[Tres de Febrero] Paritaria nacional docente o seminario intensivo de chistes de mal gusto...
En un contexto donde entre devaluación e inflación el poder adquisitivo de los asalariados ha caído significativamente, las paritarias con techo o con techo virtual, son en sí mismas una falta de respeto.
Si tenemos en cuenta además que en muchas jurisdicciones la deuda que los diferentes niveles del estado mantienen con los docentes datan de varios meses, el panorama se complica.
Si le agregamos a la ecuación el hecho de que la paritaria nacional, por ley establece el piso del que no pueden bajar las negociaciones provinciales, y contrastamos esto con el anuncio del ministro Esteban Bullrich sobre la suspensión de la firma del acuerdo alcanzado con los representantes gremiales, el resultado es un clásico chiste de mal gusto.
Pero lo más grave es que el presidente Mauricio Macri ya había anticipado lo que luego, con sus declaraciones sobre el salario mínimo que cobrarían los docentes, desmintiera el ministro de educación: hace tiempo que Macri nos avisó que la paritaria no podría estar por encima del 25%. Eso, acá, en la china y en cualquier otro rincón de la tierra, es ponerle techo a la discusión salarial.
Ponerle techo a la discusión salarial, posponerla en el ámbito nacional hasta que finalicen las paritarias provinciales, hacer declaraciones incoherentes sobre los motivos de semejante desprolijidad, pretender que las clases empiecen, duren 180 días y terminen sin conflicto en el marco de sueldos magros, infraestructura en pésimas condiciones, formación insuficiente, falta de recursos humanos y materiales, con pibes que se duermen en clases porque no comen y con trabajadores que muchas veces tampoco lo hacen porque para llegar a fin de mes deben trabajar tres turnos y no tienen tiempo ni de respirar, y un largo, muy largo etcétera que no alcanza ni para empezar a describir la precariedad de la educación en nuestro país, es, claramente, el programa de un seminario sobre chistes de mal gusto, nivel avanzado. De otra forma no se explica semejante "cambio".
Natalia Ranzuglia