De la lluvia de inversiones a la represión en PepsiCo. Comunicado Humberto Tumini
En la campaña presidencial del 2015 Macri señaló que si ellos llegaban al gobierno se produciría una lluvia de inversiones en el país, al volver la Argentina “al mundo”. En los comienzos de su gobierno aquellas no se produjeron y desde Cambiemos lo adjudicaron a que aun no les habíamos pagado a los holdouts.
Procedieron a pagarles entonces a los fondos buitres absolutamente todo cuanto reclamaban. Hecho esto, insistieron en que ahora si vendrían las inversiones extranjeras. No sucedió y la economía funciona desde entonces vía endeudamiento: 35.000 millones de dólares en el 2016 y otro tanto este año. No hay ejemplo mundial de semejantes cifras, las que como sabemos, tendremos que pagar rigurosamente al 8% anual.
En ese marco desde el gobierno comenzaron a decir de un tiempo a esta parte -del presidente para abajo- que el problema principal por el que no vienen las inversiones de afuera es el “costo argentino”, cuestión que urge resolver.
En buen romance esto significa para el macrismo tres cosas. En primer lugar que les prometen a las empresas extranjeras salarios mas bajos. En segundo término mayor flexibilidad laboral, para aumentar vía sobre explotación de los trabajadores la productividad. Por último que habrá menos impuestos a las empresas para incrementarles sus márgenes de ganancia (como hicieron con el campo al sacar las retenciones); ingresos que deberán ser compensados por el otro lado recortando los gastos del Estado, para no aumentar el ya enorme déficit (“los impuestos nos están ahogando” acaba de decir Macri y no hablaba del IVA justamente).
Incrementar la desocupación, lo dijimos desde el principio de esta gestión, es requisito indispensable para poder avanzar en esas concesiones a las grandes empresas. Es lo que vienen haciendo desde hace un año y medio. Lo refleja el INDEC y mucho mas la realidad en los barrios populares, donde la desaparición del trabajo precario, cuentapropista, es manifiesta. Mucho desempleo presiona a la baja los salarios y lleva a aceptar cualquier condición laboral a los trabajadores.
Si hay resistencia y protestas habrá represión. Ya lo habían anticipado con el famoso protocolo antipiquetes hace un año. Paso a paso van en esa dirección y lo de PepsiCo es un avance mas en el uso de la fuerza para meter el modelo económico. Nada nuevo para la derecha vernácula.
Por cierto que no significa de todos modos, que con este plan neoliberal en curso haya “lluvia de inversiones”, eso depende fundamentalmente de otras condiciones macroeconómicas en el mundo y aquí, hoy ausentes. A lo que apuntan en verdad es a un aumento de las ganancias de las grandes empresas y de los ricos, que se están dedicando a llenar la copa con fruición (la venta de autos de alta gama subió el 80% en el primer semestre del 2017).
Las consecuencias de ello para la mayoría de los argentinos están a la vista: mas pobreza, desocupación, palos y gases, pimienta incluido.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur