Disciplinamiento y construcción del “sentido común”. Por S. Martinez
Luego del triunfo electoral de Cambiemos en octubre pasado, vemos como se vienen sucediendo algunos hechos preocupantes.
A la relativa hegemonía de diversos medios de comunicación, programas de opinión y periodistas que adhieren al gobierno nacional, debemos sumarle el despido de voces discordantes como puede ser la de Victor Hugo Morales, o el cierre, o vaciamiento, de distintos medios. Más allá que uno coincida o no con cada una de esas voces o de medios o de opiniones es preocupante que justamente las voces que critican al gobierno nacional sean las que se callen.
Esto sumado a las agresiones a las y los periodistas que no adhieren a la ola amarilla. Lo vimos con las intervenciones del diputado electo Fernando Iglesias que agredió directamente a Maria O'Donnell, o el escritor y funcional vocero Ezequiel Andahazi que acuso a Reynaldo Sietecase y Verónica Castañares de sicarios por leer un mensaje reflexionando sobre el periodismo en este momento durante una entrega de premios Martin Fierro. Tambien con la caracterización como Corea del Centro con la que se pretende estigmatizar a Ernesto Tenembaum, Maria O'Donnell y demas periodistas que no se ajustan a la polarizacion de la grieta funcional para ambos sectores de la misma.
En consonancia con esto se dan los insultos de la diputada Elisa Carrió en plena sesión contra sus pares Federico Masso, Graciela Cousinet y Margarita Stolbizer, tratándolos de estúpidos por opinar diferente en un debate parlamentario.
A lo que hay que sumar el permanente acoso, y patoteadas (con insultos de todo tipo), que sufren en las redes sociales los dirigentes opositores, periodistas y toda/o aquel que opine distinto al actual relato en curso. Un verdadero conglomerado troll que no descansa y se dedica a simplificar y falsear la realidad en mayor parte.
Esto lo observamos crudamente con el caso Santiago Maldonado, cuando se denuncian las cuentas Off Shore de los ministros nacionales, o ya sea cuando se cuestiona el ajuste que se pretende implementar a jubiladas y jubilados.
Podríamos pensar que son simples casualidades, pero lejos de ello se complementa con las recientes represiones y clima de hostigamiento policial que hemos vivido en los últimos dos años, represiones que fueron desde lo docentes que intentaban poner una carpa en el Congreso hasta mujeres que luchaban por sus derechos un 8 de marzo, estudiantes que fueron intimidados en sus colegios secundarios, trabajadores como los de PepsiCo que fueron desalojados, o periodistas y manifestantes que pedian por Santiago Maldonado. Quien también murió luego de una represión ilegal de la Gendarmería en una protesta de las comunidades originarias.
Este fin de semana la represión de la Policía Federal se llevó la vida de Rafael Nahuel un joven de 22 años, en cercanías al lago Mascardi.
No es casual, son todas piezas de un mismo rompecabezas que intenta disciplinar a quienes se oponen, a quienes piensan distinto, a quienes cuestionan el endeudamiento, el ajuste, o la misma represión.
Debemos tenerlo en cuenta para multiplicar las voces, más allá del intento de homogeneización en curso del nuevo relato amarillo. Relato necesario para desarrollar la construcción del “sentido común”.
Un “sentido común” necesario para avanzar con las reformas neoliberales que están en curso para seguir transfiriendo ingresos a los grupos más concentrados. No es algo nuevo ya lo vivimos en otros momentos.
Multiplicar otras voces es necesario para contar lo que está ocurriendo, para que el silencio no tape ni las injusticias ni su oposición.
Hay que reflexionar sobre estos intentos de disciplinamiento y generar las herramientas de comunicación para sortear el cerco.
Si bien tienen muchos recursos para intentar generar ese “sentido común”, también tenemos desde los sectores populares mucha experiencia y memoria colectiva para que la oposición a estas medidas se escuche y se lea. La disputa en la comunicación no es menor en este momento.
Santiago Martínez
Secretario de Comunicación y Prensa Movimiento Libres del Sur.