí el proyecto político de Cambiemos va camino al fracaso?
Este proyecto macrista nació después del 2001, como una inteligente apuesta de la derecha argentina para aprovechar el derrumbe del bipartidismo tradicional y de la credibilidad ciudadana en los partidos y dirigentes políticos preexistentes. Se fue desarrollando y consolidando durante los ocho años que gobernaron el distrito mas rico y autosuficiente del país, la Ciudad de Buenos Aires. Hasta que, gracias al rechazo de una porción mayoritaria de la sociedad al kirchnerismo, que golpeó también al PJ, logró llegar al gobierno nacional. Algo que no sucedía desde principios del siglo veinte, eso de que los ricos con su propio partido -el PRO en este caso- llegaran por medio de los votos. Casi una hazaña de quienes siempre habían tenido que mimetizarse para ejercer el gobierno tras de uniformes verdes o de presidentes de otras fuerzas.

Sin embargo tienen dos grandes falencias para poder llevar adelante su proyecto, como siempre muy agresivo hacia las mayorías populares: no cuentan con la capacidad de imponerlo por la represión, como las dictaduras de las que formaron parte; ni tampoco la posibilidad de tener la contención social que tuvo el menemismo, donde también estuvieron, con el control del peronismo. Las dos otras experiencias de gobierno en las que participó esta derecha nuestra desde 1955 hasta ahora, fracasaron justamente por adolecer de esos dos instrumentos -la represión y la contención social- plenamente a mano: Frondizi y De la Rúa.

Durante su primer año de gobierno Macri tomó medidas fuertes como la abrupta salida del cepo y el acuerdo con los buitres, combinado con un importante ajuste fiscal. Tuvimos un 40% de inflación, una baja del 2% en el PBI con aumento de la desocupación al 9% y un raudo crecimiento del endeudamiento externo. Sin embargo lo pudo hacer con una sociedad donde todavía predominaban las expectativas futuras y la creencia de que dichas medidas eran necesarias por la “pesada herencia”. En el 2017 aflojaron con el ajuste para buscar el triunfo en las elecciones de medio término, algo que fue apoyado por el poder económico mundial y local. Así recuperaron en parte la economía -3%- frenaron los despidos y parcialmente la pérdida del valor de los salarios, bajaron a la mitad la inflación y metieron muchos créditos. Todo ello gracias a un nuevo y muy grande flujo de préstamos externos y a que les fue permitido que atrasaran el valor del dólar, pese al impacto por ello en la balanza de pagos externa que fue deficitaria en 30.000 millones de dólares.

Ganaron los comicios. Sus mandantes del círculo rojo les dijeron entonces que había llegado la hora de la verdad. Macri coincidió con ellos y fue por dos reformas: la previsional y la laboral, amén de incrementar el recorte en los gastos del Estado con despidos y frenando la obra pública después de octubre. La respuesta social la tuvo en diciembre en el Congreso cuando fue por la plata de los jubilados.

Allí se asustó, en especial por la baja de su imagen en las encuestas. Sacaron así las “metas de inflación” de Sturzenegger y anunciaron el “gradualismo” en la política económica. No estuvieron muy de acuerdo sus mandantes y pasó lo que pasó estos días.

El escenario entonces quedó así dibujado: inflación inevitablemente alta por la gran devaluación, acuerdo con el FMI a cambio de durísimo ajuste que frenará la economía, impacto de ambas cosas sobre la mayoría de la población. Todo ello con un presidente que ha perdido casi 20 puntos en las encuestas y una sociedad donde las expectativas a futuro, de que este gobierno solucionará los problemas, ha descendido a la mitad.

En ese contexto, es bueno preguntarse, acorde a la experiencia argentina de los últimos 60 años, si el proyecto de la “nueva” derecha macrista tiene aun viabilidad, como parecía tenerlo luego de las elecciones de octubre pasado que le abrieron el camino a la reelección. O si por el contrario ha comenzado su inexorable declive en dirección al 2019.

Parte de esa respuesta está en la capacidad que tengamos los sectores populares no solo de oponernos a las políticas que se vienen, dictadas por el FMI, sino también de vertebrar una propuesta de salida a la actual situación del país en favor de las mayorías, sin regreso al frustrado pasado reciente. Que ponga fin al nuevo y nefasto experimento de la derecha neoliberal que nos gobierna.

Humberto Tumini
Presidente de Libres del Sur


Por Humberto Tumini / Nacional mayo 16, 2018 14:26