Variadas críticas a la presidenta

La presidenta dijo que toda la deuda externa es legítima y recibió críticas hasta de sus aliados

 

El Gobierno quiere pagar sin mirar atrás

Afirmó que el gobierno de Raúl Alfonsín debería haberse ocupado de analizar a quién y para qué se pidió prestado. “Es imposible ahora, aunque lo contrario suene lindo”, dijo la Presidenta. Todas las agrupaciones de izquierda la criticaron al unísono.

14.01.2010 - Diario Crítica

Aquella idea de que a la izquierda de los Kirchner “está la pared”, que repiten a coro dirigentes como Carlos Kunkel o Luis D’Elía, quedó enterrada ayer con la catarata de críticas que sumó Cristina Kirchner por afirmar que “no hay manera de hablar de deuda ilegítima”. Al cruce de la Presidenta –quien descartó investigar el origen de la deuda en un acto al mediodía en la Casa Rosada– salieron dirigentes de izquierda, centroizquierda, radicales y peronistas. También varios antiguos aliados el kirchnerismo y algunos diputados que suelen votar con la bancada oficialista en el Congreso.

 

“He escuchado a algunos hablar de deuda legítima o ilegítima. El momento de analizar si la deuda dejada por la dictadura era legítima o ilegítima era durante el primer momento democrático. Una vez que el primer gobierno democrático y los posteriores reconocieron la deuda no hay manera de hablar de deuda ilegítima, por más que suene lindo y algunos lo agiten como un eslogan electoral”, dijo Cristina.

 

Lo del eslogan electoral fue para el cineasta Pino Solanas, quien viene reclamando las auditorías sobre el origen de la deuda desde que estalló el escándalo por el pago con reservas, la semana pasada. Rápido de reflejos, el jefe del bloque de diputados de Proyecto Sur le respondió que “está pasando por alto un fallo de la Justicia Federal que dictamina el fraude de la deuda, en una causa que llevó 18 años de investigación con decenas de especialistas jurídicos y financieros”.

 

El fallo en cuestión es el de la causa Olmos, donde el juez Jorge Ballestero dictaminó en el año 2000 que la deuda había sido agigantada por la última dictadura militar como un mecanismo para someter al país incluso cuando volviera la democracia.

 

El ministro de Economía, Amado Boudou, ya había descartado una auditoría de ese tipo el martes. Ante una consulta sobre el tema que hizo Crítica de la Argentina, se limitó a opinar que el Gobierno “tiene que administrar seriamente la política económica”. Como los ministros de la década del 90, así desestimó por “poco seria” cualquier iniciativa en ese sentido. Distinto había opinado el viceministro Roberto Feletti, quien admitió que los pasivos con el Club de París, por ejemplo, se habían generado mayoritariamente durante los años de plomo.

 

Humberto Tumini, dirigente de la agrupación Libres del Sur, que rompió con el kirchnerismo antes de las elecciones del año pasado, le advirtió a Cristina que “nunca es tarde” para determinar si la deuda pública es “legítima o ilegítima” e instó a “no pagar lo que no corresponda”.

“Nunca es tarde para investigar ese enorme fraude que ha significado la ilegítima deuda externa para los argentinos”, enfatizó Tumini, quien lamentó que “tuvimos que pagar con sangre, sudor y lágrimas, miles y miles de millones de dólares a la banca internacional por ella”.

 

Ricardo Alfonsín también fustigó a la mandataria, por entender que había criticado a su padre, el primer presidente democrático que según la tesis de Cristina habría desaprovechado la oportunidad para establecer qué parte había que pagar y cuál no. El diputado radical opinó que “si la Presidenta quiere cuestionar o dar legitimidad a la deuda que lo haga, pero que no dé excusas”. Y le pidió que “no falsee la historia”.

 

La izquierda tampoco estuvo ausente en el debate. El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) se movilizó al Congreso bajo el lema “ni gobierno ni oposición patronal”, para reclamar que no se pague la deuda. Y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), expresó que “la deuda es doblemente ilegítima”, porque “la empezó l a dictadura, y los gobiernos posteriores la pagaron a costa del pueblo y sin jamás consultarlo”. 

 

Olmos, un luchador incansable

 

La causa Olmos, en la que el juez Jorge Ballestero determinó que la deuda pública había sido generada como un mecanismo para someter al país a designios extranjeros en su política económica, fue impulsada por el periodista Alejandro Olmos, quien murió poco antes de que se emitiera el fallo, en el año 2000. Su trámite duró 18 años y comenzó con la vuelta de la democracia, pero no tuvo efectos prácticos por la ingeniería financiera y legal que se montó en cada renegociación de los pasivos. El hijo de Olmos, quien continuó sus investigaciones, fue el consultor estrella de la reciente auditoría que realizó Rafael Correa en Ecuador, que permitió repudiar parte de la deuda tomada por los militares. Pero en Argentina, Olmos no logró mucho eco.
 

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