El precio de no controlar la inflación

EL PRECIO DE NO CONTROLAR LA INFLACIÓN

"Mirar para cuidar", dicen los chalecos. Habría que felicitar al que diseño el slogan porque es una combinación de palabras que son pegadizas y no dicen absolutamente nada.

Desde el año 2011 nuestro Movimiento hace un relevamiento mensual de precios, llamado IBP (Índice Barrial de Precios). Esta herramienta nos permitió ir denunciando cómo la inflación se come nuestros salarios. Nos permitió ir advirtiendo como se viene profundizando la pobreza y empeorando la situación de los sectores más precarizados.

Al no poder negar la inflación, el gobierno nacional intentó dos maneras de querer ocultarnos esta realidad. En un primer momento utilizó un órgano estatal, hasta hace unos años respetado, para respaldar cifras que hoy están muy alejadas de la realidad; y lo único que consiguió fue no solo destruir nuestra economía, sino también destruir la credibilidad del INDEC. La ecuación es sencilla: si el ingreso salarial es el mismo todos los meses y lo que cambia es la cantidad de productos que podemos comprar con ese ingreso, no necesitamos ser economistas para ver que la inflación viene carcomiendo nuestra economía familiar, solo necesitamos ir a la despensa del barrio para comprobarlo. Disculpen, pero tergiversar la verdad no es una forma de cuidar, sino una forma retorcida y bonita de mentir para no hacer nada.

Como el INDEC ya está totalmente desacreditado, ahora nos dicen que el congelamiento de precios es una medida para frenar la inflación. Empezó allá por marzo, pero en aquella ocasión no publicaron la lista de referencia, lo que no permitía corroborarla. Ahora volvieron con el "Mirar para cuidar" desde el 01 de junio. Y en esta segunda etapa sí publican una lista que contiene 500 artículos que no deben aumentar su precio.

"Miremos" un poquito:

  1. Los precios congelados están en determinadas cadenas de supermercados (principalmente de las más grandes). Estas son: Carrefour; Jumbo, Disco, Vea; Walmart; Coto; La Anónima; Libertad; y Cooperativa Obrera. En general esas cadenas se encuentran instaladas en los sectores medios - medios altos de la población. ¿O acaso alguien vio un WalMart en Villa Libertador? ¿Y un Coto en Chingolo? ¿o un Libertad en Mi hogar III?
     
  2. Cada una de estas cadenas tiene una lista diferente de precios congelados, es decir no encontramos los mismos productos en todos los supermercados (y hay que tener la suerte que la cadena cuelgue la lista de los productos para corroborar)
     
  3. En muchos casos hay productos que NO están en la lista que son más baratos que los que si están en la lista
     
  4. Hay productos que figuran en la lista de acuerdo pero que no están en la góndola.
     
  5. Y la nota de color es que hay productos que son de primera necesidad (como el pan en tira) que no están en el acuerdo y productos que son totalmente irrelevantes para el conjunto familiar (tintura para el pelo, cremas antiarrugas, papas fritas) que tienen varios lugares en la lista. O por ejemplo la leche tiene 2 precios congelados (una fluida y una en polvo) mientras el vino tiento 7 variedades de precio congelado.

A nosotros nos gustaría saber en base a qué datos o necesidades de la población se elaboró esa lista, y según qué pauta socio económica y demográfica se seleccionaron esos supermercados; sino es difícil comprender por qué el pan, en su presentación más popular, no está en el acuerdo, siendo que en el INDEC encabeza el listado de los productos de relevamiento de la canasta básica. El listado de los 500 productos pone el énfasis en artículos que sacian el apetito pero no nutren. Hay demasiada variedad de galletas y fideos que son alimentos de baja calidad; y poca de leche, carnes y verduras que son los verdaderos alimentos.

Para nosotros no es más que un gran acuerdo del gobierno que favorece a los mismos grupos económicos de siempre, a las empresas mas grandes de alimentos. Este control se parece más a una publicidad oficial que a una medida popular efectiva.

No somos economistas pero si sostenemos nuestros hogares todos los días, buscando que los alimentos sean los más nutritivos posibles, más económicos y más rendidores.  Hace tiempo que las carnes, las verduras y las frutas escasean en nuestra alimentación, y eso en el tiempo se refleja en el deterioro de nuestra salud y la de nuestras familias.  Los gastos para la escuela, para atender enfermedades o para vestirse, afectan directamente nuestra capacidad de consumo, y por ende nuestra calidad alimentaria. La posibilidad de ahorro para reparar el deterioro de la vivienda o ampliarla en el caso de la extensión de la familia, es demasiada lejana como para intentar resolver el hacinamiento en el corto plazo.

Por esto es que no podemos creer en el "Mirar para cuidar", porque no somos ciegos, y somos los primeros defensores de nuestros bolsillos; porque seguimos viendo que se cuidan los intereses de una clase económica que no es precisamente la de los más desprotegidos; porque seguimos viendo como nuestros comedores y copas de leche se llenan cada vez más para alimentarse, mientras este gobierno se llena cada vez más los bolsillos.

Seguimos controlando de cerca los precios, los que nosotros podemos comprar en nuestro barrio. Es la manera más efectiva para que el gobierno alguna vez abra los ojos y sean ellos quienes vean y nos cuiden.


Movimiento Barrios de Pie-Córdoba

Construyendo Poder Popular 

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