Entre las asignaciones y el repudio a la re-reelección

Entre el aumento de las asignaciones familiares y las movilizaciones de repudio a la re-reelección
“La historia hay que contarla completa, en serio, toda, y que nos dejen hacer a nosotros, a cada uno de los argentinos, nuestra propia evaluación”, dijo Cristina Kirchner en el discurso con el que anunció los aumentos en las Asignaciones Universales por Hijo (AUH), junto a una serie de cambios en el sistema para calcular  el pago de las asignaciones familiares a los trabajadores registrados. 
 
La AUH pasó de 270 a 340 pesos, lo que implica un aumento del 25% desde septiembre de 2011 mes en que se produjo el último aumento. Según el Índice Barrial de Precios (IBP) en ese lapso el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó un 32,60% y la Canasta Básica Total (CBT) un 33,80%, por lo que el aumento no alcanza a cubrir el total del incremento inflacionario ocurrido en ese período pasado, además que hacia delante se siguen incrementando los precios y habrá que esperar un nuevo aumento el año que viene. Sin embargo para el INDEC el incremento de ambas canastas en el mismo período fue de un 13,35 % y un 14,45% respectivamente, y una familia de cuatro personas podría alimentarse con 699 pesos, y cubrir todos sus gastos con 1555,41. Por supuesto que si desde el Instituto Oficial opinan que se puede vivir con seis pesos por día, para la presidenta un incremento de 2,33 pesos por día en la AUH es muy importante. Siguiendo los cómputos del INDEC en una familia de cuatro personas harían falta sólo 589 pesos para pagar los gastos totales (alimentos, salud, educación, ropa, etc.) de sostenimiento para dos niños de cuatro y seis años. Con lo que dos AUH que van a sumar 680 pesos a partir de octubre, alcanzaría y sobraría. En cambio, los cálculos del IBP explicitan que para cubrir los mismos rubros no se puede gastar menos de 1370 pesos mensuales, con lo que las dos AUH apenas cubrirían el 50%. Según el propio gobierno la AUH llega a 3.800.000 niños y niñas, lo que abarca -calculando un promedio de dos niños por hogar- a unas 12.000.000 (doce millones) de personas. De la única manera que este dato se puede armonizar   con las cifras del propio INDEC que en el país hay sólo 1.640.000 personas pobres (6,5%) y 427.000 personas indigentes (1,7%), es que una persona adulta puede comer bien con 226,22 pesos por mes y cierra sus cuentas con 500 pesos cada treinta días.
 
El gobierno nos bombardea cotidianamente con esta desinformación desopilante, que sería cómica si no estuviera en juego la vida misma de millones de argentinos. La propia presidenta usa la mismísima cadena nacional para trasmitirla, como parte de una supuesta lucha de ideas que buscaría demostrar beneficios que son ocultados por otros mensajes que no reflejan la realidad, encabezando su discurso con un alegato a “contar la historia completa”. ¿No se le olvidó algo por allí?
 
¿Cuántos argentinos hoy siguen sufriendo la tragedia de no poder satisfacer sus necesidades básicas? ¿Por qué en vez de mentir y tratar de ocultar lo inocultable, no asumen la realidad de que aun hay mas de diez millones de argentinos pobres y un millón y medio de indigentes, explicando porqué sucede esto y como piensan resolver esta problemática acuciante? ¿Es posible debatir cuestiones sustanciales como la inseguridad, el narcotráfico, el desempleo, el empleo en negro, la inflación, y otros, sin tener una mapeo objetivo de cual es la realidad social, en la que se desenvuelven estos flagelos? ¿Se puede aunque sea sólo mencionar la posibilidad de una reforma constitucional para permitir la re-reelección presidencial, en semejante contexto? Y si creen verdaderamente que ése es el mejor camino para el país, porqué no tienen el valor de debatir abiertamente con sus argumentaciones en lugar de escudarse detrás de una maraña de sinrazones incoherentes.
 
Decenas de miles de personas en todo el país “hicieron su propia evaluación” y se manifestaron ruidosamente, principalmente contra la re-reelección, al día siguiente de esos “importantes anuncios”. Los defensores del gobierno salieron a invalidar la trascendencia de las manifestaciones otorgándoles, desde perfiles clasistas hasta intenciones desestabilizantes. Mal hacen en no evaluar adecuadamente los contenidos, y una vez mas eludir los debates de fondo, buscando desviar la mirada hacia la vestimenta de los mensajeros adjudicándoles posibilidades que no existen. Los desautorizan y evitan asomarse a mirar la procesión que se mueve por abajo.
 
El modelo kirchnerista se reitera en errores y mentiras, buscando sostenerse sobre un relato que tiene su punto mas fuerte cada vez mas en lo mal que la pasamos en el 2001-2002, y cada vez menos en éxitos y mejoras recientes para el conjunto de la sociedad en general, y para los que menos tienen en particular. 
 
Isaac Yuyo Rudnik
Director del ISEPCi

 

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