A raiz del “Boom Lavezzi”

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El “Boom Lavezzi” y la negación patriarcal del derecho al placer femenino

¿Por qué las mujeres solo tenemos que estar ligadas al romanticismo dejando de lado el deseo sexual y el placer que nos genera el otro? ¿Por qué se ha creado en el inconsciente colectivo de la sociedad que la mujer es romántica y sólo a través del amor puede desear a otra persona, mientras que el hombre es quien puede despojarse de cualquier límite con lo sexual, y expresarlo libremente? Con el mundial de fútbol, y a través de la figura del Pocho Lavezzi, cuyo torso desnudo causa revuelo en las mujeres de nuestro país, la mujer ha intentado cortar esa soga que la amarra a la figura de romántica, sumisa, y puritana, para dejar ver su lado sexual, y dejar de ser pasiva en el sexo, que solo satisface el deseo del otro.

El falso discurso sexista que nos pone la etiqueta de “cosificadoras” y se burla de nosotras, encuentra su sustento en una fuerte opresión respecto a nuestros placeres, fundado en que según los mandatos patriarcales nuestro único objetivo en la vida es la reproducción.
Lo masculino siempre ligado al placer, lo femenino siempre ligado a la reproducción. Para el género masculino el modelo “pornográfico” y para el género femenino el modelo romántico. Se muestra al hombre como un ser insensible, casi animal, impulsivo, donde las medidas, la brutalidad y la duración marcan el “deber ser” de la relación sexual. Mientras que la mujer es mostrada en “la novelita romántica” como sexualmente pasiva, sin deseo propio, debiendo satisfacer el ajeno.
El derecho a la salud sexual integral implica el reconocimiento del deseo, del placer de las mujeres, implica el reconocimiento a la libertad y equidad sexual. El ejercicio de la sexualidad, es un derecho inherente a la condición humana porque es parte integral de nuestros deseos y de nuestro bienestar.

Seremos pecadoras, brujas, feministas, malas madres y asesinas, locas, histéricas, pero expresamos nuestro derecho humano al deseo sexual libremente, públicamente y sin ataduras.
Despojémonos de los tabúes de la sociedad, y seamos como tengamos ganas de ser!

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