Los comedores no se cierran

A pesar de los viejos vicios, los comedores no se cierran

Un gobierno que dice ser popular, no puede desconocer la realidad económico-social de nuestros barrios. Sin embargo, teñido de la mezquindad política que lo caracteriza en esta etapa, todo comienza a entenderse como un binomio siniestro cuyo principal enemigo terminan siendo los más humildes.

Intentar cerrar nuestros comedores solo demuestra la desconexión que esta gestión alimenta en la misantropía que lo invade su ambición política. Ambición desmedida que rompe todo contacto con la realidad de nuestros barrios.

Ante la movilización inminente de miles de compañeros y compañeras frente al ministerio de desarrollo social en reclamo de la elocuente medida, decidieron tomar una definición que, abogamos, sea perdurable en el tiempo, y mantengan la cordura. Esta tarde, funcionarios de dicha cartera se comprometieron a darle continuidad a la asistencia alimentaria.
 

Es lamentable que tengamos que llegar a una situación de movilización para que se dejen de lado las políticas clientelares que profesan, en detrimento de las necesidades urgentes de los más humildes.
Esta medida es una muestra más del trabajo clientelar que vienen instalando desde este ministerio. De querer sancionar a aquellas organizaciones que, a pesar de tener una gran aceptación popular y respaldada por un serio trabajo territorial, allá donde el estado habitualmente olvida sus intervenciones sociales, no comparten sus formas. Las formas de la vieja política del PJ y todos sus socios, que terminan damnificando a cientos de familias.
 

No nos vamos a resignar. Y vamos a estar alertas para que los comedores que asisten a todos aquellos que olvida el estado, no sean cerrados por dirigentes que creen que somos enemigos por pensar diferente. Vamos a estar alertas, porque las miles de familias que lamentablemente necesitan de un comedor comunitario a diario no deben ser rehenes de caprichos políticos.
 

Las necesidades no se negocian. La pobreza debe combatirse con medidas progresistas de fondo, y no un maquillaje que lo transforme en prácticas clientelares.

Daniel Menéndez
Coordinador Nacional Movimiento Barrios de Pié