Los sectores de poder contra Francisco ¿La izquierda también? Por D. Menendez
Los sectores de poder contra Francisco ¿La izquierda también?
Por: Daniel Menéndez
DEBATE con La Izquierda Diario
Días atrás el diario Página 12 me realizó una entrevista en la que señalo que el papa Francisco insta a los pobres a organizarse, y que eso molesta a los sectores de poder. La Izquierda Diario criticó esta visión afirmando que “Reivindicar valores “anti-sistema” en la figura de Francisco está bastante lejos de la realidad”. También sostienen que “El jefe de la Iglesia Católica, con otro discurso, lleva adelante la misma práctica de conservar el orden existente que viene teniendo lugar hace 2.000 años”.
Desde nuestro punto de vista, decir que la Iglesia hizo lo mismo durante dos mil años, sin señalar las complejidades al interior de la institución, es por lo pronto un tanto superficial, dado las diferentes etapas que ha atravesado, con un sinfín de contradicciones y posiciones ambiguas, inherentes a una institución milenaria que ha reflejado tensiones entre la jerarquía institucional y sus bases practicantes. Entendemos que no se trata de un simple cambio de discurso el hecho de que la Iglesia retome como mensaje central la opción por los pobres y adopte un mensaje sobre los excluidos.
En la actualidad el papa Francisco le hace una crítica al capitalismo transnacional, a la adoración al dios dinero, a las consecuencias de la cultura del descarte y a no considerar el trabajo como una mercancía. Además ve a los excluidos no como meros sujetos receptores de caridad y dádivas, sino como sujetos de transformación de este orden social que genera exclusión. Esos enunciados son congruentes con nuestras prácticas cotidianas ¿cómo no estar esperanzados en que muchos sectores de la iglesia comprendan los serios y dramáticos problemas actuales de nuestro país y les brinde atención y apoyo?
Para nosotros la pobreza no es una virtud, sino que es un drama. Como problema estructural requiere respuestas multidimensionales que acompañen y potencien los procesos socio -culturales que ese sector ha sabido forjar como reflejo a un pasado agresivo que deja marcas en sus cuerpos y una perspectiva futura casi siempre efímera. Claro, esa organización colectiva lejos está de tener respuestas en una vasta biblioteca que los comprende como fenómeno pero no siempre interpreta sus necesidades, elemento sustancial para construir una salida al flagelo de la pobreza.
A muchos sectores de derecha les molesta el discurso antiliberal que enuncia francisco, al gobierno de Macri que a través de sus obispos le marque los costos sociales.
Aquellos que a diario damos lucha en el barrio conocemos con cierta precisión los problemas que allí suceden y la lamentable evolución de los mismos a lo largo de los años: marginalidad, violencia familiar, narcotráfico, trata, crecimiento de problemas ambientales.
Donde el Estado ha dejado signos de ausencia casi permanente, compartimos con distintas instituciones religiosas la lucha por poner esos problemas en la agenda social y darle solución a los mismos. Posiblemente nos diferencie de la izquierda tradicional los métodos y el carácter de dicha solución. Lo que para algunos es solo un fenómeno a otros les cuesta la vida. Allí es donde tenemos que achicar distancias.
Leemos con mucho interés todo lo que dice Francisco, sus pronunciamientos sobre la crisis económica y sobre la deuda externa. Tenemos puntos comunes en la cuestión de la justicia social y preocupaciones similares sobre la crisis económica internacional. Miramos con atención sus reflexiones, principalmente sobre los países de América Latina. Es una mirada constructiva y solidaria en torno a estos problemas que sufren nuestros pueblos.
Creemos necesario un acercamiento con sectores de la Iglesia pero también con pastores evangélicos, en definitiva actores sociales que tienen voluntad de transformación, al igual que otras organizaciones. Dada las características de la etapa es necesario priorizar coincidencias, no creemos que haya espacio para nuevas divergencias.
Son muchos los territorios en donde las organizaciones sociales encuentran como aliados a los curas párrocos o a los pastores evangélicos. Semanas atrás estuve en la villa IAPI de Quilmes donde ambas iglesias realizan una enorme tarea en la contención de los pibes para que no sean víctimas de los narcos. La realidad de los barrios más postergados, villas y asentamientos presenta un cuadro complejo: hambre, miseria y narcotráfico. Quien conozca esta realidad de cerca o la atraviese, sabe que no hay margen para restar actores por diferencias menores sino por el contrario, hay que sumar voluntades y generar adhesión en otros sectores sociales.
El propio derrotero histórico social de los barrios nos muestra que hay un elemento que debe ser tenidos en cuenta, ya que hace a la cultura e identidad de los barrios más postergados: la fe. Por eso entendemos que una posición religiosa que vaya al reencuentro con lo mejor de la historia del cristianismo es contradictoria con los intereses y planes que tienen muchos sectores de poder para nuestro país. Desde los teólogos de la liberación, que han sido abanderados de ese acercamiento de la Iglesia a los pobres, hasta la tarea que realizan los curas villeros, hay un camino de coherencia con el cual tenemos coincidencias.
De hecho, si son los sectores de la derecha los que cuestionan este discurso, es porque sin lugar a dudas Francisco abre un debate que aporta en la construcción de un imaginario social que ubica a los humildes como actor transformador.
No observar las contradicciones y complejidades hace que sectores de izquierda terminen criticando al Papa de la misma forma que lo hace la derecha y allí es imposible que no sobrevuelen los fantasmas de la cúpula eclesiástica que tuvo un rol preponderante en la Revolución Libertadora de 1955 con participación de un sector de la izquierda de nuestro país o que el papa Juan Pablo II fue un activo participe de la caída del Muro de Berlín algo que muchos sectores de la izquierda argentina vitorearon.
Si todo fuera tan lineal como los compañeros plantean no se entendería como en plena guerra fría, Juan XXIII medió para atemperar los ánimos y evitó así un conflicto militar que pudo devenir en una guerra devastadora. A partir de esa dramática experiencia, el Papa redacta luego la encíclica “Pacem in Terris” sobre la paz mundial. Años después se da la participación política de católicos en partidos de izquierda y movimientos sociales en América Latina, y el auge de la teología de la liberación. Incluso Fidel Castro dijo alguna vez que el cristianismo tenía 10 mil veces más coincidencias con el comunismo que con el capitalismo.
Intentando comprender la historia en pos de transformar el presente que arroja a más de 13 millones de compatriotas bajo la línea de la pobreza, caminaremos juntos a aquellos sectores sociales, religiosos y políticos que busquen una alternativa.
Desde esas premisas entendemos que francisco juega un rol fundamental en la crítica al sistema actual, en el aliento a nuevas formas de organización y en la construcción con esperanza de modelos de sociedad que incluyan a los excluidos.
Por eso no podemos ser neutrales ni indiferentes, y creemos que los movimientos sociales deben acompañar cualquier avance dentro de las instituciones religiosas que mejoren las condiciones de vida de los que menos tienen.
Saludos fraternales.
Publicado en: http://tercercordon.com.ar/los-sectores-de-poder-contra-francisco/