'Las juanas' somos todas
Nota semanario Prensa Libre
'Las juanas' somos todas, si maltratan a una nos maltratan a todas
Juana Azurduy es un colectivo de mujeres que produce, organiza y lleva a la práctica diferentes estrategias para encontrar soluciones a las diferentes problemáticas de género, a través de reuniones y talleres. Maltrato en el hogar y laboral, falta de educación sexual, asistencia inadecuada en las oficinas públicas, leyes de género que no se cumplen. La lista es larga. Prensa Libre juntó a nueve mujeres del movimiento, la mayoría habló y opinó sobre los problemas de género, otras asintieron en silencio.
Entre ellas, para abreviar se llaman “Las juanas”. Hay jovencitas, mamás, abuelas, son las mujeres que participan en el programa Juana Azurduy, un colectivo femenino que mediante charlas, talleres y otras estrategias abordan los problemas de género para hallarles solución concreta.
Laura vive en el barrio, El Garrote, en el límite entre Tigre y San Fernando cerca del Canal. Forma parte del grupo desde hace cuatro o cinco años. Maltrato en la familia, en el trabajo y en el noviazgo, y falta de educación sexual adecuada, enumera entre las cuestiones que sufrió y pudo observar que otras sufren en su barrio.
“Las mujeres somos vergonzosas y preferimos callar ciertas cosas” revela y relata queva a la psicóloga para recomponer su autoestima después de soportar años de violencia doméstica. Uno de sus logros es que le hizo ver a su propio hijo que repetía lo del padre y ejercía violencia contra su propia pareja.
Irma vive en el barrio Esperanza, de Benavídez, en Tigre. Tiene una hija adolescente embarazada, pero el novio no se hizo cargo de la situación, es más, le pidió a la joven la interrupción del embarazo a lo que esta no accedió y terminó abandonada. Teresa, otra vecina,sostiene: “los dos tienenque ser responsables no solo la mujer”.
Liliana Aguirre es la coordinadora del programa en toda la región. “Cuando maltratan a una nos maltratan a todas” grafica y relata: “Si les preguntás a las mujeres ¿qué hacés? te contestan: -Nada: cuido a mis hijos, los educo, mantengo limpia la casa, hago la comida, lavo y plancho la ropa de toda la familia, estudio, trabajo. Nada”.
Liliana define a la violencia de todo tipo, como uno de los ejes importantes. “Durante la crisis de 2001 las mujeres tuvieron que salir a buscar comida. Los hombres estaban sin trabajo. Pero asíy todo nos costó pues si militábamos o íbamos a una marcha, por supuesto, después de dejar lista la casa, nos decían que éramos unas atorrantas”.
Susana, otra vecina de Esperanza–vive allí con siete hijos-aclara: “No estamos contra los hombres, buscamos la igualdad, conocer nuestros derechos y hacerlos valer” y relata: “Para exigirle alimentos a mi ex marido estuve ocho meses yendo y viniendo a todos lados para hacer trámites”.
Luego explica su teoría: “Nos desarmaron. Nuestras abuelas les dijeron a nuestras madres y ellas a nosotras: casate, tené hijos y cuidá a tu familia,ése es tu deber. Pero tendrían que habernos dicho: estudiá, sé vos misma. La que impone de esa manera es la sociedad, que es machista”.
Verónica tiene 17 años, cursa el polimodal, dice que ve como el marido de su hermana, al llegar a casa luego del trabajo, dice: “¿Estás cansada? Si vos no hacés nada”.Luego indica que las jóvenes se hacen respetar más, aunque reconoce que hay violencia en el noviazgo cuando el novio busca imponer una conducta.
Justificaciones
Liliana sostiene que las jóvenes pasan por alto violencias psicológicas o justifican los avances: “Me pega pero me quiere”. “Un poco de celos no está mal”. “Es bueno; es que trabaja todo el día” son justificaciones que suelen escucharse en los talleres. Teresaagrega que en su familia no se hablaba del tema de violencia
“No es lo mismo que te llamen por tu nombre, a que te digan boluda”, grafica luego Liliana y pone de relieve “el diálogo y la escucha” como los instrumentos más importantes de los talleres. También aclara que se aprende a “no juzgar a las que vuelven con el golpeador. Pues no es una decisión superficial el cambio”.
¿Enfermedad?
En este punto las mujeres debaten si la violencia que ejercen los hombres sobre otros miembros de la familia indefensos puede ser considerada una enfermedad o un comportamiento abusivo de otra índole. No se ponen de acuerdo y deciden pasar al tema de la violencia institucional contra las mujeres.
Gabriela, una vecina que es psicóloga, aporta: “Las instituciones no tienen herramientas. Hay burocracia, te hacen llenar mil papeles. Faltan profesionales idóneos. No hay intimidad para poder contar lo que te pasó en privado y a una sola persona, no a varios”.
Iniciativas
Susana recuerda que en el barrio La Cava, de San Isidro, el grupo juntó cerca de 60 mujeres para ser atendidas en el hospital municipal y que se les aplique el DIU (dispositivo intrauterino), mediante un programa vigente por ley nacional, y quedó en la nada por las trabas que impulsaron desde el mismo hospital.
“Sufren las más pobres porque no tienen la plata para acceder”, afirma Susana y explica: “la búsqueda es un sistema racional, con el apoyo de profesionales, sin riesgos para la mujer, que garantice la existencia de profesionales dispuestos y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo”.
Otro de las iniciativas que abordan “Las juanas” es la de “valorizar el trabajo doméstico de la ama de casa en su propia casa, que solo es remunerativo cuando se hace para otros”, explica Susana. A modo de conclusión Liliana resume: “tenemos una lucha largapor delante, recién ahora la mujer empieza a reconocer sus derechos”.
En la zona norte las actividades del Movimiento de Mujeres, Juana Azurduy, incluye charlas, cursos y talleres sobre salud reproductiva y sexual, vida plena y violencia de género, donde participan mujeres de 13 a 60 años. Se realizan en barrios como La Cava y Bajo Boulogne, en San Isidro; Las Tunas y Esperanza, en Tigre.
Un libro
En noviembre último se presentó en la sede San Isidro del gremio judicial el libro, Se trata de Nosotras. La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, una compilación de distintos autores y visiones sobre el tema, elaborada por la diputada nacional Cecilia Merchán y la especialista Mercedes de Isla.
La idea de presentar el libro en la zona norte nació de un encuentro de género en Escuela N° 1 de San Fernando con mujeres de este distrito, Tigre y San Isidro, que reveló muchos temores de las mujeres de la zona sobre la trata y sobre la violencia familiar, recordó entonces, Valería Rizzi, otra referente zonal de “Las juanas”.
Durante el encuentro se denunciaron casos de violencia de género contra varias jóvenes de estos distritos. Allí también se reveló el hecho de que no existe en la zona un lugar, estatal y seguro, para víctimas de violencia de género que deben dejar su casa pues corren peligro la vida propia y la de los hijos.
Contacto: [email protected]
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