La censura censurable

Tumini sobre Longobardi-Alberto Fernández y otros casos de censura en los medios oficialistas

La censura censurable

Ayer por la noche hubo un lamentable hecho de censura al ex Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en momentos que este expresaba críticas a la actual administración de Cristina Kirchner en el programa de Marcelo Longobardi, de C5N. Como es sabido, este canal, propiedad de Daniel Hadad, es un vocero oficioso del gobierno nacional y, evidentemente, hubo allí -más allá de posteriores excusas pueriles de sus directivos- una orden de cortar el reportaje.

  Lejos está de ser éste el único caso de tan despreciable práctica de parte del oficialismo. Meses atrás el periodista Darío Aranda, que cubría el asesinato de Cristian Ferreyra en Santiago del Estero, fue censurado en dos de sus notas en el matutino Página/12, también vocero gubernamental, por incriminar en lo sucedido a un gobernador kirchnerista. Al ex director de la revista humorística Barcelona, Pablo Marchetti, se le canceló su programa en Radio Nacional por críticas que hizo a uno de los periodistas -Carlos Barragán- de 678. Ni qué hablar de los reiterados casos de censura en Télam, denunciados públicamente por la Comisión Interna de dicha agencia de noticias; el último de ellos también vinculado a la cobertura del crimen del campesino en Santiago del Estero. Y así sucesivamente.

Cuando se aprobó la Ley de Medios en el parlamento, el senador por Santa Cruz, Nicolás Fernández, que oficiaba por ese entonces de vocero de la presidenta en la cámara alta, dijo respecto de la nueva norma: "Esta es la ley con más consenso de la vida institucional del país. No hay un sólo artículo que regule contenidos y la libertad de expresión está garantizada. Estamos convencidos de que los medios deben ser vehículos de la realidad. Pero muy distinto es que sean constructores de la realidad de manera capciosa".  ¿Cómo se compadece esto con la conducta que, desde ese entonces, tiene el gobierno nacional?

Dijeron que no debía haber monopolios en los medios de comunicación, y vienen construyendo descaradamente uno con los medios estatales y con los privados que manejan, pauta mediante. Utilizan los medios públicos en exclusividad para propaganda oficialista, impiden toda presencia en ellos de dirigentes opositores de cualquier signo ideológico, y se dedican a desprestigiarlos sistemáticamente. Y, encima, utilizan la cesura abierta o encubiertamente.

¿Será esta la famosa "libertad de expresión para todos, para todos" que requirió la Presidenta en su momento, "el derecho a hablar de los otros" que también mencionó, o la aspiración a que "todas las voces puedan escucharse", que dijo buscaba su gobierno? No parece, una vez más, haber coherencia entre discurso y práctica.
 
HUMBERTO TUMINI
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR - FRENTE AMPLIO PROGRESISTA