La igualdad no se plebiscita, se reconoce

La igualdad de derechos no se plebiscita, se reconoce

Luego de la media sanción de la ley que reforma el Código Civil, ante la creciente aceptación de numerosos sectores sociales, culturales, políticos y de la sociedad civil al matrimonio igualitario, -que se explicita en las audiencia públicas que se están realizando en numerosas ciudades del país y de cara al 14 de julio, día donde se votará en el Senado-, los sectores más conservadores y reaccionarios que se oponen a esta iniciativa salieron muy fuertemente a exigir un plebiscito para dirimir el tema.

La decisión de redoblar la apuesta por parte de estos sectores, solicitando un plebiscito es la muestra cabal que el discurso y las posiciones de estos sectores, estan perdiendo fuerza en el seno de la sociedad, y eso quedo manifestado en la audiencia que se realizó días atrás en la UTN. 

A la falta de argumentos jurídicos sólidos, a la agresividad y los comentarios hostiles y discriminatorios, a la intolerancia frente a posibilidad de garantizar los derechos de todas y todos los habitantes de nuestro país, estos sectores se vieron desbordados por el acompañamiento de importantes y amplios sectores políticos, sociales, religiosos y referentes de la sociedad civil que plasmaron en la audiencia numerosos argumentos a favor del matrimonio igualitario. Y sin ir más lejos, a la semana de la audiencia pública realizada en la UTN, la Legislatura Provincial voto distintas resoluciones de apoyo y acompañamiento a la reforma del código civil. No puede votarse el respetar o no los derechos de las personas, no se plebiscita aquello que lesiona los derechos de millones de seres humanos que hoy no tienen respaldo jurídico a sus opciones personales, los derechos de las personas no se plebiscitan, los derechos se reconocen; y este reconocimiento de derechos es una obligación y una potestad del estado, especialmente a aquellas personas o grupos sociales que hasta el momento no son sujetos plenos de derechos y esta reforma lo que intenta es una equiparación de derechos civiles de las personas con distintas opciones sexuales con respecto de los heterosexuales.

Que pasaría si la sociedad no católica, exige un plebiscito para permitir que los curas se puedan casar o que todos los contribuyentes dejemos de sostener con nuestros impuestos a la iglesia católica o si la iglesia católica exige que excluya a las otras religiones, o como andan proponiendo algunos, un plebiscito para dejar impunes los crímenes de lesa humanidad cometidos en la última dictadura y dejen libres a los autores intelectuales y materiales que hoy están siendo juzgados.

La historia de nuestro país nos da sobradas muestras en ese sentido, largas luchas permitieron abolir la esclavitud, conquistar el derecho al sufragio universal, al voto femenino, a los derechos sociales, la recuperación de la democracia, entre otros muchos ejemplos. 

En cada oportunidad, se enfrentaron poderosos intereses que siempre desplegaron todas las herramientas para impedirlo, pero más tarde o más temprano, los derechos de las personas terminan obteniendo su reconocimiento y su respeto.

La sociedad hoy esta debatiendo sobre el matrimonio igualitario, esta discutiendo sobre derechos humanos, esta superando el silencio y el tabú, esta poniéndole un límite a la intolerancia y la discriminación, independientemente del resultado de la sesión del 14 de julio en el Senado, la sociedad argentina, a pesar de la oposición inquisidora y reaccionaria, en su conjunto avanzó muchos pasos hacia una sociedad mas democrática, participativa, madura y tolerante. 

Marcelo Salgado
Coordinador del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana ISEPCI Chaco

 

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