"Uno de los objetivos fundamentales del Observatorio de Violencia contra la Mujer es mejorar el sistema de asistencia a las víctimas. Para ello tenemos que lograr una buena articulación entre todos los agentes que participamos de alguna forma en el antes, en el durante y en el después", dijo María Laura Postiglione, una de las directoras del Observatorio.
La violencia de género en el país y en Salta, que es lo que nos ocupa, no aminora a pesar de haberse declarado a nivel provincial la emergencia por violencia de género en septiembre de 2014. Esto significó cambiar algunas medidas y adoptar otras para facilitar a las víctimas el acceso a la Justicia, su protección y seguimiento. En el marco de esta emergencia se creó por ley, en diciembre de 2014, el Observatorio de Violencia contra la Mujer que se encuentra en la órbita del Ministerio de Derechos Humanos y Justicia de Salta, pero es un organismo autónomo y autárquico.
El observatorio está conformado por un directorio en el que se encuentran representados el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, la Universidad Nacional de Salta y las Organizaciones de Mujeres. Para conocer cómo se están desarrollando las actividades, El Tribuno conversó con Postiglione, directora que representa al Poder Judicial.
¿Cuáles son los objetivos fundamentales del Observatorio y qué actividades están concretando?
El Observatorio, que todavía está en proceso de organización administrativa porque es muy nuevo, está dividido en diferentes áreas: estadística e investigación, monitoreo de políticas públicas, relaciones institucionales y articulación, formación y capacitación y difusión y prensa.
Brindaremos capacitación a todas las instituciones que lo requieran, coordinaremos y articularemos. Por lo pronto, comenzaremos capacitando a personal de los ministerios, pero también vamos a salir a capacitar adonde se necesite y dónde nos convoquen. Además, organizaremos ciclos de seminarios en la Universidad Nacional de Salta a nivel de grado y de posgrado. También en los próximos días vamos a lanzar nuestra primera encuesta. Sin embargo, no solo vamos a trabajar con estadísticas propias sino también con los datos que nos brinden otros organismos, como por ejemplo las denuncias que van al Poder Judicial, la cantidad de causas que hay, entre otros y se sistematizarán para poder trabajar integralmente.
Sí, uno de los objetivos fundamentales del Observatorio es mejorar el sistema de asistencia a las víctimas de violencia. Para ello tenemos que lograr una buena articulación entre todos los que participamos de alguna forma en el antes, en el durante y en el después. Así vamos a ver qué sucede cuando una mujer hace una denuncia, qué tipo de respuesta se le da, cómo funciona el juzgado que interviene, la fiscalía, vamos a monitorear todo el circuito y también cuando la mujer no denuncia o decide levantarla por algún motivo. Ese dato es muy importante de recabar.
¿Son muchos los casos en que las mujeres levantan las denuncias?
Es muy frecuente que se dé esto de realizar la denuncia y luego levantarla. Esto es por cómo se da el ciclo de la violencia, que luego de un episodio hay una especie de reconciliación lo que hace muy común que suceda esto. Por eso es fundamental que los operadores que trabajan desde la policía o desde la fiscalía conozcan cómo funciona esto. De todos modos, ya hay algunas fiscalías en las que no se permite el levantamiento de las denuncias porque eso implica que la mujer sigue en riesgo.
Las capacitaciones en función de la ley de 7.888 de protección contra la violencia de género, en Salta que fue sancionada en septiembre de 2015 y que establece los principios, las garantías y el procedimiento de actuación judicial para la aplicación de la ley nacional 26.485 y la ley provincial 7.403 es muy importante para los funcionarios que abordan estos casos.
Tenemos que lograr que todos los que estén involucrados conozcan los procedimientos para que puedan intervenir, para colaborar correctamente.
¿Cómo se va a trabajar con las escuelas?
Ya hablamos con el Ministerio de Educación porque los docentes son unos de los primeros que tienen contacto con estos hechos, como también el personal de salud. Estos son agentes claves con los cuales hay que trabajar para que efectivamente mejore el sistema. La violencia entre los chicos en los colegios es grave. Por eso, ya en la primera reunión quedamos en hacer trabajos en conjunto con la gente de educación no solo abordando la prevención de la violencia entre los chicos sino erradicando todo tipo de violencia simbólica que haya en el sistema educativo, porque por un lado se habla de erradicar la violencia pero se sigue reproduciendo estereotipos de violencia de género al interior de las escuelas. Por ahí con un discurso más velado, pero después no nos podemos sorprender de que los chicos tengan estos estereotipos tan marcados.
Sí, eso se ve. Si no se erradican esos discursos estereotipados después se traducen en hechos de violencia en el noviazgo o en descontrol que se da en chicos de 13 y 14 años.
Esas son cosas y situaciones que hay que poder detectarlas y entenderlas para tratar de revertir esos patrones de conducta. Hay que entender y discutir con los chicos los mensajes que se dan en los medios de comunicación. En el aula se puede decir mucho sobre la violencia pero después prendemos el televisor y vemos un mensaje contrario. Por eso ese abordaje es fundamental para erradicar la violencia.
Se trata de educar a los chicos para revertir este tipo de conductas violentas y discriminatorias.
Sí. Yo creo que con este tema pase algo parecido a lo que ocurre con el cuidado del medio ambiente, los chicos se concientizan en la escuela y van a sus casas y marcan un cambio de conducta en la familia. Yo tengo la esperanza de que a los chicos se los pueda educar con otra cabeza, con otra mirada y entonces ellos también ayuden a marcar estas cosas en sus casas, erradicando estos patrones de violencia y discriminación. Si logramos introducir estas nuevas formas de vinculación creo que podremos avanzar hacia la reducción de la violencia.
Hay mucho por hacer todavía. Desde que se implementó la emergencia por violencia de género los crímenes no han disminuido.
Para nosotras esta es una gran preocupación y un gran compromiso que tenemos asumido y sabemos que acá hay que hacer un esfuerzo conjunto desde todos los sectores. Ojalá podamos lograr disminuir las cifras. Esto no va a ser fácil. Pero es importante reflexionar en conjunto con la comunidad. Días atrás fuimos a Chicoana donde ocurrió un femicidio con una chica de 22 años. Estuvimos allí reflexionando con la comunidad porque es un problema que afecta a toda la comunidad. En Chicoana vimos que no hay psicólogos y esas son cosas sobre las que el Estado tiene que dar respuestas. Es cierto que la presencia de un psicólogo o psicóloga no va a solucionar el grave problema, pero hay que complejizar la mirada para abordarlo desde diferentes lugares. Es muy importante reflexionar en la comunidad, en el barrio, para ver qué podemos hacer cada uno desde el rol que nos toca para erradicar la violencia.