En el sendero del 25 de Mayo
En el sendero del 25 de Mayo
Pasados los monumentales y masivos festejos del bicentenario, dejaron la grata sensación de un
pueblo que se volcó masivamente a las calles. Que tomó con fuerza la celeste y blanca como tantas
otras veces en nuestra historia. Es que sin dudas fueron momentos que sorprendieron a distintos
sectores: al gobierno que no se esperaba tan masiva participación, como a los multimediáticos medios
que no tuvieron otra opción que retransmitir los grandes recitales y actividades. A todo el arco
político que salió a hablar en tono concordante en homenaje a ese océano de pueblo que colmó las
calles, en Buenos Aires y también en el resto del país. Esto demuestra una gran necesidad de
apropiarse de las calles, de participar y ser parte de una propuesta cultural abierta. Debería
llamar a la reflexión a los funcionarios de Cultura de todos los órdenes sobre la importancia de los
espectáculos abiertos, de la necesidad de nuestro pueblo en ser protagonista y nutrirse de nuestras
mejores producciones artísticas durante todo el año, todos los años. No sólo cada vez que se cumplen
200 años.
Sacando cuentas
Esto derivó luego en cálculos electorales de los kirchneristas, y en elucubraciones acerca de cuanto
habían mejorado su imagen. Lo cual nos tiene que llevar a la reflexión sobre si estos festejos
fueron una constante en estos siete años de gobierno kirchnerista o una excepción. Desde el
kirchnerismo se justifican justamente en las medidas progresistas que han venido tomando y que
nosotros hemos acompañado, estatización de las AFJP, de Aerolíneas Argentinas, Ley de Medios,
Asignación por hijo, acciones concretas de Unidad Latinoamericana, avances en los juicios contra los
genocidas. Todas medidas que se han tomado en momentos de debilidad del kirchnerismo. Teniendo en
cuanta que a la par reabrieron el Canje de la Deuda, lanzaron la Reforma Política, vetaron la Ley de
Glaciares, abrieron el blanqueo de capitales, retomaron la conducción del PJ, como para poner
algunos ejemplos. Cuando mayor fortaleza tenían en gobiernos provinciales, en el parlamento en el
consenso en la sociedad, se dedicaron a moverse de la forma más conservadora acordando con el Grupo
Clarín, con la UIA, con la CGT, trabando en forma definitiva la personería a la CTA.
Quiénes ganan, para dónde distribuyen
¿Dónde queda la distribución que clama el gobierno cuando en el país del corralito, de la gran
crisis del 2001-2002, en plena crisis financiera internacional que pone en jaque a Europa y los que
eran sus milagros promisorios (España, Irlanda, Grecia, Portugal) los bancos ganaron entre todo el
año 2009 y el primer trimestre del 2010 la módica suma de 10.861 millones de pesos? Lo cual
significa el 52,82% de lo recaudado en el año 2009 con el impuesto al cheque. Impuesto que año tras
año vienen renovando (la última prorroga fue hasta diciembre de 2011) y se niegan a coparticipar
porque se desfinanciaría el estado nacional según los más avezados ministros. Lo que ganaron los
bancos (grupo cada vez más concentrado) equivale a un 3,56% de la recaudación total del año 2009 de
todo el estado nacional. Lo que ganaron los bancos en un año y un trimestre es lo mismo que ¾ partes
del presupuesto nacional 2010 de Desarrollo Social o más de 2/3 del presupuesto nac. 2010 de
Educación o casi el doble del presupuesto nacional 2010 de Salud ($5.665,3 millones) Esta es la
muestra de que en la economía esto tiene su correlato, ya que más allá de su fachada progresista, la
concentración económica fue parte de su núcleo programático. Basta citar unos párrafos de Daniel
Azpiazu y Martín Schorr en ese sentido: “La profundización de un perfil de especialización fabril y
de inserción internacional estructurado en torno a ventajas comparativas asociadas a los recursos
naturales y de algunas industrias maduras productoras de commodities, denota muchas más
continuidades que rupturas respecto al legado de los años noventa. Similares consideraciones podrían
hacerse extensivas a la problemática distributiva en el interior de la industria, aunque en parte se
vean menguadas al tomar como punto de referencia la brutal transferencia de recursos del trabajo al
capital en el crítico año 2002. La posterior recuperación de los salarios, y fundamentalmente del
empleo, les permitió a los trabajadores recuperar parte de sus ingresos agregados, sin que ello
implicara afectación alguna a la extraordinaria apropiación del excedente por parte de fracciones
más concentradas del capital industrial. Ello se ve reflejado en los más que considerables márgenes
de rentabilidad internalizados por las grandes firmas industriales que sólo en una proporción
minoritaria se canalizó hacia la formación de capital y, es más, para ello contó con el invalorable
aporte de recursos estatales por demás redundantes, altamente concentrados en unas pocas empresas de
gran envergadura que, a la vez, han tendido a profundizar un perfil de especialización de escasas
potencialidades, limitados efectos difusores y muy dependiente de las estrategias desplegadas por
las transnacionales que han pasado a ocupar un papel más que protagónico en el tejido
industrial.”(Azpiazu, Daniel y Schorr, Martín. Hecho en Argentina. Industria y Economía 1976-2007.
Siglo veintiuno editores. 2010)
El ejemplo del 25 de mayo
Fueron hombres y mujeres audaces quienes soñaron un nuevo destino para nuestra patria, voces de
autonomía que tenían dentro suyo la replica de millones de voces, de luchas de gritos de resistencia
de la América originaria contra el conquistador español. Si algo tiene en común nuestro continente
es la sucesión de luchas de los sectores populares por cambiar sus condiciones de vida, por
enfrentar el sojuzgamiento, por revertir la injusticia, por terminar con el colonialismo, con
desigualdades económicas, sociales, por lograr la ampliación de derechos. De eso se trata festejar
este bicentenario, de rescatar la osadía de quienes formaron el primer gobierno patrio, a fuerza de
audacia y ofensiva. En su ejemplo miles de otros se replican para atrás y adelante en la historia.
Se habrán preguntado Belgrano, Moreno y Castelli si Cisneros era lo menos peor que le había tocado
hasta ese momento, o dudaban de si tendrían las fuerzas suficientes para constituir un nuevo
gobierno. No pensaron en los límites ni Juana Azurduy, ni María Remedios del Valle, ni Macacha
Güemes. Pero eso no les detuvo ni a ellos, ellas ni a los cientos y cientos que estaban en la plaza.
Sin entrar en posibilismos la gesta del 25 de mayo es otra de las gestas en el camino a la
liberación de la Patria. En su ejemplo estamos en ese sendero. El que elegimos transitar, con
audacia, ofensiva y decisión.
Santiago Martínez
Director Revista Patria Grande
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