Entrevista a Victoria Donda

 

Donda: 'No soy monja ni diputada de traje sastre, quiero verme bien'

La candidata a legisladora nacional por el Frente Amplio Progresista, nacida en la ESMA, no se limitó a sus temas de campaña: la despenalización del aborto y del consumo de drogas. También reveló sus secretos para ser sexy en la política.

Hay cuatro cosas que a las mujeres nos mejoran la estética. Una es el alisado definitivo, que te ordena el pelo. Segundo, el corpiño push up: tengas mucho o poco, te resuelve. Tercero, botas bucaneras y por último unas medias de red. Te ponés eso a la noche y estás divina." Victoria Donda, para algunos la diputada "hot", hija de desaparecidos, habla sin tapujos sobre cómo llevar una pose sexy en el ambiente machista de la política.


¿Cuándo te juega a favor y cuándo en contra?
Si sos inteligente, en general, te juega siempre a favor. Pero tenés que saber que jugás con eso. Yo no me afeo para salir a la calle, precisamente porque me gusta estar linda, ser como soy. Desde que entré al Congreso me propuse no cambiar. Soy una mina como cualquier otra de Avellaneda que le gusta verse bien. No creo que haya que caretearla. No soy monja ni diputada de traje sastre. No soy María Laura Leguizamón. Dono el 50 por ciento del sueldo, con lo cual compro la misma ropa que antes. Pero es verdad que esto a veces puede jugarte en contra. Muchas veces me prejuzgan. Por ejemplo, yo no me operé los pechos, tengo buenos genes (risas).

¿Te resulta difícil mantener esa actitud?
Al principio me costó mucho. La primera vez que pedí una reunión con Eduardo Fellner, presidente de la Cámara de Diputados, abrí la puerta y me dijo: "Nena, pasá". Yo dije no... no me parece que esté bien disfrazarse por actitudes como esa. Tengo que bancarme salir en un afiche con una musculosa azul con un cartel: sabía que iban a decir que parezco una chica que sale a indicar el round en una pelea de boxeo. Pero yo soy así, no me voy a disfrazar.

En ese cartel pedís por la despenalización del consumo de estupefacientes. ¿Falta mucho para esa discusión en el Congreso?
No me parece que falte mucho. La ley de estupefacientes actual es ilógica: la Argentina es el principal consumidor de América Latina. Pero de las causas que están abiertas, el 70 por ciento es sobre consumidores. Sólo el tres por ciento corresponde a comerciantes de poca monta. Parecería que en nuestro país abrís la boca y la droga cae del cielo. Hay que perseguir al narcotráfico. Si tu papá fuera alcohólico, a nadie se le ocurriría llevarlo al penal de Marcos Paz para que se rehabilite. La penalización viola los derechos humanos de las personas que por distintas circunstancias consumen estupefacientes.

También proponés la despenalización del aborto.
Son dos temas graves. Las dos cosas tienen incidencia en la vida de las personas. Con respecto a la interrupción voluntaria del embarazo, en la Argentina mueren muchas mujeres por año y unas 500 mil se realizan abortos con los riesgos que eso significa, sobre todo en las chicas pobres que no tienen acceso. Es un tema urgente.

Las encuestas marcan un crecimiento del Frente Amplio Progresista, incluso lo ubican segundo. ¿Qué reflexión te merece?
Era un crecimiento lógico. Hicimos cinco semanas de campaña y sacamos más de dos millones de votos. Hermes Binner es un candidato poco conocido, pero tiene una potencialidad muy grande: quien lo conoce, lo vota. Nosotros no "vendemos" un candidato. Binner puede mostrar una muy buena gestión inclusiva dentro de los márgenes de este sistema, ya que no estamos planteando hacer la revolución. Necesitamos distribuir la riqueza de manera más profunda y eso se tiene que hacer de una manera correcta, eficiente y sin corrupción.

¿Considerás que Binner comparte votantes con el gobierno nacional?
Muchos sí. Pero nosotros no le sacamos votantes a nadie, sino que proponemos un proyecto de país que en algunas cosas va a ser muy parecido a éste. Hay cosas que están bien hechas. La Asignación Universal por Hijo es correcta, pero hay que institucionalizarla para que la cobren todos. Hoy, de cada diez chicos, cuatro no la cobran. Además, esos recursos no deben salir de la Anses porque hay otras fuentes de financiamiento. No puede ser que si sos dueño de un maxikiosco tengas que pagar impuesto a las ganancias, pero si comprás y vendés acciones en la Bolsa, no pagues nada. Es necesario hacer una reforma tributaria, pero también hay normas heredadas del menemismo que son pilares del Estado: la ley de entidades financieras, leyes mineras, todo lo que tiene que ver con el control y cuidado del medio ambiente. Las desregulaciones y la política territorial sobre la que se apoya este Gobierno corresponden a sectores tradicionales y conservadores. El progresismo del kirchnerismo no está en posiciones de poder real.

¿Qué lectura hizo la sociedad en las primarias? ¿Cuáles serían, desde tu punto de vista, los errores de la oposición?
La oposición atrasa y creo que nadie quiere ir para atrás, así como también hay muchos que no quieren quedarse en este presente. El FAP es opositor al Gobierno, pero es una oposición que no atrasa. Para nosotros, esto es una línea de largada y para el resto es un techo. Para la sociedad, Duhalde es sinónimo de devaluación y represión, Lilita Carrió derrapó, Alfonsín y De Narváez no pegan ni con plasticola. Todos representan un proyecto antikirchnerista. Nosotros no somos anti nada, tenemos un proyecto propio.

Fuiste parte del Frente para la Victoria. Hoy por hoy, ¿qué te acerca y qué te distancia del Gobierno?
Me acercan reivindicaciones que siento como propias, como el matrimonio igualitario, el descuelgue de los cuadros de los genocidas en la ESMA, recuperar los ex centros clandestinos de detención, tomar el impulso que le venían dando los organismos de derechos humanos para derogar las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Me aleja todo lo demás: el doble discurso, hablar de progresismo cuando vivimos en un país donde la distribución de la torta sigue intacta, igual que en los 90, sólo que se recauda más. Sigue vigente la teoría del derrame y a los pobres les llega menos. Hay setecientos mil pibes desnutridos en un país que exporta trigo.

El socialismo acompañó en el Congreso muchos de los emblemas de la gestión K. ¿Esta actitud va a virar hacia una oposición más fuerte?
Nosotros vamos a votar aquellas cosas en las que estemos a favor, pero también vamos a impulsar proyectos propios, como la modificación de la ley de estupefacientes y la interrupción voluntaria del embarazo. Si compartimos iniciativas con el oficialismo, las votaremos como hicimos siempre.

¿Binner va a centrar la campaña en la Ciudad?
Vamos a hacer campaña en todo el país, también en la Ciudad. Tenemos la idea de que si lo conocés a Binner, lo votás. Nuestras propuestas caen bien en mucha gente, sobre todo en los jóvenes.

¿Qué temas urgentes necesitan la articulación de la provincia con la Ciudad?
Hay cuestiones metropolitanas que no pueden soslayarse más, porque hay millones de personas que sufren esta situación. Hay que pensar que la basura de la ciudad de Buenos Aires va a parar a la provincia, así como las empresas de provincia terminan contaminando la Ciudad a través del Riachuelo. La recolección y la separación de residuos están muy descuidadas. El transporte público también es un tema fundamental, porque el tránsito en la Capital es un caos. Y también, sin duda, hay que integrar en materia de seguridad.

¿Qué te produce ver a Fernando "Pino" Solanas en esta situación de retroceso?
Creo que Pino cometió un error. Él debería estar en el Frente Amplio Progresista.

¿Y por qué no forma parte?
Habría que preguntárselo a él. Pero Proyecto Sur decidió no estar en el Frente. De todas maneras creo que en el FAP hay un lugar para él.

Siempre denunciaste los pactos entre las mafias policiales, la Justicia y el poder político. A raíz del caso Candela, ¿dirías que la policía sigue manteniendo una autonomía respecto de los gobiernos?
Tiene toda la autonomía. Basada en pactos, obviamente. La policía se autogestiona, administra el delito. Y el poder político recibe algunos beneficios. Aun con las diferencias que tengo con León Arslanian, la reforma que él había encarado en la Bonaerense fue de las más avanzadas. Pero Daniel Scioli fue para atrás, un error gravísimo. Scioli le devolvió el poder a la policía porque necesita una mafia para controlar la provincia. Esto no quiere decir que todos los policías sean mafiosos, sino que la cúpula está mal formada. Hay que pensar una seria reforma: 60 mil efectivos manejados desde La Plata es un ejército. Hay que descentralizar. Los policías tienen que ser considerados trabajadores porque son los que ocupan peor posición en el Estado: están mal pagos, mal preparados, no pueden defender sus derechos laborales. La política policial debería enfocarse de un modo diferente.

DZ/km

Romina Calderaro y Franco Spinetta Redacción Z

 

Escribir un comentario

Sin Comentarios

Aún sin comentarios!

Sé el primero en comentar este artículo

Escribir un comentario

Sólo <a href="https://libresdelsur.org.ar/wp-login.php?redirect_to=https%3A%2F%2Flibresdelsur.org.ar%2Fnoticias%2Fentrevista-victoria-donda%2F"> usuarios registrados </a> pueden comentar